viernes, 26 de noviembre de 2010

Báculo

Ilustración de Gabriel Cortina
(Del lat. bacŭlum).

1. m. Palo o cayado que llevan en la mano para sostenerse quienes están débiles o viejos.
2. m. Alivio, arrimo y consuelo.
3. m. Zool. Hueso pequeño y alargado que los machos de algunos mamíferos tienen dentro del pene.

~ pastoral.

1. m. báculo que usan los obispos cristianos como pastores espirituales del pueblo creyente.

Real Academia Española

...Después de las tormentas, cuando todo se ha quedado devastado, cuando las antiguas creencias se han convertido en angustiosos y raquíticos báculos que quebrándose, dejan de sostener debilidades, cuando ya no hay nada donde apoyarse, puede emerger, puede nacer algo nuevo. Y nacerá, con la fuerza que explotan las semillas en cada primavera, un nuevo estado, algo nunca visto, una nueva faceta del ser...
Por Gustavo G. Diex

jueves, 25 de noviembre de 2010

Anacoreta

Temptation of Saint Anthony / Salvador Dalí
(Del lat. mediev. anachorēta, y este del gr. cristiano ἀναχωρητής).

1. com. Persona que vive en lugar solitario, entregada enteramente a la contemplación y a la penitencia.

Real Academia Española

La palabra anacoreta procede del griego, y significa "alejado, el que se retira".
El anacoreta es una persona que vive en un lugar solitario, retirado del trato con el resto de la sociedad y entregado con totalidad a la vida contemplativa.
Para los griegos, el exilio, el apartar a alguien de su polis, era el mayor de los castigos. Sin embargo, los cristianos lo convirtieron en una virtud, y si bien lo de la penitencia nos recuerda el ostracismo griego, la contemplación nos remite directamente a los hindúes, al ermitaño o asceta que medita en las cuevas.
En efecto, el origen de los anacoretas se remonta a la India y al antiguo pueblo de Israel. Ya en tiempos cristianos, y debido a las persecuciones durante los siglos II y III,miles de personas fervientes creyentes, abandonaron sus familias y pertenencias, así como todo lo que se relacionaba con su vida mundana, refugiándose en los desiertos de la Tebaida (Egipto). Poco a poco los anacoretas se fueron reuniendo y formaron cenobios en los que se hacía la vida en común, siendo esto el origen de las órdenes monásticas.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Garbo / Garboso / Desgarbado

Retrato del Conde de Fernán Núñez / Óleo de Goya
(Del it. garbo).
1. m. Gallardía, gentileza, buen aire y disposición de cuerpo.
2. m. Gracia y perfección que se da a algo.
3. m. Bizarría, desinterés y generosidad.

garboso, sa.
1. adj. Airoso, gallardo y bien dispuesto.
2. adj. Magnánimo, dadivoso.

desgarbado, da.
1. adj. Falto de garbo.

Real Academia Española

Garboso es donoso, gallardo, galán,elegante, apuesto, brioso, distinguido.

En la imagen uno de los retratos más efectistas y espectaculares de los pintados por Goya. Muy amante del lujo, demostró siempre gran inclinación por la pompa y el boato cortesanos. Su gran habilidad diplomática le granjeó la simpatía y el favor de Fernando VII, que lo convirtió en duque del mismo título, siendo el último conde y el primer duque de Fernán Núñez.

El carácter alegre, simpático y jacarandoso del noble, lo capta Goya pintando uno de sus retratos más logrados, haciendo destacar la elegancia, el estilo y el porte garboso del conde, imprimiéndole también toda la gracia y picardía de un personaje popular.
Toda la figura rezuma gracia, salero y simpatía en la arrogante actitud del caballero, en su prestancia y noble porte. La figura, que se recorta ante nosotros con arrogancia, va envuelta en una capa que le confiere un aire garboso y español, lleno de altivez.

martes, 23 de noviembre de 2010

Catatónico / Catatonia

1. adj. Psicol. Perteneciente o relativo a la catatonia.

catatonia

(Del al. Katatonie, y este del gr. κατάτονος, descendente).

1. f. Psicol. Síndrome esquizofrénico, con rigidez muscular y estupor mental, algunas veces acompañado de una gran excitación.

Real Academia Española

domingo, 21 de noviembre de 2010

Alberca

 
(Del ár. hisp. albírka, y este del ár. clás. birkah).

