1. adj. Que se consume con el uso. Bienes fungibles.
Real Academia Española
Con esta palabra los abogados podrán explayarse con más sapiencia que el resto de los mortales, puesto que es un término presente y analizado en el derecho civil, y por lo tanto ruego me corrijan cualquier error de mi parte.
Fungible es una de las categorías en las que puede clasificarse "una cosa" en relación a su susceptibilidad de sustitución.
Las cosas fungibles son aquéllas cuyas características individuales no son tomadas
en cuenta desde el punto de vista jurídico y en tal sentido son
intercambiables, sustituibles o subrogables las unas por las otras. En
consecuencia se comprende que lo importante de las cosas fungibles son
su peso, número o medida ( tanta cantidad de kilos de café de tal
calidad, tantos metros de tela de tal tipo, etc. ).
Las cosas fungibles son ciertamente equivalentes ( pero no a la inversa ). En otras palabras, podemos decir que "fungibles" son aquellas cosas que pueden intercambiarse sin que produzcan ningún
perjuicio para su dueño, pues son iguales en su esencia mientras se
respete su cantidad y calidad. Por supuesto que no existen dos cosas
naturalmente idénticas, pero sí lo son culturalmente, perteneciendo
ellas al mismo género. No podemos decir que un kilo de manzanas sea lo
mismo que un kilo de naranjas, pero sí que es equivalente a otro kilo de
manzanas de la misma calidad. El bien fungible por excelencia es el
dinero.
En cambio, las cosas no fungibles o infungibles son aquellas cuyas características específicas o individuales son
jurídicamente relevantes y únicas, de modo que no pueden ser sustituidas ni
subrogadas por otras.
Imaginemos un jarrón chino de la dinastía del S. X, o una obra de arte de Leonardo Da Vinci.
Infungible es un término que, como tal, no se encuentra en el Diccionario de la Real Academia Española.
4 comentarios:
Menuda discusión se originó en el 4 de COPAS con motivo de lo fungible e infungible!
Para nuestra poetisa Barcos del Mar, estudiosa de nuestro idioma, asegura que, dado que ese término no figura en el diccionario de la Real Academia Española, no existe, y debatir sobre el mismo resulta una lamentable pérdida de tiempo. El Gordo Vilchez, ante el hecho de que pueden cambiarse o sustituirse 2 cosas que por tener el mismo peso sin que nada cambie al respecto, se pregunta si dos almas, dado que pesan 21 grs. según aducen los estudiosos del tema, podrían ser víctimas de esta variante, a lo que luego de ardua discusión, el farmacéutico Schuartz lo tranquilizó diciendo que las almas, por pertenecer a distintas personas cuyas características en vida serían personales y de valor ético y moral seguramente diferentes, resultarían infungibles. El sordo Varea, uno de nuestros mozos, asegura que un café servido por él no es fungible con otro servido por el Chino Olaya, pues el sabor y aroma que él sabe darle es infungible, aunque tengan igual cantidad de café y agua. Esto ocasionó una discusión entre ambos que terminó poniéndonos de testigos. El Tito Gonzaga, dueño del bar, nos trajo a cada uno 2 cafés, de los cuales eran responsables uno el Chino y el otro el Sordo. Después de paladearlos, por unanimidad declaramos que eran fungiubles, cosa que ocasionó la alegría de uno y cierto mal disimulado enojo y desdén por el otro. La verdad que esto de la fungibilidad o su oponente, según nuestro ilustre estudioso de la historia, Liberto Dinastía, sirve únicamente para traer complicaciones. Algún día, dijo, no importa si el año que viene o dentro de 500 años, se podrá viajar en el tiempo, en esto no tengo dudas aseguró el escritor. Para ese entonces habrá viajes e intercambios turísticos y puede darse el caso que un hombre de 70 kilos del siglo 27 sea cambiado por la razón que fuere, quizá para evadir una pena por un acto ilegal, por otro del siglo 30 de igual peso y estatura y parecido físico. Alguien habló entonces del ADN y las impresiones digitales y otro contestó que para ese entonces los adelantos las harían fungibles. Como ya estaba cansado y estábamos entrando en el tiempo de la pavada, me despedí y me fui a dormir.
BARROS MATOS
Ay !! qué divertido es Ud. Barros !!!! ya está definitivamente de regreso ??? en su ciudad ??? dejó atrás los pueblitos encantadores y los días de pesca ???
Cariños
Impecable la definición, querida amiga.
Veo que tu amigo BARROS MATOS, es un especialista de la palabra y te divierte mucho.
Te dejo muchos cariños.
La verdad me he quedado asombrada con tu blog, nos enseñas muchísimas cosas! ¡Gracias! ^^
No tiene nada que ver con esta palabra, pero una que usábamos mucho en el colegio cuando éramos pequeños era "chuminada", siempre me ha hecho mucha gracia, y me asombró comprobar que no en muchos lados se conocía (dentro de España). Como me pediste una palabra de mi infancia, ahí está mi pequeño granito de arena ^^
Pásate por mi blog, te dejé un premio ^^
¡Un abrazo! ^^
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