miércoles, 29 de septiembre de 2010

Sigilo

Obra de Nicoletta Tomas Calabria
(Del lat. sigillum).

1. m. sello (‖ utensilio para estampar en el papel los signos grabados que tiene).
2. m. Impresión que queda estampada por él.
3. m. Secreto que se guarda de una cosa o noticia.
4. m. Silencio cauteloso.

~ profesional.
1. m. secreto profesional.

~ sacramental.
1. m. Secreto inviolable que debe guardar el confesor de lo que oye en la confesión sacramental.

Real Academia Española

Con sigilo se nos cuelan a veces las tristezas. Espían desde un rincón y nos toman por asalto, desprevenidos. Pero no hay nada que pueda vencer este afán de vida, de colores, de amor y de sueños, no hay nada que pueda con nosotros, lo juro.
Objetos perdidos

Por veredas de sueño y habitaciones sordas
tus rendidos veranos me aceleran con sus cantos
Una cifra vigilante y sigilosa
va por los arrabales llamándome y llamándome
pero qué falta, dime, en la tarjeta diminuta
donde están tu nombre, tu calle y tu desvelo
si la cifra se mezcla con las letras del sueño,
si solamente estás donde ya no te busco.

Julio Cortazar
1914 / 1984

lunes, 27 de septiembre de 2010

Musitar

Ilustración de Sergey Rimoshevski
(Del lat. mussitāre).

1. intr. Susurrar o hablar entre dientes. U. t. c. tr.

Real Academia Española

Musitar es una palabra sutil, se diluye en el aire como los susurros, apenas una breve existencia, un resplandor que se desvanece, algo apenas para ser oído brevemente y perecer.

Yo te amaba frenéticamente y con unción,
eras enigmática, distraída
como la llama de un quinqué.
Los tangos nos envolvían
desde ventanas amarillas, doblaban el recodo
de la Esquina Azul, los grandes mitos
del amor suburbano y del rodar de trenes,
sus sirenas melancólicas,
trenes que partían, nunca arribaban,
como nuestra fascinación, se diluían
viajando por las nubes, te estremecían
quebrándote en semillas de granada.

Tanto fue, que nunca fue.
Una noche casi medianoche
te esfumaste bajo la sombra gredosa de un plátano
y ni pude escuchar tu suspiro de adiós,
que me negaste.

Juan Noel Mazzadi
Argentina, 1933 / 1993

sábado, 25 de septiembre de 2010

Barullo

Ilustración de Néstor Taylor
(Del port. barulho, cf. lat. involūcrum).


1. m. coloq. Confusión, desorden, mezcla de gentes o cosas de varias clases.

Real Academia Española

Esta palabra era la más usada en los claustros escolares, el barullo de los escolares al salir al recreo, el barullo de los alumnos en una hora libre de clase. Era también la más usada en los barrios: el barullo de los chquilines jugando en la vereda. En las fiestas populares, el barullo de una banda malsonante. También era la más usada por mamá...el barullo que hay en el cuarto, en alusión al revoltijo de chiches de todo tipo, o el barullo de la tele puesta a todo volumen. Claro que el uso extensivo e intensivo que en nuestras tierras rioplatenses se hace de la palabra quilombo (que curiosamente me entero por la RAE que es de origen africano !) ha ido substituyendo el uso de barullo. Reinvidiquemos entonces la palabra barullo, al menos para equilibrar la balanza.
Sinónimos que pueden encontrar en el Arca: bochinche, batahola y baraúnda

viernes, 24 de septiembre de 2010

Trebejo

Ilustración de Tulla Masinari
(De or. inc.).


1. m. Utensilio, instrumento. U. m. en pl.
2. m. juguete (‖ objeto con que se entretienen los niños).
3. m. Cada una de las piezas del juego de ajedrez.
4. m. ant. Diversión, entretenimiento.
5. m. ant. chanza.

