1. f. Brinco que dan quienes danzan, cruzando varias veces los pies en el aire.
2. f. voltereta (‖ en el aire).
3. f. Salto que da el caballo, soltando un par de coces mientras se mantiene en el aire.
Real Academia Española
Cabriola es una palabra que deriva del italiano capriola, que es el movimiento del capriolo , nombre que se da a cualquier venado o corzo. A su vez derivan del diminutivo del latin capreola, que es cabrito y también gacela, siendo diminutivo de capra (cabra). Es así como llamamos cabriola a los brincos que dan los que danzan por semejanza a los ágiles saltos de las cabras y gacelas.
Nos detendremos en la cabriola que realiza el caballo, y los invito a disfrutar de un adiestramiento en el cual el caballo dibuja verdaderas danzas en cámara lenta.
3 comentarios:
Ayer se entregaron los premios Konex al deporte, y hoy se me ocurre que debería agregarse la Cabriola como actividad deportiva. Si bien es cierto que está dirigida más a la danza tanto como a una actividad practicada con caballos, la historia tiene a cabriolistas como un arte en el deporte, en los 12 franceses que el rey Federico II de Prusia, en el año 1750, llevó a su corte y que habrían demostrado una unidad entre baile y deporte que se perdió como práctica con el correr de los siglos. Un cabriolista desconocido por el público en general, sólo supieron de él sus vecinos en un pueblito fronterizo entre Salta y Jujuy, allá por 1950, y que yo pude ver de paso en uno de los tantos cambios de trabajo de mi padre, se llama Hans Staffer, y había escapado de Alemania con su familia en 1939, y ese escape tuvo mucho que ver con su capacidad para las cabriolas. Junto con 2 pelotas de futbol daba saltos carnero cayendo de pié, con una pelota en los pies que enviaba a la cabeza y la que tenía en ella, caía a sus pies, donde se juntaban, para correr llevando a ambas como haría un jugador de fútbol haciendo un gol doble con las dos al mismo tiempo en un arco muy pequeño. Trabajó así en un circo ambulante, sus padres oficiaban de cuidadores de animales, hasta la frontera con Suiza, donde pudieron dejar el circo y en una homérica travesía, llegaron a este rincón de América. A veces entretiene a los chicos del pueblo con la poca agilidad que le queda, suficiente para admirarlos haciéndoles pasar un grato momento.
BARROS MATOS
Cabriolas con emociones.
Cirque du soley.... "alegría".
Nadie se arrepentirá de verlo. Nadie dejará de emocionarse.
Busquen y vean la belleza.
Funes
BARROS MATOS
Esta es la 2ªparte del comentario de ANDRAJO que no salió en su momento.
La soledad no es mala compañera, cuando uno sabe acompañarse a si mismo. No quiere decir que sea recomendable, pero cuando está al lado de uno, es mejor ser su amigo. Pelear con ella no resuelve nada, lo que hay que tratar es de que nos abandone de a poco y no se convierta en jirones de angustia, eso se puede lograr, lo sé por experiencia. Y ahora está conmigo cuando la necesito. Guardo los recuerdos diferenciados, los buenos, los regulares, los malos, los elijo y traigo a mi mente cuando, en soledad, quiero reverdecerlos. A la noche subí a la terraza a fumar un cigarrillo y estar solo con mis pensamientos, antes de ir a dormir. Una brisa movía unas sábanas colgadas en la terraza de al lado, simulaba un velero navegando el mar de la noche, siguiendo a las estrellas. En la de enfrente, un perro turnaba su mirada al cielo y a mí, un ratito a cada uno. Quizá quería ver quién ladraba primero. Recordé mi corto y feliz matrimonio, el hastío que llegó de a poco, jirones de desencuentros entre pasajes de amor y tristeza, esa separación aún amándonos, para evitar que el resquemor llegara a nuestras vidas convirtiéndonos en extraños…este encuentro que no repetiremos, pues sería volver sobre los recuerdos que hoy rememoramos, serán horas aburridas, y arruinaremos este momento feliz. Me levanté para dejar la terraza. El perro hacía rato que me ignoraba.
BARROS MATOS
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