Ilustración de Aka Lousie |
(De or. inc.).
1. adj. Débil, enfermizo. U. t. c. s.
Real Academia Española
Había un gorrión minúsculo que, cuando retumbaba el trueno de la tormenta, se tumbaba en el suelo y levantaba sus patitas hacia el cielo.
-¿Por qué haces eso? -le preguntó un zorro.
-¡Para proteger a la tierra, que contiene muchos seres vivos! -contestó el gorrión-. Si por desgracia el cielo cayese de repente, ¿te das cuenta de lo que ocurriría? Por eso levanto mis patas para sostenerlo
-¿Con tus enclenques patitas quieres sostener el inmenso cielo? -preguntó el zorro.
-Aquí abajo cada uno tiene su cielo -dijo el gorrión-. Vete... tú no lo puedes comprender...
Anónimo
5 comentarios:
Es una de mis preferidas.
La uso seguido...
Cuando estoy mareada o muy engripada.
Enclenque es un vocablo que se adapta a múltiples situaciones, es decir, una palabra ubicable en distintos aspectos del acontecer diario. Sirve para diagnosticar un estado de salud física precaria de un ser humano, de la misma forma con que se puede caracterizar eufemísticamente la situación económica de un país. Se dice de una planta que regamos y abonamos pero que no crece firme y florida, y se puede referir en forma peyorativa a los fundamentos de un discurso con el que no estamos de acuerdo, o admirarnos de que quien físicamente lo parece, demuestra de pronto capacidades físicas insospechadas. En resumen, enclenque es multiubicable, y. como todo aquello que es transferible de una situación a otra, hay que tener cuidado con él. De acostumbrarse a usarlo en diferentes casos, uno puede llegar a equivocarse y darle ese tratamiento a algo completamente distinto o dejarse llevar por las apariencias. Dicen que Goliath cuando lo vio a David largó la carcajada diciendo “¡¿A ese enclenque me lo ponen como adversario?!” y en vez de ponerse en guardia largó la carcajada. Así le fue.
(Hace un rato murió Néstor Kirchner, ex presidente argentino, esposo de la actual presidente; presidente de UNASUR; diputado nacional, presidente del Partido del gobierno -partido justicialista-. Entonces escribí lo que sigue.)
Recién nomás, hace minutos, este diálogo:
Mi hijo:- “Viejo, lo acaban de internar a Néstor Kirchner”
Funes:- “pero, está grave?”
Mi hijo:- no se papá, pero la tercera es la vencida”
A los tres minutos mi hijo nuevamente: “viejo!!!! Se murió Néstor Kirchner!”
Y si… entonces la tercera fue la vencida: fue su tercera internación este año y su corazón enclenque no resistió más.
Según todos los profesionales en medicina que pulularon por los medios de comunicación desde su primera internación el hombre estaba muy delicado: aquella operación de carótida no era una cuestión menor, sino muy grave. Y lo mismo cuando el 11 de setiembre lo internaron de urgencia, nuevamente. Fue la segunda.
Pero el ex presidente argentino no se cuidó, sino que, al contrario, a los pocos días de su segunda internación y operación, salió a demostrar una fortaleza que en verdad no existía asistieno a actos políticos, viajando, demostrando su "poder".
Su salud era enclenque.
Lo que ocurrió –creo- es que como típico político argentino, Néstor Kirchner se pensaba a si mismo inmortal. La impunidad, la posibilidad de hacerse millonario desde el gobierno, el uso de una incontinencia verbal que le permitía decir cualquier cosa de cualquier persona, la embriaguez que da el poder hace que los que gobiernan sin entender lo efímero de la función y su obligación de servir al prójimo, piensen que “todo lo humano” les es ajeno, entre otras cosas, la muerte.
¿Cómo podía ser enclenque la salud del ex presidente argentino, si el tenía poder, mucho poder?
Debió Néstor Kirchner leer con urgencia el cuento de esta entrada.
Habría entendido tal vez que el verdadero poder no estaba en la acumulación de uno que al final, es falso.
Falso como el del zorro que no entendió seguramente qué le quiso decir el gorrión con sus enclenques pero definitivamente "fuertes" patitas.
En fin
Funes
De acuerdo, Funes. El poder es un elixir falluto (permítame el lunfardo) que miente a las posibilidades físicas y a la mente de que todo le es permitido y posible. La tentación del abuso en quien tiene poder lo lleva a olvidar muchas premisas indispensables, físicas, sociales y morales, y envanecido generalmente por los elogios de los advenedizos, cree ser y poder más de lo que en realidad le es posible. El poder cuando anula la prudencia, en las acciones y en las palabras, va en detrimento de lo que es razonable, lógico, sano, bueno, aceptable, recomendable, y culmina en la última gota de aquel elixir que mentía inmortalidad.
Bueno, amigos, como casi siempre me dejan sin palabras. Ahora a Funes se nos suma Barros Matos con temas de vida, miradas y relatos deliciosos.
Inevitablemente la muerte se nos enfrenta y nos agita pensamientos y sentimientos de todo tipo. El primero que se me vino encima, enterada la noticia, es nuestra despojada situación de hombres frente a la muerte. Ahí estamos, sin ni siquiera nombre y apellido, con nuestra mochila atrás, y una luz, que puede ser imperceptible, o un poco más visible, o un farol que ilumina resplandeciente, en la frente, como si fuera el casco de un minero con su lámpara guía.
Frente a la ilusión de la muerte. Una ilusión de nuestra mente que sólo ve formas, que solo ve parcialidades, que no puede ver sincronicidad sino devenir. Y pensaba que en nuestra mochila cargamos nuestros egos, las creaciones que fuimos alimentando como a niños desde chicos, y desde antes también, y que nos tiranizaron al punto de olvidar quiénes somos en realidad.
Luz y sombras...qué tema ! algún día lo charlamos, como en una charla de café...
Los saludo, Celeste
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