lunes, 20 de junio de 2011

Probidad / Próvido

Ilustración de Danny McBride
(Del lat. probĭtas, -ātis).

1. f. honradez.

Real Academia Española

Honestidad, rectitud en las acciones, integridad, buen comportamiento, hombría de bien, escrúpulo, recato,decencia, decoro, son todos términos vinculados a probidad,  voz que se usa, generalmente, en contextos formales.

"Un hombre de nobles sentimientos y probidad de actos, es aquel que exige para él lo que impone a los demás, pero nunca exige lo que él otorga."
Sin embargo, a la hora de calificar a una persona, no es correcto usar la palabra "próbido o próbida", ya que no figuran en el diccionario de la RAE.
En cambio, encontramos "próvido /da " como opciones correctas.

(Del lat. provĭdus).

1. adj. Prevenido, cuidadoso y diligente para proveer y acudir con lo necesario al logro de un fin.

2. adj. Propicio, benévolo.

12 comentarios:

Jorge Maseda dijo...

aquí estás, siguiendo con tu
gran trabajo... yo me pongo
a ver tus entradas antiguas y
no paro. Busco y busco, para
llevar mi poesía, (y mi conocimiento
del lenguaje) a cotas un poco mas altas, se debe agradecer.

Qué sería sin ti.
Un abrazo! te espero por mi Blog

Edit dijo...

Amo esta palabra, por todo lo que representa. Busco en las personas esa gran cualidad que la define, y trabajo en mí cada día, para descubrirla y atesorarla.
El mensaje anterior me encanta, y lo hago propio.
Tus posts son verdaderos tesoros para nosotros.
Te dejo mi cariño amiga, que tengas una semana feliz, tranquila y con mucha chispa creativa.

barros matos dijo...

Hay actos que marcan destinos definitivos.
A los cuatro años, Julio robó un reloj. Inquieto y curioso, revisaba cajones y estantes de todas las casas que su familia visitaba. Fue así que una vez al abrir un cajón, quedó maravillado por un objeto que al recibir un rayo de sol desde una ventana, brilló como si tuviera luz propia. El niño en su inocencia, creyó que en ese Rolex de oro vivía el sol que con sus rayos rutilantes irradiaba la luz hacia fuera. ¿Sabía Julio que al guardarse el reloj en el bolsillo, y salir sigilosamente de la habitación, cometía un acto reprobable, un delito? Seguramente no, pero un instinto subconsciente , lo hizo ocultar su acto. Y ya en su casa, lo guardó en el fondo de un canasto grande, repleto de sus juguetes. Solamente lo sacaba para admirarlo cuando estaba seguro que nadie entraría en la habitación.
El dueño del reloj advirtió su falta un par de semanas más tarde, dado que lo usaba en contadas ocasiones. Convencido del robo, olvidado de quienes lo visitaron desde la última vez que lo vio, denunció el hecho a la Policía, la investigación no obtuvo resultados, y el hombre se resignó a su pérdida.
Ese reloj era la obsesión de Julio. Al ir creciendo, lo sacaba de su escondite la mayor cantidad de veces posible, para admirarlo. Ya adolescente, se lo ponía en la muñeca de noche, para dormir, sacándoselo para guardarlo al despertarse. Algunas veces cometió la temeridad de llevarlo al colegio, y encerrarse en los recreos en el baño, para poder mirarlo.
BARROS MATOS ---SIGUE

BARROS MATOS dijo...

Fue un excelente estudiante, luego un empresario de éxito, jamás se le conocieron amores ni amistades, se alejó de sus familiares, y sus únicas relaciones eran por motivos comerciales. Al fallecer sus padres vivió solo con sus sirvientes en la casona paterna.
Su única relación afectiva era su reloj. De adulto, lo llevaba con él todos los días, en un bolsillo interior del saco, confeccionado al efecto, con doble cierre, para evitar un posible robo.
Vivió en soledad sus 83 años, y falleció una noche, mientras dormía, con el reloj en su muñeca. Fue reconocido por su probidad, la rectitud con que obraba en el campo de las finanzas, su extrema honradez. Quizá en lo más profundo de su interior, aquel acto de su niñez, que no pudo resolver como debería haberlo hecho, años después, lo reivindicó convirtiéndose en un hombre de bien, cuidadoso al extremo de su integridad.
Dejó todas su fortuna distintas obras de bien, excepto el reloj. Cumpliendo su deseo, lo enterraron con él.
BARROS MATOS

Anónimo dijo...

He aquí una sorpresa del idioma. "Probidad" y "próVido" no son palabras que conduzcan al mismo significado. Incluso una persona que luce características propias de la "probidad" puede no ser "próvido". Es como que la "probidad" se refiere al mundo axiológico de los valores morales y el sujeto "próvido" se vincula al mundo de la inteligencia, es decir de la razón. Atendiendo a estas circunstancias, novedosas digamos, asumo que los contertulios del bar Dos Cuchillos al cual concurro diariamente para holgazanear y hablar banalidades, somos tipos con una "probidad" muy aceptable: somos razonablemente honestos, tipos de bien, medianamente rectos. Ahora en cuanto "próVidos", debo reconocer que no tenemos ninguna de las características que definen a esas personas. En efecto: no somos para nada prevenidos y somos todos en este grupo de amigos, muy descuidados: nunca llegamos a horario, nunca condice en nosotros las virtudes de tiempo y espacio: siempre estamos a la hora o en el lugar equivocado. No somos para nada diligentes y si alguien debe proveer los medios en forma sensata para lograr un fin y necesita ayuda, que no entre al bar Dos Cuchillos, al menos, a la mesa que ocupamos justo en el medio del salón.
Conozco personas que, en cambio, carecen de los atributos de la "probidad", pero son muy “próvidos”. En el ámbito de la política por ejemplo, existen centenares de sujetos que carecen de escrúpulos, decencia, recato y decoro, pero, al momento de proveerse de los dineros ajenos para lograr sus pérfidos fines (enriquecerse), son muy prevenidos y diligentes y acuden con lo necesario para lograr ese fin.
Y termino pensando esto: así como la costumbre de una sociedad con el tiempo genera una ley, en el idioma ocurre lo mismo. Entonces, la costumbre de usar la palabra “próBido” terminará ahijando un término que marcará a sujetos con hombría de bien y honor. Y Así habrá entonces personas "próBidas" que son también “próVidas”, y habrá otros que serán muy “próVidos”, pero siempre unos atorrantes.
Funes

Celestacha dijo...

Exacto Funes...exacto !!! son dos palabras de raíz diferente. Ahora...porqué no estaría bien dicho "próbido" ? para mi fue una sorpresa !.
Siempre tan perspicaz !.
Saludos próbidos.

Celestacha dijo...

Jorge, ya me paso por tu blog, disfruto un poco de tu poesía.
Es bueno para mi recobrar, a través de tu comentario, el sentido de este blog. Cariños

Celestacha dijo...

Edith, leal lectora, amiga a la distancia, Sanjuanina sensible y humana, hermosa semana para vos también. Un beso.

Celestacha dijo...

Barros !! ya nos tiene acostumbrados a estos relatos breves deliciosos, un banquete para mis mañanas.
Ya recopilaremos todos y cada uno de los relatos, en un blog de brevedades compartidas o, aún mejor, en un libro de verdad !.
Saludos patrios.

Anónimo dijo...

Existe una tercera opción "probo-proba" (que tiene probidad).

Saludos

Unknown dijo...

Qué interesante todo lo que generó esta explicación. Estoy muy agradecida con la autora. También con comentarios tan respetuosos y enriquecedores.

Unknown dijo...

Estuvo bien la información

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