Real Academia Española

Este post está hecho en colaboración con Jesús Malia de Poesía Abierta  porque ocurrió que leyendo un poema de Rosario Castellanos llamado Economía doméstica, encuentra la palabra "trebejo" que, en verdad, hacía mucho, mucho tiempo que no oía. Incluso Jesús nos facilita el párrafo que ilustra la palabra, y que paso a trascribir. Si quieren escuchar el poema completo recitado con la propia voz de la autora sigan este enlace.

..."Pero hay algunas cosas
que provisionalmente coloqué aquí y allá
o que eché en el lugar de los trebejos.
Algunas cosas. Por ejemplo, un llanto
que no se lloró nunca;
una nostalgia de que me distraje,
un dolor, un dolor del que se borró el nombre,
un juramento no cumplido, un ansia.

Que se desvaneció como el perfume
de un frasco mal cerrado
y retazos de tiempo perdido en cualquier parte.
Esto me desazona. Siempre digo: mañana…
y luego olvido. Y muestro a las visitas,
orgullosa, una sala en la que resplandece
la regla de oro que me dio mi madre."

Rosario Castellanos 
México 1925 / 1974

jueves, 23 de septiembre de 2010

Fetiche

Ilustración de Mark Ryden
(Del fr. fétiche).

1. m. Ídolo u objeto de culto al que se atribuye poderes sobrenaturales, especialmente entre los pueblos primitivos.

Real Academia Española

La RAE establece el origen de la palabra en el francés, sin embargo rastreando su etimología, encuentro acuerdo en establecer ese origen en el portugués. Es por eso que transcribo la etimología tal como lo explica El castellano.org ya que se comprende mejor su evolución.
A partir del participio pasivo de hacer, ‘hecho’, se formó la palabra hechizo en español hacia fines del siglo XV, como ‘artificio supersticioso de que se valen los hechiceros’, según definía el Diccionario español-latino (1495), de Antonio de Nebrija.

Hechicero, palabra también formada a partir de ‘hacer’, ya aparecía registrada en nuestra lengua desde Calila y Dimna, un libro de cuentos anónimo traducido del árabe por iniciativa de Alfonso X. Hechicero y hechizo pasaron al portugués como feiticeiro y feitiço. Esta segunda palabra portuguesa llegó luego al francés como fétiche; más tarde, al inglés como fetish. En ambas lenguas denomina objetos de hechicería africana, tales como amuletos y talismanes, y finalmente, reingresó al castellano con este significado, bajo la nueva forma fetiche.

Jugando con el carácter mágico de los fetiches, el filósofo alemán Karl Marx adoptó la palabra para referirse al fetichismo de la mercancía, por el cual, según él, un producto manufacturado oculta las relaciones de trabajo bajo las cuales fue producido.

Más adelante, el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, retomó la palabra fetiche para referirse a ciertos fenómenos observados en su práctica clínica, en los cuales el interés sexual de algunos pacientes aparecía desplazado hacia objetos vinculados indirectamente a su objeto sexual, tales como prendas de ropa, mechones de cabello, etcétera.
Marx y Freud han contribuido ciertamente a que esta palabra mantuviera su plena vigencia, y se encuentre fuera de peligro de extinción. Pero es una palabra interesante que quise incorporar al Arca.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Cambalache

Obra de Jorge Muscia
(De cambiar).
 
1. m. Trueque, considerado con desprecio, jactancia, satisfacción, pesar u otro movimiento del ánimo que se expresa por el tono y el contexto.

2. m. Trueque hecho con afán de ganancia.

3. m. Trueque de diversos objetos, valiosos o no. U. t. en sent. despect.

4. m. coloq. Trueque, con frecuencia malicioso, de objetos de poco valor.

5. m. Arg., Par. y Ur. prendería.