1. f. Depósito artificial de agua, con muros de fábrica, para el riego.
2. f. poza (‖ balsa para empozar el cáñamo).
3. f. Méx. Piscina deportiva.

en ~.

1. loc. adj. Dicho de un edificio: Que, por no estar terminado o por haberse caído, solo tiene las paredes y carece de techo.

Real Academia Española

En el mundo andalusí, los jardines tuvieron una función mucho más amplia que la meramente estética. 
El jardín-huerto fue receptáculo de plantas aromáticas, árboles frutales y productos hortícolas. Al placer de la vista y el olfato se unió el deseo de un aprovechamiento agrícola, que puso en marcha una sabia distribución del agua y toda una ciencia de aclimatación de especies botánicas nuevas. Los andalusíes habían heredado estos saberes de sus antepasados del mundo oriental islámico y, en parte, de sus predecesores romanos.
Apenas quedan referencias de cómo pudo ser aquel jardín-huerto. El geópono almeriense Ibn Luyun (s. XIV), fue el autor de una célebre obra llamada Kitab al-filaha (‘Libro de Agricultura’), que escribió en verso con el fin de que pudiera memorizarse fácilmente. En ella ha dejado unos apuntes de la morfología de este jardín. Según describía, los macizos de plantas, generalmente aromáticas, estaban situados junto a la alberca. Un poco más lejos se emplazaban los macizos florales y los árboles de hoja perenne. Ya rodeando el predio, una cerca de viñas, higueras y otros árboles semejantes marcaba las lindes, mientras que los paseos se cubrían con parras, a modo de pérgolas. Uno de estos paseos delimitaría el jardín de flores y plantas aromáticas, mientras que a cierta distancia de las viñas se situaría la tierra de labor. Los grandes frutales se plantaban en la parte Norte para proteger el jardín del viento. Seguir leyendo

sábado, 20 de noviembre de 2010

Piscina

Ilustración de Bruce Mcpherson
(Del lat. piscīna).

1. f. Estanque destinado al baño, a la natación o a otros ejercicios y deportes acuáticos.
2. f. Estanque que se suele hacer en los jardines para tener peces.
3. f. Lugar en que se echan y sumen algunas materias sacramentales, como el agua del bautismo, las cenizas de los lienzos que han servido para los óleos, etc.

Real Academia Española

Piscina: del latín piscis (pez) de donde se derivan otros vocablos como pesca, piscifactoría, pisciforme, y el signo zodiacal de Piscis. En la Roma de los césares y en los monasterios medievales la piscina era el lugar para tener o criar peces, aunque también se solía nadar en ella. Lo interesante de la palabra es que también se utilizó para referirse al probatikós griego, o lugar donde lavar al ganado antes de sacrificarlo (!). Esta última acepción también llegó al español, al punto de que en textos antiguos es frecuente encontrar la expresión "piscina probática" como, por ejemplo, en la Gran Conquista de Ultramar (siglo XIII):
"... están defuera venia agua por caños so tierra et cata en dos pesqueras muy grandes que estan cerca del templo: et la una ay esta aun et dizenle probatica piscina en que solian lauar las carnes delos ganados que querian sacrificar et por esso dixeron a aquella pesquera probatica".

¿No resulta un poco perturbador y acertado ver nuestras atestadas albercas y públicas piletas veraniegas como piscinas probáticas en las que apaciguar al ganado y prepararlo para el sacrificio del trabajo y la escuela llegado septiembre ( para el hemisferio norte ) y marzo ( para el hemisferio sur )?

viernes, 19 de noviembre de 2010

Arrullar

Danae / Óleo de Gustav Klimt
(De la onomat. ru, según el modelo de aullar y maullar).

1. tr. Dicho de un palomo o de un tórtolo: Atraer con arrullos a la hembra, o esta a aquel.
2. tr. Adormecer al niño con arrullos.
3. tr. Dicho de un sonido o de un ruido: adormecer.
4. tr. coloq. Dicho de los enamorados: Decir palabras dulces y halagüeñas. U. t. c. prnl.

Real Academia Española

Arrullo de tu manos, tierno arrullo, arrullo que arropa el alma, arrullo del viento en la montaña, arrullo de tu voz clara, arrullo en la distancia, arrullo de Dios.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
Déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Pablo Neruda
Poema 15 de «Veinte poemas de amor y una canción desesperada», 1924

jueves, 18 de noviembre de 2010

Yunque

(Del lat. incus, -ūdis).

