miércoles, 29 de agosto de 2012

Trompicón / Trompico


Ilustración de Tiago Hoise
  (De trompico).

1. m. Tropezón o paso tambaleante de una persona.
2. m. Tumbo o vaivén de un carruaje.
3. m. Porrazo, golpe fuerte. 

a trompicones.

1. loc. adv. A tropezones, a empujones, a golpes.
2. loc. adv. Con discontinuidad, con dificultades.


trompico.

(Del dim. de trompo).

1. m. perinola.
Real Academia Española


Tú eres mi ebriedad

Tú eres mi ebriedad
ni me desembriago
ni puedo desembriagarme
ni quiero desembriagarme
me pesa la cabeza
tengo las rodillas destrozadas
y todo cubierto de barro
avanzo a trompicones hacia tu luz que se enciende y se apaga.

Nazim Hikmet 
Imperio Otomano, 1901 - Moscú, 1963
(Publicado en Últimos poemas 1959-1960-1961)

martes, 21 de agosto de 2012

Horcajadas / Horcajo

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu9EeEcwcGJiPNF9f5M-KwYMnNA6Vw93pVSye2kkMbiA14Q6AcJqkcL_UJd7RbN2g-JGHOJyOkkbSCBexFc44Hzr3zU2DDOzFaDDQhdsASV4P_AGaE4ERTDBVcucnXYBfhxwCvpWC9xTQ/s400/lady_godiva_by_john_collier.jpg
Ilustración de John Collier
 (De horcajo).
a ~.

1. loc. adv. Dicho de montar, cabalgar o sentarse: Con una pierna a cada lado de la caballería, persona o cosa sobre la que se está.

Horcajo

(Del dim. de horca).
 
1. m. Horca de madera que se pone al pescuezo de las mulas para el trabajo.
2. m. Confluencia de dos ríos o arroyos.
3. m. Punto de unión de dos montañas o cerros.
4. m. p. us. Horquilla que forma la viga del molino de aceite en el extremo en que se cuelga el peso.

Real Academia Española

Esta forma lingüística puede recordar a otra que es "a cuestas". Sin embargo, ir "a cuestas" no es exactamente lo mismo que "a horcajadas" aunque a veces pudieran confundirse.
Llevar a alguien a cuestas es llevarle sobre los hombros o las espaldas.
Ir a horcajadas significa ir en la postura de montar a caballo, con una pierna a cada lado del objeto sobre el que estás. En las motos se suele ir sentado a horcajadas, por ejemplo.
El sujeto de ambas expresiones puede ser distinto: El que lleva (a cuestas) y el que va (a horcajadas). 
El caballo te lleva a cuestas y tú vas a horcajadas sobre él.

MI CABALLERO

Por las mañanas
Mi pequeñuelo
Me despertaba
Con un gran beso.
Puesto a horcajadas
Sobre mi pecho,
Bridas forjaba
Con mis cabellos.
Ebrio él de gozo,
De gozo yo ebrio,
Me espoleaba
Mi caballero:
¡Qué suave espuela
Sus dos pies frescos!
¡Cómo reía
Mi jinetuelo!
Y yo besaba
Sus pies pequeños,
¡Dos pies que caben
En solo un beso!

José Martí
La Habana, Cuba, 1853 – 1895

domingo, 19 de agosto de 2012

Necrópolis

Ilustración de Frances Frozen
  Del gr. νεκρόπολις, ciudad de los muertos).

1. f. Cementerio de gran extensión, en que abundan los monumentos fúnebres.

Real Academia Española

Antes del cristianismo llamaban “necrópolis” al lugar donde se enterraba a los muertos. La palabra “cementerio” viene del griego (κοιμητηριον “koimetérion”) y significa “dormitorio”. Posteriormente fue introducida por los cristianos, que creían en la resurrección. Por eso, cuando alguien muere decimos “que descanse en paz”, esperando su resurrección.

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