Real Academia Española

Enrique Santos Discépolo: Un genio. realista de su época.
Un profeta del tiempo actual.. Hace 75 años  que compuso la letra y música de un tango que hoy merecería ser expuesto como la acertada  descripción de la sociedad  argentina..
Su tango "Cambalache" lo dice todo. Empieza ubicándonos en el universo al decir: Que el mundo fue y será/ una porquería, ya lo sé./  y de inmediato se instala en su propia época, sin imaginar que la traspasaría como una espada al corazón. Se lanza a una disección despiadada de nuestros vicios, encendido por la inspiración. Adquiere las dimensiones de un profeta al señalar hechos que registra la crónica diaria actual.. Su bisturí es afilado y la indignación lo desborda: las prácticas bochornosas de su entorno, la degradación de valores, la confusión de caminos y de conductas, cargan a este poeta de un pesimismo apabullante. Tal vez confía en que su denuncia genial podrá reavivar la ética, orientar hacia el buen camino y restablecer el perdido sentido común. Que así fuera.

Recordemos la letra del tango:

Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé.
En el quinientos seis y en el dos mil también.
Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafas,
contentos y amargado, baronés y dublés.

Pero que el siglo veinte es un despliegue
de maldad insolente, ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcados en un merengue
y en el mismo lodo,todos manoseados

Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor,
ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador,
Todo es igual!! Nada es mejor!!
Lo mismo un burro que un gran profesor.
No hay aplazados ni escalafón,
los ignorantes nos han igualao

Si uno vive en la impostura, y otro roba en su ambición,
da lo mismo que sea cura, colchonero, Rey de Bastos,
caradura o polizón.
Igual que en la vidreira irrespetuosa
de los cambalaches se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remache,
ves llorar la Biblia junto al calefón.

Es lo mismo el que labura,
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros, que el que mata,
que el que cura o está fuera de la ley.

FuenteNota en el diario La Nación 

martes, 21 de septiembre de 2010

Llega la primavera y el otoño también

Ilustración de Charlotte Lachapelle
En unos sitios reverdece la vida, en otros se cierra el ciclo para que todo sea posible.
La eterna danza de los opuestos. El ritmo inevitable del devenir.
Feliz primavera y feliz otoño para todos !

Dilogía

(Del lat. dilogĭa, y este del gr. διλογία).

1. f. Uso de una palabra con dos significados distintos dentro del mismo enunciado.

Real Academia Española

También vinculado a la palabra silepsis ,polisemia., equívoco y anfibología o ambigüedad.
Es un juego de palabras que consiste en utilizar una palabra con dos o más significados a la vez; sin duda una figura de repetición de palabras de uso ambiguo muy extendido en la actualidad y usado frecuentemente en la publicidad. Es otra figura rica en posibilidades cómicas, pues juega con los homófonos (jira y gira, honda y onda), los homógrafos (amo, dueño y amo, del verbo amar; vela, de barco y vela, de alumbrar), y los paróni­mos (véase paronomasia). Por eso esta figura retórica fue muy utilizada por escritores satíricos.

Salió de la cárcel con tanta honra,
que le acompañaron doscientos cardenales;
salvo que a ninguno llamaban eminencia.
(Quevedo)

El autor utiliza la palabra "cardenal" con dos significados: cargo eclesiástico y moretón.

Los diez años de mi vida los he vivido hacia atrás, con más grillos que el verano, cadenas que el Escorial; más alcaides he tenido que el castillo de Milán, más guardas que el monumento, más yerros que el Alcorán, más sentencias que el derecho, más causas que el no pagar.
(Quevedo).

He aquí un fragmento de La señorita de Trevélez, obra de teatro en tres actos de Carlos Arniches (1866-1943)

-¡Maestro!...¡Ah hijo mío, en amor, como las que enseñan son las mujeres, cuanto más te enseñan, más suspenso te dejan!…

Algún día los hierros de tus balcones presenciaron a solas yerros mayores. (Cantar popular.)

No soy culpable declaro,
del suicidio de Romate.
Pues con su pistola, ¡claro!
me dijo: yo me disparo,
y le grité: ¡disparate!

Mellizas son Casta y Rosa,
mas al irle a preguntar
a la madre que es muy basta,
cuál de las dos era Casta,
me quiso descuartizar

Por último, cuando Eva Perón visitó España a finales de los cuarenta recibió el siguiente telegrama: Evita besos y abrazos.

¿simple y cariñoso saludo o se le quería advertir del contagio de la gripe? Todo depende de la coma.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Mastodonte

Ilustración extraída de El buskador
(De masto- y el gr. ὀδούς, ὀδόντος, diente).