1. m. Prisma de hierro acerado, de sección cuadrada, a veces con punta en uno de los lados, encajado en un tajo de madera fuerte, y a propósito para trabajar en él a martillo los metales. Era u. t. c. f.
2. m. Persona firme y paciente en las adversidades.
3. m. Persona muy asidua y perseverante en el trabajo.
4. m. Anat. Uno de los tres huesecillos que hay en la parte media del oído de los mamíferos, situado entre el martillo y el estribo.

estar alguien al ~.

1. loc. verb. Estar tolerando o sufriendo la molestia impertinente de otra persona, los golpes y acaecimientos de la fortuna, o cualquier otro trabajo.

Real Academia Española

Hoy recuperamos la palabra yunque, pero en realidad amanecí recuperando a Federico García Lorca, a través de una sentida poesía de Antonio Machado. Porque la palabra yunque, la palabra fragua, la palabra gitano, la palabra luna me vienen de la mano de Federico García Lorca.

EL CRIMEN FUE EN GRANADA: A FEDERICO GARCÍA LORCA
          
1. El crimen
  Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—
... Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.
         
2. El poeta y la muerte
  Se le vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
—Ya el sol en torre y torre, los martillos
en yunque— yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
«Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»
           
3.Se le vio caminar...
                      Labrad, amigos,
de piedra y sueño en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Apoteósico / Apoteótico

Óleo Apoteosis de Santiago el Mayor / Carracci
1. adj. Perteneciente o relativo a la apoteosis.
2. adj. deslumbrante. Tuvo una despedida apoteósica.

Apoteosis

(Del lat. apotheōsis, y este del gr. ἀποθέωσις, deificación).

1. f. Ensalzamiento de una persona con grandes honores o alabanzas.
2. f. Escena espectacular con que concluyen algunas funciones teatrales, normalmente de géneros ligeros.
3. f. Manifestación de gran entusiasmo en algún momento de una celebración o acto colectivo.
4. f. En el mundo clásico, concesión de la dignidad de dioses a los héroes.

Real Academia Española

La apoteosis se refiere a elevar a alguna persona a la divinidad, es decir, endiosar o deificar a alguna persona por alguna circunstancia excepcional. En el mundo antiguo esta circunstancia era, por lo general, considerada para los héroes.
Por extensión, se habla de apoteosis cuando se ensalza exageradamente a alguien con alabanzas y honores.

En el teatro la apoteosis corresponde a la culminación de alguna escena de manera espectacular.

martes, 16 de noviembre de 2010

Cabriola

Ilustración de Anne Soline
(Del it. capriola).

1. f. Brinco que dan quienes danzan, cruzando varias veces los pies en el aire.
2. f. voltereta (‖ en el aire).
3. f. Salto que da el caballo, soltando un par de coces mientras se mantiene en el aire.

Real Academia Española

Cabriola es una palabra que deriva del italiano capriola, que es el movimiento del capriolo , nombre que se da a cualquier venado o corzo. A su vez derivan del diminutivo del latin capreola, que es cabrito y también gacela, siendo diminutivo de capra (cabra). Es así como llamamos cabriola a los brincos que dan los que danzan por semejanza a los ágiles saltos de las cabras y gacelas.
Nos detendremos en la cabriola que realiza el caballo, y los invito a disfrutar de un adiestramiento en el cual el caballo dibuja verdaderas danzas en cámara lenta.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Andrajo

Ilustración de Carol Heyer
(Del ár. hisp. ḥaṭráč, necio, pelagatos, evolución del ár. clás. {ht} o {dr}, parlotear).

1. m. Prenda de vestir vieja, rota o sucia.
2. m. Pedazo o jirón de tela roto, viejo o sucio.
3. m. despect. Persona o cosa muy despreciable.

Real Academia Española

Algunos sinónimos son jirón, pingajo, pingo, argamandel, colgajo, harapo, trapajo, trapo, zarria, guiñapo, piltrafa, arambel.
Ver andrajoso.

