1. intr. Dar bramidos.
2. intr. Dicho de una persona: Manifestar con voces articuladas o inarticuladas y con extraordinaria violencia la ira de que está poseída.
3. intr. Dicho especialmente del viento o del mar violentamente agitados: Hacer ruido estrepitoso.
Real Academia Española
TRITÓN
El bramido del Tritón
Agnes y el Genio del Mar
Sören Kierkegaard introduce esta leyenda diciendo que quiere "presentar un esquema, en el sentido de lo demoníaco", que sirva de ilustración para tratar los distintos aspectos de su amor imposible.
"El Tritón es un seductor que emerge desde el escondite del fondo del abismo y, lleno de salvaje deseo, se apodera de la inocente flor que, en la plenitud de su gentileza, se encontraba en la orilla -su soñadora cabeza inclinada escuchando el murmurar de las olas- y la despedaza. Así han narrado siempre los poetas esta historia. Pero introduzcamos nosotros algunos cambios: el Tritón había sido un seductor; se ha dirigido a Inés; a continuación, haciendo uso de palabras tan bellas como lisonjeras y hábiles, ha despertado en la muchacha sentimientos dormidos hasta entonces; ella cree haber encontrado en el Tritón lo que su mirada buscaba debajo de las olas. Quiere entonces irse con él. El Tritón la levanta en sus brazos. Inés rodea su cuello con los suyos; se abandona confiada, con toda su alma, al que sabe más fuerte que ella; el Tritón entra con su carga en el agua y ya se inclina sobre su superficie para lanzarse a las profundidades con su botín [...] Inés le mira una vez más a los ojos, sin temor, sin vacilación, sin orgullo por su dicha, sin la embriaguez del deseo, con absoluta fe, con toda la humildad de la más humilde de las flores, como ella se sabe; con la más generosa de las confianzas le entrega todo su destino en esa mirada. Y, ¡oh maravilla! El mar deja de bramar, su indómita voz enmudece, el frenesí de la naturaleza, a quien el Tritón debe su fuerza, le abandona de golpe, y la calma más completa se apodera de todo el ambiente [...] Inés continúa mirándole del mismo modo. Y el Tritón comprende que no puede hacer nada frente al poder de la inocencia; su elemento le ha traicionado: no puede seducir a Inés; y la devuelve a su mundo dejándola donde la encontró y le dice que solo había pretendido mostrarle la belleza del mar en calma: Inés le cree. Después da la vuelta y regresa solo, el mar ruge de nuevo, pero más salvajemente ruge la desesperación en el pecho del Tritón. Puede seducir a Inés, puede seducir a mil jóvenes como ella y embelesar a cualquier muchacha que se proponga. Pero Inés ha vencido, y el Tritón la ha perdido para siempre, y solo como presa podría ser suya: él no puede pertenecer fielmente a ninguna muchacha pues no es más que un Tritón." Seguir leyendo
La inocencia aparece aquí como el valor redentor; el seductor aspira a ser salvado por Inés, "bella como un ángel redentor", y la creencia del Tritón en la inocencia de la joven debería tener una eficacia salvadora. Pero nos encontramos en un dilema sin salida: en la medida en que el Tritón cree en la inocencia de Inés, esta inocencia le abruma, provocándole una culpabilidad tal que provoca su huida en un arrepentimiento impotente y desesperado. Es el arrepentimiento demoníaco del seductor irredento, que desarma con su propia desesperación a la inocencia todopoderosa. Por otro lado solamente si él fuera inocente -lo que es un condicional contrafáctico- creería de veras en la inocencia de ella, ya que solamente la inocencia cree en la inocencia. Y un seductor no puede sino creer que su víctima es cómplice, por definición. De este modo, Kierkegaard presenta otra significativa variante de la leyenda: el Tritón, esperanzado, se acerca a su "ángel redentor" y obtiene su amor...
"Pero Inés no era una muchacha sosegada; le agradaba el rugir del mar, y si le gustaba tanto el suspirar melancólico de las olas en la orilla, era porque dentro de ella resonaba con más fuerza. Ella quisiera partir, desaparecer, precipitarse violentamente en lo infinito con ese Tritón a quien ama [...] Entonces provoca al Tritón: desdeña su mansedumbre y así despierta su orgullo. Y el mar ruge y las olas se tornan espuma: el Tritón abraza a Inés y se sumerge con ella en las profundidades. Nunca se había sentido tan salvaje, tan lleno de deseo, porque había esperado su salvación de esta joven. Muy pronto se harta de Inés, cuyo cadáver, sin embargo, no apareció por ninguna parte: se había convertido en una sirena que atraía a los hombres con sus cantos".
