jueves, 9 de septiembre de 2010

Calcomanía

(Del fr. décalcomanie).

1. f. Entretenimiento que consiste en pasar de un papel a objetos diversos de madera, porcelana, seda, estearina, etc., imágenes coloridas preparadas con trementina.

2. f. Imagen obtenida por este medio.

3. f. Papel o cartulina que tiene la figura, antes de transportarla.

Real Academia Española

Esta palabra es de todas las infancias. Contra la magia de las calcomanías no pueden los Stikers modernos.

4 comentarios:

Edit dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Edit dijo...

No hay cosa mas linda que comprar chicles y usar las calcomanias, pasando la imagen al brazo.
Eso es lo que mas aman nuestros hijos y sobrinos.
Un beso Cele.
Espero que estes bien.

Unknown dijo...

Como en la gran mayoría de las cosas en estos tiempos también nos ganó el modernismo. Los purretes de hoy no saben qué es una calcomanía. Es más: llaman al “Sticker” calcomanía, como si fuesen lo mismo.
Y para nada son lo mismo. Me basta “viajar” a mi infancia, y saber que la calcomanía verdadera era la llamada "calcomania al agua" que era un dibujo, un gráfico hecho en "papel de calcomanía" que se pasaba del lugar donde estaba impreso a otra superficie cualquiera mediante el uso del agua. Se humedecía el calco y se lo fijaba con firmeza en la superficie elegida. Luego, con cuidado se lo retiraba y, como por arte de magia, la figura del calco “pasaba” directamente a esa superficie con sus formas y colores. Los stickers en cambio, son imágenes montadas sobre una superficie (papel, cartón) que viene engomada con un pegamento protegido por un papel: se retira ese papel y se pega. No hay “transferencia” de imágenes, para nada. Es más: cualquier “gil” pega un sticker, pero… pegar una calcomanía no era tan fácil. Recuerdo que algunas, si las humedecías de mas, los colores se dispersaban desfigurando la imagen y haciendo un enchastre.
En una época corrió el rumor que cierta droga adictiva y peligrosa era “distribuida” masivamente mediante calcomanías. Decía el rumor que para generar consumo y adicción a esa droga en los jovencitos, las calcomanías venían elaboradas con la misma y que al pasarse la imagen de la calco a la piel, el químico adictivo ingresaba al cuerpo humano por medio de la dermis. Eran mentiras, pero mi madre se enojaba muchísimo cuando yo estampaba una calco en mi brazo o donde sea de mi cuerpo. “Funes, sos pavote vos? Qué querés, envenenarte?”, me decía. Y entonces al baño a lavarse y sacarse la calcomanía.
Hay coleccionistas de calcomanías. Tipos que se quieren aferrar al último vagón de un tren que se fue para siempre. entonces, coleccionan calcos antiguos y tengo entendido, todas las noches sueñan con ellos. En esa "otra vida" (que es la vida cuando soñamos) ellos viven de veras.
Como mi madre no me dejaba pegar calcomanías en mi cuerpo (por aquello de la droga) logré una buena transacción: ella dejó de forrar mis cuadernos y carpetas de la escuela con ese horrendo papel "araña" y me permitió "decorar" los mismos con calcomanías. Me dijo hace un rato que aún conserva alguna carpeta y cuaderno por ahí. Bien.
Hoy, tengo un amigo del café, Roy Patterson que se va de vacaciones a Punta del Este por ejemplo, y cuando vuelve dice “che, Funes, me llenaron el ´coche´ de calcomanías”(no dice "auto", el infeliz dice "coche"). En verdad, lo que hace es “darse corte” de que veranea en el este. Es su forma de “mostrar” su status. Yo debería decirle “stickers, Paterson… Stickers…. Calcomanía es otra cosa para lo cual no estás preparado….”
En fin

Mariela Torres dijo...

A mí me gustaban los libros que venían con calcomanías, que se pasaban frotando con un lápiz, o mejor con una birome gastada. Durante mi infancia creía que eran "calcamonías".

Besos.

Quizá también te interese

Related Posts with Thumbnails