A veces soy tan lejos, lejos de todo ésto.
A nada me acomodo, en nada me recuesto:
Las palmas, los coquíes son sonido, paisaje...
Yo siempre estoy ausente, yo siempre estoy de viaje.
En vano es que mi alma se incendie con afanes
y se prenda a los ojos potentes flamboyanes,
ni que por los caminos se me fugue el anhelo...
para topar de pronto la montaña y el cielo.
...Y el andrajo de pajas del pobre caserío,
y el andrajo de gente y el escuálido río,
y los pueblos cuadrados con la iglesia en el centro
y el cementerio junto: Estanques muertos dentro
del perenne bullir y saltar de las olas,
perenne ante mi alma impaciente y a solas.
Por doquiera que voy, por doquiera que vaya,
en el vaho soporoso de mestizo y quincalla...
La misma semimuerta vida del pueblo atado
por el mar implacable, de costado a costado...
...(Y el hombre de la esquina, ojitorvo y moreno,
que no mira a mis ojos y que mira a mi seno,
que masculla entre dientes una frase lasciva
cuando paso a su lado desdeñosa y altiva...)

¡Y a veces soy tan de ellos y ellos tan míos!
¡Las palmas, los coquíes, el monte, los bohíos...!
¡El escuálido río, que es como mis hazañas,
cintajo de rumores encerrado en montañas!
¡Y mi amor en tinieblas sollozando escondido,
como un triste y oculto coquí despavorido!
¡Y el mar, perenne mar, que me exalta y me abate,
que es como el corazón, en un late que late
perdido en el vacío, y oído, tan oído,
que ya no sé qué lleva ni sé lo que ha traído...!
...(Y el hombre de la esquina, ojitorvo y moreno...
¡Ah qué sienes viriles exaltará mi seno,
que no torne cenizas la llamarada esquiva
que enciendiera mi cuerpo su mirada lasciva...! 

Poema Angustia, de Clara Lair
Mercedes Negrón Muñoz, Colombia 1895/ 1973

domingo, 14 de noviembre de 2010

Retozar

Ilustración de Dani Torrent
(Del lat. *retunsāre, de retu[n]sum, retundĕre, dar metidos o golpes).

1. intr. Saltar y brincar alegremente.
2. intr. Dicho de una persona o de un animal: Travesear con otros.
3. intr. Dicho de personas de distinto sexo: Travesear con desenvoltura. U. t. c. tr.
4. intr. Dicho de una pasión: Moverse, excitarse impetuosamente en lo interior.
5. intr. Méx. Hacer ejercicios ecuestres.

Real Academia Española

Si alguno creía que retozar significaba "estar echado sin hacer nada", estaba equivocado. Esta palabra está asociada a la actividad ( brincar, saltar alegremente ), al juego ( travesear con otros, personas o animales ) y también a los juegos amorosos que mueven en su interior pasiones.
Sus sinónimos son: brincar, cabriolar, correr, corretear, jugar, juguetear, saltar, triscar, jaranear, alborotar.
En el tesoro de la Lengua castellana o española escrito por Sebastián de Covarrubias Orozco, leemos:
Moverse descompuestamente con alegría y contento, por hacer fiesta y lisonjear a otra persona, como lo hace el perrico cuando viene de fuera su señora o su dueño.Retozar con el verde las bestias y holgando se ponen lozanas; lo mismo suelen hacer los que están bien mantenidos y contentos.
Retozar la risa en el cuerpo, querer reir y disimularlo.
Retozar las mozas es pellizcarlas o tocarlas ligeramente con la mano.
En cuanto a su etimología, atento que propiamente se dijo del perro, viene de RE y TUS TUS, o tuso tuso, que son las palabras con que halagamos el perro y él se regocija. Hay un proverbio que dice: A perro viejo nunca tus tus. Y así de retusar, dijimos retosar y retozar.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Harapo / Arpar

Ilustración de mEy!
(De [h]arpar, quizá infl. por trapo).

1. m. andrajo (‖ pedazo o jirón de tela).
2. m. Líquido ya sin fuerza, o aguardiente de poquísimos grados, que sale por la piquera del alambique cuando va a terminar la destilación del vino.

andar, o estar, alguien hecho un ~.

1. locs. verbs. coloqs. Llevar muy roto el vestido.

arpar
(Del ant. harpar o farpar, y este del fr. ant. harper, agarrar).

1. tr. Arañar o rasgar con las uñas.
2. tr. Hacer tiras o pedazos algo.

Real Academia Española

HARAPOS

A veces me pregunto
¿qué fue de mi?
y salgo a buscarme en
mil imágenes de viento

Y hay octubres
en que tropiezo (en silencio)
con retazos de lo que fui,
retazos como harapos
descolgados en el tiempo

Y recojo esos jirones
uno a uno
y los aliso…
Y los doblo suavemente.
Como a una capa del
Príncipe que quise ser
y que aún espero
en una esquina…
Vanamente….

