viernes, 19 de noviembre de 2010

Arrullar

Danae / Óleo de Gustav Klimt
(De la onomat. ru, según el modelo de aullar y maullar).

1. tr. Dicho de un palomo o de un tórtolo: Atraer con arrullos a la hembra, o esta a aquel.
2. tr. Adormecer al niño con arrullos.
3. tr. Dicho de un sonido o de un ruido: adormecer.
4. tr. coloq. Dicho de los enamorados: Decir palabras dulces y halagüeñas. U. t. c. prnl.

Real Academia Española

Arrullo de tu manos, tierno arrullo, arrullo que arropa el alma, arrullo del viento en la montaña, arrullo de tu voz clara, arrullo en la distancia, arrullo de Dios.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
Déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Pablo Neruda
Poema 15 de «Veinte poemas de amor y una canción desesperada», 1924

4 comentarios:

Barros Matos dijo...

ARRULLO
Una brisa de otoño, cuando el sol se escondía,
La trajo hasta mi vera con eco de sonrisa,
Arrullo inesperado que anidó en mi tristeza,
Y sentí nuevamente el color de la vida.

Una voz entre tantas, perdidas lejanías
Volvieron de los tiempos de añejas primaveras,
Y en este, mi crepúsculo gris, adormecido,
Un vuelo de nostalgias, de caricias perdidas

Regresaron de pronto, se abrieron en mi alma
Porque una voz lejana que me acercó la brisa,
Me devolvió la lágrima final del desencuentro
Y el arrullo primero del amor que volvía.

BARROS MATOS

Unknown dijo...

Arrullo, palabra geográfica y poética. Cierro los ojos y me traslada a las Sierras de Córdoba, el arrullo del viento entre montañas y arroyos cristalinos.
Y me lleva a Julieta Inchausti –mi amor para siempre-; “arrullo que arropa el alma” como dice la editora. Conté de Julieta en las palabras “aldaba” (aldaba de la puerta de su casa que robé cuando ella se marchó para siempre) y en “jalde”, porque fue Julieta quien me enseñó la magia de ese color tan único, una tardecita en la plaza Elcano, a la hora justa, mientras tomábamos mate y festejábamos con la vida nuestros 16 años.
Y he aquí dos poesías: la del genial Neruda, y la de nuestro asombroso contertulio Barros Matos.
Pero todos tenemos dentro una poesía como un “tierno arrullo”. A algunos, menos dotados en las lides de la palabra, nos cuesta más traducir esa poesía interior en una bella composición. Pero hace bien sacar esa poesía interior, afuera, aunque termine como e mi caso, siendo nada mas que un verso menor escrito por un poeta menor del sur del mundo.
Y así mi poesía está compuesta por recuerdos que son imágenes de aquello que me pasó y cobran vida. “Riman” entre ellas las imágenes en el recuerdo como el verso mas añorado, y nos arropan.
Funes
(sigue)

Unknown dijo...

Bueno... ahí está mi poesía. Antes, una anotación. Me tomé -descaradamente- la licencia de usar la bella expresión "arrullo de tus manos" que tomé sin pedir prestado a Celeste, y la frase "rabia de amar" que tomé (con igual descaro), de una breve y bellísima canción que me emociona siempre.


Aun en tu ausencia cotidiana tengo
la imagen final del beso que nos dimos
que nos “robamos” Como si fuera fruta fresca:
dulce, tierno, tembloroso, compartido.
En el patio de tu casa, con el fresno
y baldosas rojas como únicos testigos.

Julieta de mi vida y de mis sueños
que en la plaza Elcano me enseñaste
una tarde de otoño ya lejana
que el color de la magia era el “jalde”
Y Aunque esté ausente el “arrullo de tus manos”
Ya no sentiré dolor porque te fuiste
Será “como la rabia de amar” esta alegría
Por el breve tiempo -infinito- que me diste.
Funes

Celestacha dijo...

Barros, es precioso ese poema Melancolía...Ud. es su escritor ?? porque, de ser así, Ud. y un tal Funes tienen en común la sensibilidad por la bella expresión del alma en palabras.
Enaltece este blog sus escritos.
Saludos !

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