(De virar).
1. adj. coloq. Bizco, bisojo.
virola
(Del fr. virole).
1. f. Abrazadera de metal que se pone por remate o por adorno en algunos instrumentos, como las navajas, las espadas, etc.
2. f. Anillo ancho de hierro que se pone en la extremidad de la garrocha de los vaqueros para que la púa no pueda penetrar en la piel del toro más que lo necesario para avivarlo sin maltratarlo.
3. f. Contera de un bastón, de un paraguas, etc.
Real Academia Española
Recordaban que a las personas bizcas o estrábicas se las llamaba virola?
Más presente, en cambio, tenemos la palabra cuando hablamos de la virola del mate, o de navajas, pipas o cualquier otro objeto al que se quiere reforzar con una abrazadera, argolla o arandela de metal, a la vez que añade un aspecto decorativo al objeto.
Recordaban que a las personas bizcas o estrábicas se las llamaba virola?
Más presente, en cambio, tenemos la palabra cuando hablamos de la virola del mate, o de navajas, pipas o cualquier otro objeto al que se quiere reforzar con una abrazadera, argolla o arandela de metal, a la vez que añade un aspecto decorativo al objeto.
Óleo de Carlos Ferreyra |
4 comentarios:
Hay diferencias entre "virolo" y "virola"?. Diría que sí. Que la segunda es una palabra mas amplia en cuanto a los conceptos que abarca.
Por su parte, con "virolo" referimos a un concepto: el tipo estrábico, con un ojo o ambos, bizcos.
Bueno. Confesaré que en mi niñez sufrí el apodo "virolo": era Funes terriblemente bizco de su ojo derecho. Y mas temprano que tarde, mis primeros amiguitos, con esa sinceridad brutal de los niños me apodaron "virolo".
En aquella época no era común las operaciones para corregir el defecto. Se temía que igual no quedaría bien el ojo de mirar torcido, por lo que se prefería "corregir" mediante la colocación de un parche en un ojo para "obligar" al otro a centrarse. Sufrí obviamente el parche también. Pero conté (cuento) con padres generosos y valientes. Y contra todos los pronósticos y voces agoreras, me pusieron en manos del Dr. Ceballos. Y entonces la maestría de este cirujano, mas el amor incondicional de mis padres hiceron que "virolo" deje de serlo.
Y ahí marchaba Funes, niño feliz, "orondo" con su nueva mirada, y mis viejos seguro tan felices también por dentro por haber sido padres valientes.
Nunca les agradecí a mis viejos queridos que hayan transformado a un niño "virolo" en un niño feliz y orgulloso.
Por eso, insistiendo en la creencia de que don Barros Matos es amigo de mi viejo, porque son del mismo barrio (del barrio de Agronomia) le pido -aunque seguro que negará conocerlo-, le diga a mi viejo que en el "Arca de las palabras" de Celeste hay un tal Funes que dice ser su hijo y que lo ama para siempre.
Funes
Insistente el amigo Funes. Lo voy a complacer. Me voy a ir el domingo a ese barrio que no es el mío, a pesar de lo que él diga,y me paseará con un cartelito sobre el pecho que diga "busco a un señor Funes, que gusta de ingerir sandwiches de chorizo" para contarle al go que, seguro, él sabe. Que su hijo lo ama para siempre.
Las acepciones de la palabra virola varían desde las que reconoce la RAE y expone nuestra editora, hasta la manera que desde el lunfardo se denomina a los bizcos. Si me permiten, yo voy a transformar esa virola de de adorno en la boca del mate gaucho, en una de oro llamado anillo, para contar una historia. Resulta que mi amigo Vilches, está enamorado y es correspondido por una dama de nuestra edad, Irene Mendoza, soltera, muy grácil y de hermosos ojos, a quien conoció de casualidad por ser profesora de yoga y amiga, a pesar de la diferencia de edad, de su hija. Esta dama tuvo un novio que un día desapareció llevándose sus esperanzas, su alegría y sus ahorros. La cuestión es que el Gordo quiere casarse, con el visto bueno de la hija, y ante las dudas de ella a tomar ese paso, me pide que intervenga en su favor. Vilches es partidario de formalizar las cosas como Dios manda, eso de vivir en pareja no es para él, y resulta inútil que yo le insista que un divorciado no es precisamente el indicado para convencer a la novia a dar ese paso. Con todo, conversé con Irene, que estuvo de acuerdo conmigo en los valores morales de Vilches y de su amor por él, pero…tiene miedo. Resulta que el Gordo es viudo 2 veces, y en ambos casos el fallecimiento de la cónyuge fue por accidente. La primera se le rompió un tacón en la escalera del subte y cayó fracturándose el cuello. La segunda en un accidente de auto, cuando viajaba sola, perdió el control del vehículo, se fue a la banquina y volcó con una caída de varios metros. Y esta dama, algo supersticiosa, dice que no hay 2 sin 3, y que la tercera es la vencida. No hay forma de convencerla. Entre la hija y yo esperamos hacer cambiar de idea a Vilches y que acepte que la vida en pareja, sin libreta, aunque no sea de su gusto, si la dama es de su agrado no le conviene andar con tantas dudas.…y quizá con el tiempo la convenza. Al fin aceptó. Me gustaría invitarlo a Funes a la fiesta, así nos conocemos, si la pareja me lo permite.
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