1. m. Geol. Mamífero fósil, parecido al elefante, con dos dientes incisivos en cada mandíbula, que llegan a tener más de un metro de longitud, y molares en los que sobresalen puntas redondeadas a manera de mamas. Se encuentran sus restos en los terrenos terciarios.

2. m. Persona o cosa muy voluminosa.

Real Academia Española

La palabra mastodonte es un neologismo acuñado en el año 1806 por el naturalista francés Georges Cuvier (1769-1832) considerado el padre de la paleontología moderna.
Cuvier descubrió unos fósiles a los cuales clasificó Mastodon Giganteum. Formó mastodon de las palabras griegas "mastos" = pecho o pezón, y "odon" = diente, Giganteum = gigante.
El mastodonte entonces, era un mamífero extinto de grandes proporciones, parecido al mamut, recubiertos de pelo grueso. Eran animales de alzada algo menor que los mamuts o incluso que los elefantes actuales, pero de peso semejante al de éstos, por su constitución muy maciza, con gruesas patas columnares. Estaban dotados de defensas grandes en la mandibula superior, dos gigantescos colmillos de más de un metro de longitud en la mandíbula superior y a veces, en el caso de los machos, otras más pequeñas en la mandíbula inferior. Probablemente las usaban para levantar las matas y las hierbas de las que se alimentaban. Pero los colmillos de mayor tamaño encontrados a la fecha fueron hallados en el pueblo Milia al norte de Grecia. Estos colmillos pertenecieron a una hembra Mammut borsoni, miden 5,02 metros y pesan 400 kg
Algo que llamó la atención de su descubridor y le valió el nombre: unos molares cuya terminación en puntas redondeadas simulaban las mamas.
Perteneció a la era del mioceno y pleistoceno.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Cavilar

Ilustración de Jean-Auguste Dominique Ingres
(Del lat. cavillāre).

1. tr. Pensar con intención o profundidad en algo. U. t. c. intr.

Real Academia Española

Miguel Hernandez, poeta que me duele hasta los huesos, escribía a su amor, desde la cárcel:

"Estos días me los he pasado cavilando sobre tu situación, cada día más difícil. El olor de la cebolla que comes me llega hasta aquí, y mi niño se sentirá indignado de mamar y sacar zumo de cebolla en vez de leche. Para que lo consueles te mando estas coplillas que le he hecho...

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma al oírte,
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño.
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
Ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho.
Él, triste de cebolla.
Tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.

Miguel Hernández, 1939

jueves, 16 de septiembre de 2010

Avezado

Ilustración de Linda Silvestri
1. adj. Ducho, experimentado en algo.

Real Academia Española

Persona que está acostumbrada o habituada a hacer una cosa; en especial cuando la realiza con habilidad. Persona enterada lo suficiente sobre un tema. Capaz de desarrollarlo por encima del conocimiento promedio de la gente: Para ver el fondo del mar no hace falta ser un avezado buceador; de no ser un montañero avezado, lo mejor es continuar por el camino que se interna en el bosque de hayas.

Un sinónimo: experto
Un antónimo: improvisado

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Orear

Ilustración de Douglas Wright
(Del lat. aura, aire).

1. tr. Dicho del viento: Dar en algo, refrescándolo.

2. tr. Dicho del aire: Dar en algo para que se seque o se le quite la humedad o el olor que ha contraído. U. m. c. prnl. Los campos se han oreado.

3. prnl. Dicho de una persona: Salir a tomar el aire.


orear 2.

1. intr. C. Rica. Buscar oro en los ríos de forma artesanal.

Real Academia Española

Recuerdo de infancia, cuando las mujeres de la familia blanqueaban la ropa restregando las prendas con ahínco en las tablas de madera, y salían a las terrazas al sol, desde donde se divisaban los tejados, y colgaban sus blancas ropas a orear, echadas al viento como golondrinas.

Ilustración de Douglas Wright

martes, 14 de septiembre de 2010

Hesitar

Ilustración de Fernando de Vicente
(Del lat. haesitāre).