Sören Kierkegaard o la Subjetividad del caballero. Celia Amorós
Extraído de Consentido propio
16 comentarios:
Primero, felicitaciones a Celestacha por este espacio, que nos permite confraternizar transitando senderos de cultura, recuperando vocablos en vías de extinción. ¡¡Bramar!! ¡¡Vaya palabrita!! Sinceramente, hasta da miedo. Recuerda los gritos espeluznantes del hombrecito gris, que prometiendo un imperio para mil años, llevó al mundo a la mayor locura asesina del siglo XX. Estamos ya en el siglo XXI, y creo que comenzamos a saber que hablando bajito y sereno es como se entiende la gente. Es el principio, todavía nos falta mucho para completar el aprendizaje y ejercerlo en su plenitud. No intentar vencer, sino convencer. Así lo siente y lo realiza mi amigo Vilches, que dejó su afición de extra cinematográfico que ejercía a veces, para dedicarse exclusivamente a su trabajo de muchos años. Estudioso y propalador del controvertido tema de la reencarnación de las almas y las vidas anteriores, ha publicado notas en revistas para cenáculos especializados, donde coloca avisos ofreciéndose a dar conferencias al respecto. En sociedad con Antonio Luteri, compositor y guitarrero conocido en el ambiente artístico con “Morocho” Ramos, viaja adonde los contraten para dar sus charlas cobrando $ 60.- o 75 si es con diapositivas, más viáticos, que incluyen gastos de traslado y un refrigerio al terminar, durante el cual Morocho Ramos interpreta temas de su autoría. El domingo los acompañé a Pinar Ladeado, un pueblo lejos de todas partes, bajándonos del colectivo donde nos indicaron, la garita del km. 715. Nos llevó un rastrojero 3 Km. tierra adentro entre 2 campos de soja hasta el pueblo, y en el galpón del Almacén de Ramos Generales, acondicionado al efecto, ya esperaban unas 60 personas. La charla fue muy bien recibida, y mostró, entre otras diapositivas, primero un chico subido a un árbol, la segunda el mismo chico caído al suelo, y el Gordo explicó que ese pibe era él, y que el golpe en la cabeza le despertó recuerdos de sus otras vidas. Luego una foto del cuadro del Greco El entierro del Conde Orgaz, donde habría una de sus vidas en un hombre calvo a la derecha del cuadro mirándolo de frente, y que en verdad tiene un sorprendente parecido con mi amigo. Al terminar la charla entre aplausos y felicitaciones, llegaron las empanadas, sándwiches de chorizo y vino tinto, y Morocho Ramos comenzó su actuación. El problema se presentó al interpretar su tema MILONGA DE LUNA LLENA. Cuando llegó a la estrofa que dice
Milonga de anocheceres
De mi barriada querida,
Donde me enseñó la vida
A no confiar en mujeres”
Allí se levantaron algunas damas ofendidas, le recriminaron la generalización, “no todas somos iguales”, el Morocho trataba de explicar que era una metáfora poética, las voces fueron subiendo de tono pero sin llegar a los bramidos, y entonces el Gordo anunció que nos íbamos, y que se retiraba “encantado de haber estado con uno de los públicos más cultos que encontrara en su larga trayectoria”. Con esto se calmaron los ánimos, manoteamos la última empanada y en el rastrojero fuimos hasta la garita del Km. 715, donde esperamos más de 4 horas al colectivo que nos trajo de regreso. Fue con todo, un lindo domingo. Los sándwiches de chorizo estaban buenísimos, en cambio las empanadas demasiado saladas para mi gusto.
