1. f. Uso de una palabra con dos significados distintos dentro del mismo enunciado.
Real Academia Española
También vinculado a la palabra silepsis ,polisemia., equívoco y anfibología o ambigüedad.
Es un juego de palabras que consiste en utilizar una palabra con dos o más significados a la vez; sin duda una figura de repetición de palabras de uso ambiguo muy extendido en la actualidad y usado frecuentemente en la publicidad. Es otra figura rica en posibilidades cómicas, pues juega con los homófonos (jira y gira, honda y onda), los homógrafos (amo, dueño y amo, del verbo amar; vela, de barco y vela, de alumbrar), y los parónimos (véase paronomasia). Por eso esta figura retórica fue muy utilizada por escritores satíricos.
Salió de la cárcel con tanta honra,
que le acompañaron doscientos cardenales;
salvo que a ninguno llamaban eminencia.
(Quevedo)
El autor utiliza la palabra "cardenal" con dos significados: cargo eclesiástico y moretón.
Los diez años de mi vida los he vivido hacia atrás, con más grillos que el verano, cadenas que el Escorial; más alcaides he tenido que el castillo de Milán, más guardas que el monumento, más yerros que el Alcorán, más sentencias que el derecho, más causas que el no pagar.
(Quevedo).
He aquí un fragmento de La señorita de Trevélez, obra de teatro en tres actos de Carlos Arniches (1866-1943)
-¡Maestro!...¡Ah hijo mío, en amor, como las que enseñan son las mujeres, cuanto más te enseñan, más suspenso te dejan!…
Algún día los hierros de tus balcones presenciaron a solas yerros mayores. (Cantar popular.)
No soy culpable declaro,
del suicidio de Romate.
Pues con su pistola, ¡claro!
me dijo: yo me disparo,
y le grité: ¡disparate!
Mellizas son Casta y Rosa,
mas al irle a preguntar
a la madre que es muy basta,
cuál de las dos era Casta,
me quiso descuartizar
Por último, cuando Eva Perón visitó España a finales de los cuarenta recibió el siguiente telegrama: Evita besos y abrazos.
¿simple y cariñoso saludo o se le quería advertir del contagio de la gripe? Todo depende de la coma.
3 comentarios:
Un gran recurso de los satíricos. Y entre ellos no podía faltar el genial Quevedo.
Y cómo no recordar a Don Francisco sin rememorar su famoso calambur a la reina Mariana de Austria, segunda esposa de Felipe IV de España.
Cuenta la historia que tras apostar el pago de una cena con sus colegas, Quevedo compró dos ramos de flores: uno de claveles blancos y otro de rosas rojas, y se presentó ante la reina en la plaza pública en la que ésta se encontraba. Con una cortés reverencia, Quevedo extendió los brazos ofreciéndole a Mariana de Austria los dos ramos de flores, uno sujeto en cada mano. A continuación Quevedo recitó a la reina los dos versos que harían que sus amigos le pagasen la cena de la apuesta. Y dijo así:
Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja.
Que podría interpretarse como
Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad es coja.
La reina era coja realmente y le enojaba mucho toda mofa hacia su discapacidad.
Fuente: Wikipedia.
Me ha encantado este blog al que llegué por casualidad.
Os dejo una dilogía propia:
"Dejádme sólo"-Gritó- "Y sólo el eco respondió."
Un saludo.
J.
Hola José ! tu dilogía es fantástica !!! gracias por pasarte por este rincón y me gustaría que vuelvas. Un saludo para ti.
Celestacha
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