¿Qué fue de mí?
¿Este hombre que soy?
¿O el que aún sueño?
Y así pasan algunos días y
mil noches

Pero siempre me despierto
en un suspiro:
“Igual renazco…”

"Un verso menor de un poeta menor sur del mundo"

martes, 9 de noviembre de 2010

Aquelarre

Victor Sanjinez / Perú

(Del vasco aquelarre, prado del macho cabrío).

1. m. Junta o reunión nocturna de brujos y brujas, con la supuesta intervención del demonio ordinariamente en figura de macho cabrío, para la práctica de las artes de esta superstición.

Real Academia Española

Amo el desvarío de tus manos y las montañas de sueño que me tocan: alas para borrar mi aquelarre de mundos que no entiendo.
Delia Quiñonez

Un aquelarre (del euskera akelarre, "aker" = macho cabrío; "larre" = campo) es el lugar donde las brujas (sorgiñas en euskera) celebran sus reuniones y sus rituales. Aunque la palabra aquelarre viene del euskera se ha asimilado en castellano y por extensión se refiere a cualquier reunión de brujas y brujos.
En este tipo de celebraciones se solía venerar un macho cabrío negro al que se le ha asociado con el culto a Satán. Uno de los aquelarres más conocidos es el que se celebraba en la cueva de Zugarramurdi (Navarra) y de aquí es de donde le viene al ritual el nombre, del lugar donde se celebraba. 
Aquelarre es el nombre del campo que está delante de la mencionada cueva.
Desde un punto de vista antropológico, los aquelarres son reminicencias de ritos paganos que se celebraban de forma clandestina al no estar admitidos por las autoridades religiosas de la época.

Las diferentes vías de administración de sustancias alucinógenas no eran muy conocidas y su administración cuando una cantidad letal estaba muy cercana a la dosis de uso hacían muy peligroso administrarlas por vía oral. Es por ello, que dichas sustancias se aplicaban siempre en forma de ungüento por vía vaginal o rectal, lo que podría haber dado origen a algunas leyendas sobre el carácter sexual de las reuniones de brujas. La colocación se realizaba mediante "pinceles", lo que explicaría la simbolización de la bruja con un palo entre las piernas, o bien "la escoba". Por otro lado, muchos sapos son venenosos por contacto y su piel también es alucinógena. Es por ello que los sapos también forman parte de la imaginería vinculada al mundo de la brujería
Es comprensible, aunque de ninguna manera aceptable, que en épocas tan remotas como la Edad Media (caracterizada por el oscurantismo que impedía la difusión del conocimiento) la ignorancia diera paso al temor, a señalar como malo todo aquello para lo que el ser humano no encontraba explicación y, por ende, a la persecución y ejecución de todos aquellos sospechosos de actividades ilícitas o “endemoniadas.” Sin embargo, por increíble y triste que pueda parecernos, aún hoy en día (en la llamada “era de la información” y “sociedad del conocimiento”) es posible encontrar muchos casos reprobables donde se acusa y castiga la brujería.

En este post hablaremos de los casos más sobresalientes de persecución y quema de brujas que se han dado tanto en el siglo XX, los del siglo XXI, así como los casos de los últimos días: seguir leyendo...

lunes, 8 de noviembre de 2010

Galimatías

Ilustración de Marta Ramos
(Del fr. galimatias, discurso o escrito embrollado, y este del gr. κατὰ Ματθαῖον, según Mateo, por la manera en que este evangelista describe la genealogía que figura al comienzo de su Evangelio).


1. m. coloq. Lenguaje oscuro por la impropiedad de la frase o por la confusión de las ideas.
2. m. coloq. Confusión, desorden, lío.

Real Academia Española

Llamamos galimatías a un discurso o un texto, que por su deficiente estructura, es difícil de comprender. Los políticos suelen brindar excelentes ejemplos de este concepto. Aparte del español, la palabra existe con la misma forma y con el mismo significado por lo menos en el inglés y en el francés.
El origen de esta curiosa palabra, ha sido un verdadero enigma para los etimólogos a través de los años. Esto ha dado ocasión para que surjan explicaciones con todo el sabor de las etimologías populares. Una de ellas es la siguiente:

Antiguamente, en Francia, los abogados hacían sus alegatos en latín. Hubo el caso de un tipo llamado Matías quien peleaba la propiedad de un gallo. El abogado que intervino repitió tantas veces gallus Mathías, (el gallo de Matías) e hizo un discurso tan enredado, que acabó por acuñar la palabra galimatías, con el significado de: “discurso embrollado e inentendible”.