Primero, felicitaciones a Celestacha por este espacio, que nos permite confraternizar transitando senderos de cultura, recuperando vocablos en vías de extinción. ¡¡Bramar!! ¡¡Vaya palabrita!! Sinceramente, hasta da miedo. Recuerda los gritos espeluznantes del hombrecito gris, que prometiendo un imperio para mil años, llevó al mundo a la mayor locura asesina del siglo XX. Estamos ya en el siglo XXI, y creo que comenzamos a saber que hablando bajito y sereno es como se entiende la gente. Es el principio, todavía nos falta mucho para completar el aprendizaje y ejercerlo en su plenitud. No intentar vencer, sino convencer. Así lo siente y lo realiza mi amigo Vilches, que dejó su afición de extra cinematográfico que ejercía a veces, para dedicarse exclusivamente a su trabajo de muchos años. Estudioso y propalador del controvertido tema de la reencarnación de las almas y las vidas anteriores, ha publicado notas en revistas para cenáculos especializados, donde coloca avisos ofreciéndose a dar conferencias al respecto. En sociedad con Antonio Luteri, compositor y guitarrero conocido en el ambiente artístico con “Morocho” Ramos, viaja adonde los contraten para dar sus charlas cobrando $ 60.- o 75 si es con diapositivas, más viáticos, que incluyen gastos de traslado y un refrigerio al terminar, durante el cual Morocho Ramos interpreta temas de su autoría. El domingo los acompañé a Pinar Ladeado, un pueblo lejos de todas partes, bajándonos del colectivo donde nos indicaron, la garita del km. 715. Nos llevó un rastrojero 3 Km. tierra adentro entre 2 campos de soja hasta el pueblo, y en el galpón del Almacén de Ramos Generales, acondicionado al efecto, ya esperaban unas 60 personas. La charla fue muy bien recibida, y mostró, entre otras diapositivas, primero un chico subido a un árbol, la segunda el mismo chico caído al suelo, y el Gordo explicó que ese pibe era él, y que el golpe en la cabeza le despertó recuerdos de sus otras vidas. Luego una foto del cuadro del Greco El entierro del Conde Orgaz, donde habría una de sus vidas en un hombre calvo a la derecha del cuadro mirándolo de frente, y que en verdad tiene un sorprendente parecido con mi amigo. Al terminar la charla entre aplausos y felicitaciones, llegaron las empanadas, sándwiches de chorizo y vino tinto, y Morocho Ramos comenzó su actuación. El problema se presentó al interpretar su tema MILONGA DE LUNA LLENA. Cuando llegó a la estrofa que dice
Milonga de anocheceres
De mi barriada querida,
Donde me enseñó la vida
A no confiar en mujeres”
Allí se levantaron algunas damas ofendidas, le recriminaron la generalización, “no todas somos iguales”, el Morocho trataba de explicar que era una metáfora poética, las voces fueron subiendo de tono pero sin llegar a los bramidos, y entonces el Gordo anunció que nos íbamos, y que se retiraba “encantado de haber estado con uno de los públicos más cultos que encontrara en su larga trayectoria”. Con esto se calmaron los ánimos, manoteamos la última empanada y en el rastrojero fuimos hasta la garita del Km. 715, donde esperamos más de 4 horas al colectivo que nos trajo de regreso. Fue con todo, un lindo domingo. Los sándwiches de chorizo estaban buenísimos, en cambio las empanadas demasiado saladas para mi gusto.
El gordo Vilches estudió los mensajes de Funes y los míos y la opinión de Viejex, y llegó a la conclusión de que en una vida anterior, posiblemente entre los siglos 1 y 3 de nuestra era, en Galilea, Funes y yo fuimos hermanos.
Para decir la verdad, esta palabra no solo la conozco, sino que además es muy válida a la hora de catalogar mis enojos, en algunas oportunidades.
Esta gringa a veces suele bramar, cuando ve que nadie mueve su masa muscular para colaborar en la casa, o cuando se hacen las zotas a mis pedidos.
Un beso amiga.
Divertidísima anécdota, una historia bien contada Barros Matos. Pero todo me dice que la versión del alter ego de Viejex es acertada, y por tanto, me atrevo a decir que Ud. y Funes son más que hermanos...son la misma persona !!!!!
Saludos
Celeste: qué lectura has propuesto!!! Gracias!Entiendo que la misma necesariamente está atada al carácter autobiográfico del ensayo que realiza Kierkeegard cuando se explaya en la búsqueda de diversas soluciones a la relación entre el tritón e Inés. Creo no equivocarme que lo que buscaba el filósofo danés era poder encontrar un resquicio, una salida para calmar su convulsionada alma producto de la ruptura con su amada, Regine Olsen producida en 1841, por decisión exclusiva del pensador. Lo que me hace aún mas espectacular y brillante el relato que Celeste nos trae es poder trasladar la historia a una pasión real, incontenida y que bramó en el pecho y el corazón de personas que existieron hace mas de un siglo y medio.
