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Óleo de Frederick Arthur Bridgman |
(Del ár. jarŷa, salida).
1. f. Canción tradicional, muchas veces en romance, con que cerraban las moaxajas los poetas andalusíes árabes o hebreos.
Real Academia Española
La jarcha (en árabe, خرجة jarŷa, "salida" o "final") es una palabra árabe que significa salida o finida. Las jarchas son unas pequeñas cancioncillas romances -los más antiguos vestigios de la lírica popular europea- análogas a nuestros antiguos "villancicos" (en su sentido antiguo) o a nuestras actuales coplas y cantares.
Es una composición lírica popular de la Hispania musulmana, que constituía la parte final de la moaxaja, de la que existen ejemplos desde el siglo X-XI. Parece ser que las moaxajas se construían tomando por base esas cancioncillas romances o sea estribando en ellas. Las jarchas están compuestas en dialecto hispanoárabe coloquial, o en la lengua romance que utilizaban los andalusíes, impropiamente llamada mozárabe. Fueron escritas por poetas cultos árabes y judíos que tomaban como modelo la lírica románica tradicional. Pudieron recogerlas del folclore popular, o bien adaptarlas a sus necesidades métricas (pues debían integrarse en la moaxaja) o bien componerlas de nueva creación, a partir de moldes tradicionales. Su importancia radica en que son el documento más antiguo que se conoce de poesía en lengua romance.
Sobre escasos y muy oscuros precedentes -porque ¿qué cosa humana habrá que no los tenga?- el descubrimiento de las Jarchas, que ha sido uno de los más sensacionales del nuestro siglo en el campo de la Filología, empezó el año 1948, con el artículo de un joven hebreo nacionalizado inglés, S.M. Stern, titulado Les vers finaux en espagnol dans les muwassahs hispanohebraïques.
En las jarchas mozárabes de amor,
generalmente, la voz del autor o de la autora es la de una muchacha que
les habla de sus experiencias amorosas a sus hermanas o a su madre. Se
cree probable que la mayoría de estos textos hayan sido escritos por
hombres, aunque la temática y el contenido de los textos requería su
redacción en la primera persona de la voz femenina. Sus rasgos más
destacados son: la abundancia de exclamaciones, interrogaciones y
repeticiones, el uso de un léxico sencillo y de muchos diminutivos, la
construcción en versos de arte menor. Se considera que las jarchas, las
cantigas de amigo galaico-portuguesas y los villancicos castellano son
ramas de una misma tradición popular, que también tiene ramificaciones
fuera de la Península: la lírica tradicional. La importancia de las
jarchas radica en que ayudan a aclarar los orígenes de la literatura
española, ya que prueban que en la península ibérica también existía
poesía lírica antigua. Hasta el descubrimiento de Stern, la épica era
considerada la raíz de la literatura española.
Los árabes que entraron en España trajeron consigo por lo menos algún eco de la poesía árabe de Oriente, una de las grandes moles literarias de la Edad Media (la poesía en sí misma vino más tarde).
Esa poesía tiene tres características : 1ª. es monorrima, por muy extensa que sea la casida (su poema específico), con la rima en el 2ª hemistiquio, de unos versos largos (media: de 24 a 28 sílabas por verso); 2ª. es uniforme, es decir, no dividida en estrofas, y 3ª. tiene una enorme carga racial árabe, ya que nació y floreció antes del Islam.
No tiene, pues, mucho de extraño que el ambiente bilingüe y multirracial de la España musulmana, donde había multitud de "musulmanes nuevos" (muladíes), protegidos hasta cierto punto por la política omeya de equilibrio, naciera un nuevo tipo de poesía. Tal género andaluz, inventado --según la tradición-- por un tal Muqadamm ben Mu'safà de Cabra, recibió el nombre de moajaxa (literalmente: "embellecida", "adornada por un doble collar de perlas variadas, o por un cinturón de pedrerías y lentejuelas"). La moajaxa se distinguía de la casida (en relación a los tres extremos señalados antes): 1º. en tener variedad de rimas; 2º. en ser estrófica, y no excesivamente larga (inicialmente de 5 a 7 estrofas), y 3º. en tener a su fin una coplilla romance (la jarcha).
Jarcha en mozárabe
¡Tanto amare, tanto amare,
habib, tant amare!
Enfermeron olios nidios,
e dolen tan male.
Traducción al castellano:
¡Tanto amar, tanto amar,
amado, tanto amar!
Enfermaron [mis] ojos brillantes
y duelen tanto.
Jarcha
Vayse meu corachón de mib.
Ya Rab, ¿si me tornarád?
¡Tan mal meu doler li-l-habib!
Enfermo yed, ¿cuánd sanarád?
Traducción al castellano:
Mi corazón se va de mi.
Oh Dios, ¿acaso volverá a mí?
¡Tan fuerte mi dolor por el amado!
Enfermo está, ¿cuando sanará?