Es probable que esta historia haya tenido origen en unos antiguos versos jocosos, citados por José Ma. Iribarren El porqué de los dichos, que rezan así:

En cierto lugar que callo,
para que de él no te rías,
tuvo pleito un tal Matías,
sobre propiedad de un gallo.

Tanto el pleito dio que hablar,
y tanto tiempo duró,
que cuando a su fin llegó,
nadie apuntó lo ocurrido:

si aquel gallo discutido,
causa de litigio fiero,
estaba en el gallinero,
o si estaba ya comido.

Y creciendo las porfías,
que dieron lugar al fallo,
pasando y pasando días,
de Matías y del gallo,
se formó galimatías.

Buscando en fuentes más serias, Joan Coromines dice que la palabra llegó al castellano del francés y propone que podría proceder de José de Arimatea, el personaje del Nuevo Testamento. Por falso corte, Josephus ab Arimathea se habría convertido en Josephus a Barimathea, lo que habría dado pie a crear un país imaginario llamado Barimatía, al que se atribuirían las jerigonzas incomprensibles y de ahí se derivaría galimatías. Esta versión fue la que tomó el prestigiado diccionario de Maria Moliner.
El diccionario de la Real Academia Española (DRAE), donde por cierto galimatías aparece por primera vez en la edición de 1843, se inclinó, en las ediciones entre 1956 y 1984, por la hipótesis de que la palabra tenía origen en la jerga estudiantil. El latín gallus (gallo), habría designado a los estudiantes que participaban en las discusiones académicas, de donde con la terminación griega mathía (ciencia), se formó gallimathia. No obstante, en las ediciones 1989 y 1992 del DRAE, ya no apareció ninguna propuesta de etimología.
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domingo, 7 de noviembre de 2010

Páramo

Oleo de Claude Monet
(Del lat. parămus, voz de or. prerromano).

1. m. Terreno yermo, raso y desabrigado.
2. m. Lugar sumamente frío y desamparado.
3. m. Col. y Ec. llovizna.

Real Academia Española

Los páramos son espacios de nieblas, lloviznas y arremolineantes nubes adheridas a las rocas y al viento. Lugares encubiertos, sombríos, ignotos, donde los horizontes se multiplican y la totalidad se hace patente. El páramo reúne en torno suyo las energías de la vida y el hombre las ha vinculado siempre a sus dioses, a esas fuerzas que no acaba de entender o dominar (Josan, 1982).

sábado, 6 de noviembre de 2010

Ungir

(Del lat. ungĕre).

1. tr. Aplicar a algo aceite u otra materia pingüe, extendiéndola superficialmente.

2. tr. Signar con óleo sagrado a alguien, para denotar el carácter de su dignidad, o para la recepción de un sacramento.

3. tr. Hond. Elegir a alguien para un puesto o para un cargo.

Real Academia Española


Nos habita el paraíso
ungido de fragancias;
tatuamos en la piel
arcángeles inermes
y dejamos así
-balsa y fuego-
las próximas estrellas de quietud
en la memoria.

de Nos habita el paraíso / Delia Quiñonez

viernes, 5 de noviembre de 2010

Esperpento

Ilustración de Maitena
(De or. inc.).

1. m. Hecho grotesco o desatinado.
2. m. Género literario creado por Ramón del Valle-Inclán, escritor español de la generación del 98, en el que se deforma la realidad, recargando sus rasgos grotescos, sometiendo a una elaboración muy personal el lenguaje coloquial y desgarrado.
3. m. coloq. Persona o cosa notable por su fealdad, desaliño o mala traza.