Veamos. En Kierkegaard se reconocen dos influencias tremendas en su pensamiento existencialista: su padre (y con él el dilema del cristianismo, de la iglesia del pueblo Danés, y con ello, la culpa como motor, y un verdadero "existencialismo del "dolor") y ya sin dudas hoy (esto expresado por todos los biógrafos del filósofo) Regine Olsen. Soren conoce a Regine en 1837, cuando ella tenía 15 años y él 24. No olvidemos que Kierkegaard vivió tan solo 42 años. Allí se desata en el pensador un amor profundo, atado a una pasión y un deseo fatal por su amada Regine. Es tal la turbación que produce en él la relación que en 1841 (y preso incluso de los mandatos ya absurdos que “sentía” devenir de la historia paterna y de su sentido “existencialista” de la culpa), que decide romper su compromiso de matrimonio con su amada, quién años mas tarde se casaría con un Funcionario del gobierno. En su “huída” a Berlín el filósofo escribe en 1843 dos obras autobiográficas y paradigmáticas: "Temor y Temblor” y “La repetición”. Es en este marco histórico que debemos releer entonces el relato sobre el tritón e Inés. Y allí centrar la mirada sobre Kierkegaard y su búsqueda de redención
(sigue)
Funes
(sigue)
Propongo esto: El filósofo es triton, Regine es Inés. Sabe el triton entonces que en su pasión desatada, en su deseo descarnado, mata a la flor. Y allí sale (el pensador) a buscar desde esa “pasión demoníaca” otras posibles soluciones. La primera que propone busca, a través del enaltecimiento a Inés en su mayor virtud, la inocencia absoluta, salir “derrotado” por esa inocencia, por no ser él (triton – ¿Kierkegaard?) inocente, porque “algo” impide la seducción…. Y la deja, tal vez mintiéndole diciendo que sólo pretendía que pudiera apreciar la calma del mar (y ella le cree porque es inocencia en estado puro)(y aquí la pregunta sobre si no implica un tácito reconocimiento autobiográfico del filósofo sobre que debió mentirle a Regine para abandonarla). En esta experiencia, tritón asume toda la carga de la culpa frente a la “inocencia redentora” de Inés y es por ello que brama mas fuerte que el mar. Y es allí que Kierkegaard busca otra salida posible, pero también, fatal: considerar a Inés (Regine?) no tan inocente, sino también presa del deseo y necesitada de la seducción, de los brazos en el cuello de su seducido, y de la necesidad de internarse en el mar a cuanto de lugar. Y allí es que Kierkegaard intenta otra solución que “justifique” la ruptura: se cansa de ella, con las consecuencias que siguen en el relato que propone Celeste.
Esa lucha tremenda, constante y -repito- fatal entre el deseo, la pasión por Regina Olsen (la propia pasión de Regina que existió en la vida real) y la convulsionada experiencia de Kierkegaard (que es lo que lo lleva al filósofo a ser considerado un existencialista) lo que me hace pensar, convencido, de que el mismo bramaba porque le estallaba en el pecho tanta pasión incontenible.
notas biográficas: Vinculo todo lo expresado a las siguientes acotaciones, que creo son, al menos interesantes:
1. Escribió Kierkegaard:
Ayer amaba yo,
Hoy sufro,
Mañana moriré;
Pero hoy y mañana
Mi pensamiento favorito
Será el día de ayer.”
(este escrito de Kierkegaard "demuele" toda idea contraria al reconocimiento de su pasión definitiva por Regine.)
2. Encuentro una coincidencia entre triton sosteniendo que puede seducir a mil muchachas jóvenes como Inés, pero Inés ha vencido por su inocencia redentora, con una carta paradigmática que Kierkeegard escribe a Regina, diciéndole que ella posee “la belleza de todas las jóvenes”, y pienso entonces, la belleza de esas mil que triton podría seducir pero solo piensa en Inés que lo derrota para siempre.
En fin....
Funes
Funes...increíble su desarrollo. Estoy sin palabras...
Ha recibido mi mail por el día de hoy??? espero que si, salió temprano.
Saludos
Yale contesté Celeste!
Funes
Celestacha, le juro por mi honor que no soy Funes. Y soy hombre de palabra.
Pero no me ofendo, me halaga la comparación,dada la cultura y erudición de Funes.
