miércoles, 9 de noviembre de 2011

Telúrico

Ilustración de Michael Parkes
(Del lat. Tellus, Tellūris, la Tierra).

1. adj. Perteneciente o relativo a la Tierra como planeta.
2. adj. Perteneciente o relativo al telurismo.

Telurismo
1. m. Influencia del suelo de una comarca sobre sus habitantes.

Real Academia Española

Preciosa palabra la que propuso la escritora Laura Lozano, tiene cadencia, sonoridad y es grata a la dicción. Enseguida pensé en "las fuerzas telúricas", recordé nociones de Fen Shui, y lecturas acerca de la arquitectura y las fuerzas telúricas, particularmente la arquitectura sagrada. Parece ser que nuestros antepasados tenían bien presente la búsqueda de la armonía entre naturaleza y cosmos, algo muy común y aceptado entre otras culturas, como la oriental, pero que a nosotros los occidentales, maestros de razón y paternalistas en el manejo de otros conocimientos que se escapen a la misma, puede que nos toque redescubrir a marchas forzadas, para hacer nuestras vidas mas plenas y darnos cuenta de que no podemos vivir apartados de la naturaleza, pues ésta influye de manera irremediable en nuestra calidad de vida.
Los lugares que siempre han sido considerados sagrados han resultado compartir una serie de elementos que los convierten en zonas de concentración de las fuerzas telúricas. Estas funcionan en relación a la persona que se integra en el edifico, de manera que el templo es un amplificador y nosotros el interruptor que lo pone en marcha.
En los lugares sagrados, el altar es el máximo punto de concentración energética. La disposición de las energías se hace de tal manera que se experimente un tránsito de niveles vibratorios desde la fuerza telúrica a la solar. En las iglesias románicas, la pila bautismal también sería un punto fuerte de energía. Dicen que estas iglesias fueron concebidas para que sus energías vibratorias estuvieran activas durante 1000 años. Después, el ser humano ya habría integrado las fuerzas energéticas por sí mismo. Se convierte, así, en su propio templo individual.
Interesante, no?. Pueden seguir leyendo aquí

3 comentarios:

BARROS MATOS dijo...

Hay cosas que me molestan, sin dejar de reconocer que puedo estar equivocado o que se me tilde de “chapado a la antigua”. Soy así y siento así. Me refiero al término telúrico cuando de folklore se trata. De nuestra música, nuestros poetas poniendo sus versos sobre las notas, que entiendo deben ser cuidados porque son parte de una idiosincrasia que heredamos y debe respetarse como tal. Lo que entiendo que no puede realizarse, es aprovechar el talento de quienes nos dejan obras de arte musical y poético de gran valor, porque nos representa, para sobre esa música realizar “arreglos” que en realidad son una mezcla de ritmos apoyados en la creación de un artista. Aprovechar ese talento, usarlo en beneficio propio, arguyendo un modernismo del arte nativo, que es simplemente, usar lo que otro pensó, escribió, nos legó, para querer ser parte de una gloria inmerecida. Reitero que no aspiro a que se crea que lo que expongo es la verdad universal, es mi verdad. Sujeta a todo tipo de debate de ideas.
Y finalmente, a lo que me opongo con todas mis fuerzas, es a que se llame a un certamen con el nombre de PREMIO CARLOS GARDEL y se le otorgue tamaña gigantesca distinción a temas musicales que nada tienen que ver con lo que cantaba el zorzal criollo, temas telúricos, folklore, valses, milongas y tangos. Perdonen quienes opinan lo contrario, es mi manera de ver las cosas.
BARROS MATOS

Escritora Laura M.Lozano dijo...

Preciosa entrada te quedó adornada por una palabra tan bella, como sonora, como significativa como es telúrico. Me encanta aportar un granito de arena a este gran diccionario de nuestra lengua que construyes en tu blog.
Un beso muy afectuoso. =))

Celestacha dijo...

Gracias Laura, hay veces que se me acaban las ideas, y allí siempre aparecen Uds, aportando alguna palabra rescatada del olvido.
Barros, no sé por qué pero hoy se opuso a todo !!! Cariños

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