Real Academia Española

Antes de que la palabra se vinculara al género literario creado por Ramón del Valle-Inclán, se trataba de una palabra ya utilizada en el habla coloquial que significaba algo deformado, feo y risible a la vez, con lo que se acercaba mucho al significado de la palabra “grotesco”.
Luego incorpora todos los significados propios del valleinclanismo, en tanto género trágico que incorpora elementos grotescos y absurdos en el que está subrayado lo absurdo en vez de lo trágico. Provoca así unos “efectos extraños que mueven al espectador a la risa, al horror y a la perplejidad, siendo así que frecuentemente la risa sirve para aminorar el horror y la perplejidad”.
Valle-Inclán nos presenta una mezcla de elementos a la que no estamos acostumbrados; combina lo horroroso con lo cómico, habla sobre la muerte y cosas serias en un tono ligero, con lo que nos desconcierta y no sabemos si meditar sobre las cosas que nos presenta o reírse.
Esta técnica de acercarse a las cosas serias y trágicas con la ayuda del humor y bromas para poder profundizar en ellas proviene del presupuesto que el hombre no está dispuesto a aceptar las cosas desagradables tal como son. El humor y lo absurdo hace a uno capaz incluso reírse de sí mismo y de sus propias miserias. Seguir leyendo...

jueves, 4 de noviembre de 2010

Tugurio

Óleo de Vincent Van Gogh
(Del lat. tugurĭum).

1. m. Choza o casilla de pastores.
2. m. Habitación, vivienda o establecimiento pequeño y mezquino.

Real Academia Española

Antro, cuchitril, covacha, sucucho, buhardilla, cuartucho y pocilga. 
Tugurio de poetas, tugurio de triste, tugurio de amantes, tugurio de copas, tugurio de sueños perdidos, tugurio de ilusiones vanas, tugurio de bohemia,

Mientras escuchaba a Frankie cantando aquella melódica canción, recordaba esos momentos vividos, bailando al compás, juntas sus manos, sus cuerpos parecían flotar entre la neblina de aquel tugurio del puerto. Los ojos de los demás clientes se dirigieron, de pronto, en las lágrimas que ella comenzó a derramar. Su corazón se quedó secó y su mirada se hizo hielo. Y allí la dejó. Él había encontrado otros mares en los que navegar.
Amelia Prieto

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Estólido

Óleo de Vincent Van Gogh
(Del lat. stolĭdus).

1. adj. Falto de razón y discurso. U. t. c. s.

Real Academia Española

El mundo miserable es un estrado
Donde todo es estólido y fingido,
Donde cada anfitrión guarda escondido
Su verdadero ser, tras el tocado.

No digas tu verdad ni al más amado;
No demuestres temor ni al más temido;
No creas que jamás te hayan querido
Por más besos de amor que te hayan dado.

Mira cómo la nieve se deslíe
Sin que apostrofe al sol su labio yerto,
Cómo ansía las nubes el desierto
Sin que a ninguno su ansiedad confíe...

¡Trema como el Infierno; pero ríe!
¡Vive la vida plena, pero muerto!

Almafuerte / Pedro Bonifacio Palacios

Pedro Bonifacio Palacios nació en San Justo, provincia de Buenos Aires, en 1854. Tenía cinco años cuando murió su madre. Abandonado por el padre, una tía se encarga de criarlo. Este episodio dispone su carácter y su destino. Adolescente aún, la poesía, la docencia y el periodismo ocupan sus afanes. Hubiese sido también pintor si no le hubieran negado una beca que había solicitado para estudiar en Italia. Sus viajes se redujeron entonces a los caminos de la provincia natal. Pasó de un pueblo a otro, yendo y viniendo, como un nómade. Trenque-Lauquen, Salto, Mercedes, fueron algunos. En todos escribió un poema, animó una escuela o sublevó un diario. Pasó también varias veces por dos ciudades: Buenos Aires y La Plata. En esta última murió en 1917, después de afrontar el aislamiento y la pobreza. Su muerte provocó una inusitada manifestación popular.
Agregar otros datos a esta biografía sería inútil. Pedro B. Palacios se perdería igualmente en la niebla de una obsesiva singularidad, altisonante de egolatría y a la vez deprimida por la comprensión casi maniática del dolor y la miseria. Nos ha dejado los peores y los mejores versos.
Para más datos, aquí

lunes, 1 de noviembre de 2010

Veleidad

Ilustración de George Barbier
(Del fr. velléité).


1. f. Voluntad antojadiza o deseo vano.

2. f. Inconstancia, ligereza.

Real Academia Española

La veleidad hace su actuación en los escenarios de las tendencias de nuestro ego tiranas, cambiantes, anárquicas, vacilantes, dubitantes. Deseos siempre de bajo vuelo, vanos, efímeros. Voluntad prisionera, quebrantada y débil, que se arrodilla frente a los caprichos del ego y a una falsa ilusión.
La veleidad camina de la mano del narcisismo.

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