1. intr. p. us. Dudar, vacilar.

Real Academia Española

Otros sinónimos: titubear, fluctuar, oscilar, estar indeciso, cambiar, variar.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Escaramuza

Asterix y Obelix
(Del it. scaramuccia, combate breve y no decisivo).

1. f. Refriega de poca importancia sostenida especialmente por las avanzadas de los ejércitos.

2. f. Riña, disputa o contienda de poca importancia.

3. f. Género de pelea entre los jinetes o soldados de a caballo, que van picando de rodeo, acometiendo a veces y a veces huyendo con gran ligereza.

Real Academia Española

sábado, 11 de septiembre de 2010

Trémulo

Ilustración de Kelly Vivanco
(Del lat. tremŭlus).

1. adj. Que tiembla.

2. adj. Dicho de una cosa: Que tiene un movimiento o agitación semejante al temblor; como la luz de una vela.

Real Academia Española

Rima LXII

Primero es un albor trémulo y vago,
raya de inquieta luz que corta el mar;
luego chispea y crece y se dilata
en ardiente explosión de claridad.
La brilladora lumbre es la alegría,
la temerosa sombra es el pesar.
¡Ay! en la oscura noche de mi alma,
¿cuándo amanecerá?

Gustavo Adolfo Bécquer

viernes, 10 de septiembre de 2010

Firulete

(Del gall. port. *ferolete, por florete).

1. m. Am. Mer. Adorno superfluo y de mal gusto. U. m. en pl.

Real Academia Española

La palabra firulete proviene del gallego "ferolete" (pequeña flor) metátesis de ferolete, florete, diminutivo de flor. Y en este sentido se refiere a adornos.
Esta hermosa palabra adquiere entonces, por analogía, otros significados. En el área de la gramática, se llaman firuletes a los tildes (á, é, í, ó, ú), puntos ( i, j), diéresis (ü) y virgulilla (ñ) que colocamos en ciertas letras y hacen a la correcta ortografía. Siempre son necesarios para escribir bien, pero a veces son indispensables: no es lo mismo una cana que una caña, no es lo mismo un pulpito que un púlpito.
Una palabra que tiene todos estos firuletes es pedigüeñería, calidad de andar pidiendo todo el tiempo).
Dos palabras muy comunes tienen tres de estos cuatro firuletes: riñón y piñón. (Además, los firuletes están sobre letras consecutivas.)
Otro conjunto de firuletes: el punto, la diéresis, la virgulilla de la ñ, es usado por cigüeña y pedigüeño.

En Argentina y Uruguay, la palabra firuletes ( el arabesco criollo ) se refiere sobre todo a los elementos decorativos. Firulete es una línea pintada típicamente criolla arabesca o caprichosa utilizados en el arte popular del fileteado (el arte de dibujar y pintar líneas finas que parecen hilos).

Un firulete es también un tipo sensible de movimiento o posicionamiento que una pareja por lo general ejecuta en el baile del tango y otras danzas,que consiste en el entrecruzamiento de las piernas de los bailarines de una manera muy sensual. Los mejores bailarines pueden realizar todo tipo de firuletes con el fin de demostrar su capacidad y destreza, también es, en cierta medida, una forma de presumir.. En la zona rioplatense, el baile del tango se destaca por sus variados firuletes.
Por último, El firulete es un famoso tango-milonga en la actualidad. Sus letras fueron concebidas por Rodolfo Taboada, con música compuesta por Mariano Mores en 1956. En esos días casi todo el mundo en Buenos Aires estaba bailando el twist loco. Pero esta situación se vio interrumpida por la voz inolvidable de Julio Sosa, quien, en 1964, cantó El firulete como nadie lo había hecho antes que él. El impacto fue enorme y el cantante uruguayo, pronto trajo a todos de vuelta a la cultura nativa del Río de la Plata. A continuación, los porteños finalmente se abrazaron y empezaron a bailar tango, una vez más (Alberto Paz, "El firulete", Planeta Tango, el 22 de mayo de 2006).

