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Ilustración de Michael Parkes |
(Del lat. Tellus, Tellūris, la Tierra).
1. adj. Perteneciente o relativo a la Tierra como planeta.
2. adj. Perteneciente o relativo al telurismo.
Telurismo
1. m. Influencia del suelo de una comarca sobre sus habitantes.
Real Academia Española
Preciosa palabra la que propuso la
escritora Laura Lozano, tiene cadencia, sonoridad y es grata a la dicción. Enseguida pensé en
"las fuerzas telúricas", recordé nociones de Fen Shui, y lecturas acerca de la arquitectura y las fuerzas telúricas, particularmente la
arquitectura sagrada. Parece ser que nuestros antepasados tenían bien presente la búsqueda de la armonía entre naturaleza y cosmos, algo muy común y aceptado entre otras culturas, como la oriental, pero que a nosotros los occidentales, maestros de razón y paternalistas en el manejo de otros conocimientos que se escapen a la misma, puede que nos toque redescubrir a marchas forzadas, para hacer nuestras vidas mas plenas y darnos cuenta de que no podemos vivir apartados de la naturaleza, pues ésta influye de manera
irremediable en nuestra calidad de vida.
Los lugares que siempre han sido considerados sagrados han resultado compartir una serie de elementos que los convierten en zonas de concentración de las fuerzas
telúricas. Estas funcionan en relación a la persona que se integra en el edifico, de manera que el templo es un amplificador y nosotros el interruptor que lo pone en marcha.
En los lugares sagrados, el altar es el máximo punto de concentración energética. La disposición de las energías se hace de tal manera que se experimente un tránsito de niveles vibratorios desde la fuerza telúrica a la solar. En las iglesias románicas, la pila bautismal también sería un punto fuerte de energía. Dicen que estas iglesias fueron concebidas para que sus energías vibratorias estuvieran activas durante 1000 años. Después, el ser humano ya habría integrado las fuerzas energéticas por sí mismo.
Se convierte, así, en su propio templo individual.
Interesante, no?. Pueden seguir leyendo
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