Recordando a Snoopy |
1. intr. impers. Nevar ligeramente o en corta cantidad.
Real Academia Española
Hay palabras que se van perdiendo, pero que tienen un sentido emocional para nosotros, una connotación única porque la escuchábamos de pequeños, de boca de nuestras abuelas quizá. Y son de las primeras que aprendimos, y un día descubrimos que las hemos dejado de usar. Quizá pudiéramos recuperarlas de la memoria y construir entre todos una reserva virtual de palabras en vías de extinción. Sólo por el placer de nombrarlas y darles vida nuevamente.
Recordando a Snoopy |
Recordando Los autos locos |
Ilustración Relativity de M.C. Escher
Ilustración de Sendra, personaje "Yo Matías". |
Ilustración de Quino |
(Del ár. hisp. alburúz, y este del ár. clás. burūz, parada militar previa a una expedición).
1. m. Extraordinario regocijo, placer o alegría.
2. m. ant. Extraordinario desorden.
alboroto.
(De alborotar).
1. m. Vocerío o estrépito causado por una o varias personas.
2. m. Desorden, tumulto.
3. m. Asonada, motín.
4. m. Sobresalto, inquietud, zozobra.
5. m. Am. Cen. y Col. Rosetas de maíz o maicillo con azúcar o miel.
6. m. Ec. y Méx. alborozo (‖ regocijo, alegría).
Real Academia Española
Ilustración de Anne Soline |
(Del lat. oblongus).
1. adj. Más largo que ancho.
Real Academia Española
Cyrano de Bergerac, ésta es sin duda, una nariz oblonga. Y ya que de narices se trata, recordé este precioso poema de Francisco Quevedo.
(De ful).
1. adj. Dicho de una persona: Falsa, embustera, o simplemente charlatana y sin seso.
2. adj. coloq. Chapucero, inaceptable, poco útil.
ful.
1. adj. germ. Falso, fallido.
Real Academia Española
Pero para mí, esta es una situación "fulera" también, pues siempre la he usado como sinónimo de "feo".
Ilustración de Pablo Bernasconi |
Ilustración de Pablo Bernasconi |
m. Parte de las puertas o ventanas en que entra el espigón del quicial, y en que se mueve y gira.
fuera de quicio.
loc. adv. Fuera del orden o estado regular.
sacar de quicio algo.
fr. Violentarlo o sacarlo de su natural curso o estado.
sacar de quicio a alguien.
fr. Exasperarle, hacerle perder el tino.
salir de su quicio, o de sus quicios, algo.
frs. Exceder el orden o curso natural y arreglado.
Real Academia Española
El quicio es el punto de apoyo sobre el que se mueve y gira la puerta. Cuando una puerta se sale del quicio, se cae. Las frases sacar a alguien de quicio, desquiciar a alguien, estar desquiciado, desquiciarse son expresiones plásticas para indicar que algo irrita a alguien de tal manera que le hace perder la paciencia y el equilibrio. El sustantivo quicio parece proceder de resquicio ‘abertura que hay entre el quicio y la puerta’.
Ilustración de Anne Soline
1. m. coloq. Ál. y Vizc. llovizna, dícese de la fina y apenas perceptible lluvia.
Real Academia Española
En el País Vasco hallaremos este término escrito txirimiri
"...en su pueblo suele caer el sirimiri al amanecer."
Sobre lluvias y lloviznas
Si algo caracteriza a las precipitaciones en forma líquida es su extraordinaria variedad, debida a las múltiples combinaciones que pueden darse entre la intensidad del meteoro y el tamaño de las gotas de agua. Aunque usemos normalmente el término genérico lluvia para calificar cualquier tipo de precipitación líquida que alcanza el suelo, lo cierto es que hay muchos tipos de lluvia y muchas formas de llover. Esa variedad ha dado origen a una terminología singular que va mucho más allá de la clasificación estrictamente meteorológica, donde sólo se considera el trío formado por la lluvia, la llovizna y el chubasco. En nuestras conversaciones diarias encontramos una gran cantidad de sinónimos y expresiones populares del tiempo que enriquecen sobremanera el lenguaje meteorológico, en especial en lo referente a la lluvia en su acepción más amplia. De la gran cantidad de términos que se emplean para describir la llovizna (“lluvia menuda que cae blandamente”, según el DRAE), el uso de algunos de ellos se ha extendido bastante como es el caso del orvallo u orbayo (de ambas formas lo veremos escrito), que se usa comúnmente en Galicia y Asturias y de forma más ocasional en Cantabria, el País Vasco y en algunas comarcas de León.
El orbayo está asociado la mayoría de las veces a la niebla, de ahí que una de las primeras definiciones que se dio de la palabra orbayar fuera: “Caer el rocio de la niebla".Al igual que el orbayo, el uso de los términos calabobos y chirimiri (o sirimiri) también está bastante extendido. La forma coloquial calabobos hace referencia a la llovizna en el sentido de que es una lluvia tan fina que uno apenas percibe su presencia hasta que al cabo de un rato comprueba que está calado hasta los huesos. La cara que se le queda a uno es de circunstancias (de bobo), de ahí la expresión. Al calabobos le llaman en Burgos y Navarra chirimiri, si bien encontramos en el diccionario el término equivalente sirimiri (txirimiri, zirimiri…), de uso común en las tres provincias vascas. Este término es un vocablo con un curioso origen onomatopéyico en las expresiones del euskera chipi-chipi, ziri-ziri y txirri-txirri, que simulan el ruido provocado por la llovizna al caer.
En Asturias llaman orpín a una llovizna más suave que el orbayo, lo que podríamos identificar con una niebla meona [lluvia meona]; es decir, aquella que sin llegar a producir precipitaciones sí que termina por hacer desprender minúsculas gotas de agua. En algunas comarcas manchegas, este tipo de niebla casi precipitante recibe el nombre de niebla chorrera. En el castellano antiguo tienen su origen las palabras mollina y sus variantes morrina, mollisna y mollizna, con las que se identifica también a la llovizna. Molliznar [amollinar], al igual que pintear, pruar y garuar, significa lloviznar. El término garuar y sus variantes (garubiar, garugar…) no se emplea hoy en día en España pero sí en América latina, donde su uso está muy extendido.
Texto: José Miguel Viñas Rubio
Meteorólogo
Revista RAM