Señores!! ... ante tanta sapiencia, No me atrevo a emitir palabra....... Pero que hay algo raro en el parecido de los personajes (Funes - Mattos)... Lo hay!!!
Bueno compañeross!! parece que tendremos que esperar unos días para la próxima palabra.
La editora Celeste echó a rodar suspicazmente una sospecha; me ha dejado mal parado y desapareció del blog como si se hubiese tomado un plato volador desentendiéndose del lío que ha armado.
Desde hace días me surgió un dilema ¿"Cómo hago para demostrar de una vez que el tal Barros Matos y yo no somos la misma persona?" Hasta Vicky se ha sumado a la falacia de la jefa del blog.
Bien. Pensé mucho. Y escribo ahora para decirles que ENCONTRE LA PRUEBA IRREFUTABLE de la VERDAD: Barros Mattos es un tipo raro, estrafalario, PERO no es Funes.
LA PRUEBA: Resulta que hasta la aparición de nuestro nuevo contertulio, solamente conocía a una persona que llame al rioplatense CHORIPAN "sánguche de chorizo". Ahora ya conozco a dos. Y recuerden este dato: los que llaman así al choripan son, invariablemente, del Barrio de Agronomía. Una barbaridad. Es como llamar pizza a la pastafrola. Esa persona a que refiero es mi viejo. Y resulta que el tipo, duro de entendederas, insiste en tremendo error.Bueno. Cierta vez incluso se dio la situación de que en el intermedio de un partido de básquetbol fuimos a la cantina atraídos por el particular aroma de los embutidos criollos al fuego. Y cuando es nuestro turno mi viejo, porfiado como ninguno le dice al cantinero:
Mi viejo:"Por favor, dos sánguches de chorizo y dos cervezas bien frías"
Cantinero: "disculpe, no hay sánguches de chorizo"
Mi viejo:- Pero... cómo que no hay si veo la parrilla repleta de chorizos"?????
Cantinero: "le repito: NO HAY SANGUCHES DE CHORIZO, NO EXISTEN LOS SANGUCHES DE CHORIZO. -Bramó el cantinero- El siguiente por favor!!!!"
Siguiente cliente: "tres CHORIPANES"
Cantinero: "con o sin chimi?"
Funes:- "tiene razón el cantinero!!! querés volver loco a todo el mundo papá!. Mil veces te dije que sánguches son de jamón y queso, o salame.... pero el pan con chorizo NO ES SANGUCHE, es CHO-RI-PAN"
Pese a ello, el cabeza dura insite en llamar sánguche a lo que es CHORIPAN.
Entonces ¿cómo podría yo ser el tal Barros Matos quién al igual que el terco de mi viejo llama SÁNGUCHE AL CHORIPAN????
Muchos testigos (que podrían inundar este foro en mi defensa) han escuchado las interminables discusiones sobre el GRAVE ERROR en el que incurre con terquedad rayana en la demencia.
He demotrado acabadamente que NO SOY BARROS MATOS, y tambien deduzco -y lo digo con valentía- que Barros Matos es del mismo lugar que mi viejo por el error en que incurre: El barrio de Agronomía. Allí todos los tercos y medios locos, llaman SANGUCHE al pan abierto al medio con un chorizo mariposa, y en lugar de comerlo con chimichurri, usan el "americanizado" ketchup, ajeno a las mas sanas costumbres argentinas.
En fin
Funes
(x) Aclaración para lectores no argentinos:
Chorizo: todo saben lo que es
Chimichurri o "chimi": condimento preparado con ajo, perejil, pimiento, sal, hojita de laurel y lo que se les ocurra poner que no sea dulce.
Chorizo Mariposa: chorizo cocinado abierto al medio para cubrir todo el pan al momento de hacer un CHORIPAN.
parrilla: barbacoa un tanto extraña propia de Argentina y Uruguay.
jajajajaja, como me hicieron reir Barros Matos y Funes, padre e hijo, Funes y alter ego...no lo puedo creer...
Me temo Funes, que a pesar de sus reconocidos intentos por probar su identidad, no es suficiente el desarrollo. Para su intranquilidad, no debe haber cosa más dificil que probar que una identidad virtual no es lo que se cree que es...son como los personajes o creaciones literarias...en fin ( se me pegó su expresión final ).
De regreso, la editora promete ponerse al día.
Saludos
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