El firulete, óleo de Carlos Manzoni

jueves, 9 de septiembre de 2010

Calcomanía

(Del fr. décalcomanie).

1. f. Entretenimiento que consiste en pasar de un papel a objetos diversos de madera, porcelana, seda, estearina, etc., imágenes coloridas preparadas con trementina.

2. f. Imagen obtenida por este medio.

3. f. Papel o cartulina que tiene la figura, antes de transportarla.

Real Academia Española

Esta palabra es de todas las infancias. Contra la magia de las calcomanías no pueden los Stikers modernos.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Acicalar

Ilustración de Fred Calleri
(Del ár. hisp. *ṣiqál o siqál, y este del ár. clás. ṣiqāl, instrumento para pulir o bruñir).

1. tr. Limpiar, alisar, bruñir, principalmente las armas blancas.

2. tr. Dar en una pared el último pulimento.

3. tr. Pulir, adornar, aderezar a alguien, poniéndole afeites, peinándolo, etc. U. m. c. prnl.

4. tr. Afinar, aguzar el espíritu o las potencias.

Real Academia Española


Fábula / Los dos perros

Procure ser en todo lo posible,
El que ha de reprender, irreprensible.

Sultán, perro goloso y atrevido,
En su casa robó, por un descuido,
Una pierna excelente de camero.
Pinto, gran tragador, su compañero,
Le encuentra con la presa encaminado
Ojo al través, colmillo acicalado,
Fruncidas las narices y gruñendo.
«¿Qué cosa estás haciendo,
Desgraciado Sultán?» Pinto le dice;
«¿No sabes, infelice,
Que un Perro infiel, ingrato,
No merece ser Perro, sino gato?
¡Al amo, que nos fía
La custodia de casa noche y día,
Nos halaga, nos cuida y alimenta,
Le das tan buena cuenta,
Que le robas, goloso,
La pierna del camero más jugoso!
Como amigo te ruego
No la maltrates más: déjala luego.»
«Hablas, dijo Sultán, perfectamente.
Una duda me queda solamente
Para seguir al punto tu consejo:
Di, ¿te la comerás, si yo la dejo?»

España, 1745 / 1801

viernes, 3 de septiembre de 2010

Adefesio

Ilustración de Lilli Gribouillon ( Anne Soline )
(Del lat. ad Ephesĭos, a los efesios, título de una epístola de San Pablo, por alus. a las penalidades que pasó el santo en Éfeso durante su predicación).

1. m. coloq. Despropósito, disparate, extravagancia. U. m. en pl.

2. m. coloq. Traje, prenda de vestir o adorno ridículo y extravagante.

3. m. coloq. Persona o cosa ridícula, extravagante o muy fea.

Real Academia Española

Usamos esta palabra tanto para un individuo, como objeto o cosa ridícula y fea. Cuando una persona viste de forma inadecuada o extravagante se dice que va hecha un adefesio. Este modismo, según el Diario de la Lengua Española deriva de otro referido a la palabra. Antes, se recriminaba con el dicho hablar adefesios al orador que en su discurso emitía algún despropósito o un disparate mayúsculo.

El vocablo adefesio proviene de Ad Ephesios, el título de una carta de San pablo a los fieles de Éfeso, ciudad grecorromana que se levantó a orillas del mar Jónico. Aunque en ella se condena la embriaguez y desaconseja la ingesta de vino, el carácter de cosa inútil o absurda se lo atribuyó el humor popular tal vez por los consejos que se vierten en el capítulo V de la epístola y que el cura sermonea a los recién casados. En concreto, se mofa de la parte en que el apóstol invita a los maridos a que amen a sus mujeres como Cristo amó a la Iglesia y en que recuerda a la esposa la obediencia y devoción que debe mostrar hacia su compañero. Éstas y otras exhortaciones ad-efesios, referentes a la fidelidad conyugal, por lo general se olvidaban al salir de la iglesia, y continuaban con sus “malas costumbres” . La expresión “hablar Ad Ephesios” comenzó a significar “decir disparates o ridiculeces”, de donde derivó al significado actual

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