domingo, 14 de noviembre de 2010

Retozar

Ilustración de Dani Torrent
(Del lat. *retunsāre, de retu[n]sum, retundĕre, dar metidos o golpes).

1. intr. Saltar y brincar alegremente.
2. intr. Dicho de una persona o de un animal: Travesear con otros.
3. intr. Dicho de personas de distinto sexo: Travesear con desenvoltura. U. t. c. tr.
4. intr. Dicho de una pasión: Moverse, excitarse impetuosamente en lo interior.
5. intr. Méx. Hacer ejercicios ecuestres.

Real Academia Española

Si alguno creía que retozar significaba "estar echado sin hacer nada", estaba equivocado. Esta palabra está asociada a la actividad ( brincar, saltar alegremente ), al juego ( travesear con otros, personas o animales ) y también a los juegos amorosos que mueven en su interior pasiones.
Sus sinónimos son: brincar, cabriolar, correr, corretear, jugar, juguetear, saltar, triscar, jaranear, alborotar.
En el tesoro de la Lengua castellana o española escrito por Sebastián de Covarrubias Orozco, leemos:
Moverse descompuestamente con alegría y contento, por hacer fiesta y lisonjear a otra persona, como lo hace el perrico cuando viene de fuera su señora o su dueño.Retozar con el verde las bestias y holgando se ponen lozanas; lo mismo suelen hacer los que están bien mantenidos y contentos.
Retozar la risa en el cuerpo, querer reir y disimularlo.
Retozar las mozas es pellizcarlas o tocarlas ligeramente con la mano.
En cuanto a su etimología, atento que propiamente se dijo del perro, viene de RE y TUS TUS, o tuso tuso, que son las palabras con que halagamos el perro y él se regocija. Hay un proverbio que dice: A perro viejo nunca tus tus. Y así de retusar, dijimos retosar y retozar.

4 comentarios:

vicky dijo...

Que palabra tan divertida!! y la imagne super alegre :).besoss

Anónimo dijo...

Al contrario de lo que parecería conociéndome como soy hoy, de chico fui lo que se llamaría “un niño retozón”. Mi abuelo era colono y vivía en el campo entrerriano, y fue en su casa donde pasé mis más lindas y mejor recordadas vacaciones. Correr por el campo, seguirlo mareándolo con preguntas y juegos, hacía que de cuando en cuando, aunque con una sonrisa, protestara “¡Quedate un ratito quieto, por favor!” Mi abuela nos observaba desde la ventana de la cocina de la vieja casona, y cuando pasaba cerca me gritaba “¡No le hagas caso al viejo cascarrabias, gastate todas las energías antes de venir a comer!” Mis abuelos se fueron mucho antes de lo que yo esperaba. Primero mi abuela, y mamá y yo fuimos a quedarnos todo el verano con él, aprovechando mis vacaciones, mientras papá seguía en su trabajo. El abuelo me decía que la abuela lo visitaba mientras dormía, diciéndole que estaba en un campo enorme y verde, buscando una casita para los dos, chiquita, las almas no necesitaban mucho espacio, y que al conseguirla lo vendría a buscar. Yo le escuchaba esta historia y otros cuentos, ya no era el niño travieso de poco tiempo atrás. Dos meses después que se fuera la abuela, falleció mientras dormía, a la mañana lo encontramos semirecostado sobre dos almohadas, una mano en el pecho y la otra palma hacia arriba, como intentando elevarse para tomar una mano que se le ofrecía, con una leve sonrisa en el rostro. “La abuela vino a buscarlo” dijo mamá. Creo que el niño retozón que una vez fui, se quedó para siempre en ese campo.

Barros Matos

Anónimo dijo...

Gracias Celeste por su gentileza y su paciencia.
Barros Matos

Daniel dijo...

Qué curioso, yo también pensaba que ésta palabra significaba lo contrario: estar en la cama sin hacer nada u holgazanear.

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