jueves, 7 de abril de 2011

Jamacuco / Zamacuco

(De zamacuco).

1. m. coloq. Indisposición pasajera.

zamacuco
(Quizá del ár. clás. ṣamakūk, necio malicioso).

1. m. y f. coloq. Persona tonta, torpe y abrutada.
2. m. y f. coloq. Persona que, callándose o simulando torpeza, hace su voluntad o lo que le conviene.
3. m. coloq. Embriaguez o borrachera.

Real Academia Española

...Y sin embargo, «jamacuco» no sólo es uno de los andalucismos más divertidos, sino un palabro la mar de polisémico. Así, «jamacuco» puede ser un telele, una cogorza, un infarto, un cólico, un golpe o una cumbre borrachosa. Por lo tanto, identificada la dolencia y sus síntomas, veamos si es endémica o si nos llegó por contagio.
Al parecer, los negros esclavos de Cuba, Colombia, México y Perú llamaban «zambiricucos» a los zambos y mulatos libertos que en sus excesos alcohólicos traslucían un origen rústico y más que probablemente selvático (Alberto Tauro: Diccionario Enciclopédico del Perú, 1967).
Más tarde la palabra «zambiricuco» dio origen al vocablo «zamacuco», que según el portorriqueño Alfredo Neves es voz caribeña y -como tal- la registra en su Diccionario de Americanismos (1973), añadiendo la acepción de «hipócrita».
Y como una palabra que sirve para definir a borrachos, catetos y mentirosos es muy socorrida, los zamacucos cruzaron el charco y sentaron cabeza en España.
En el imprescindible Diccionario de Autoridades (1737) leemos: «Zamacuco.s.m.
El hombre tonto, torpe y abestiado. Es voz vulgar. Lat. Stupidus Stolidus. Mentis Inops. ║
Se toma también por la embriaguez, o borrachera. Lat. Ebrietas, atis». Y ya que «zamacuco» no fue recogida por Covarrubias en su Tesoro de la Lengua Castellana (1611),la tesis del origen americano adquiere verosimilitud, aunque tampoco se reconozca su filiación en el diccionario de la RAE...
No descarto una relación etimológica entre el samkūk árabe y el «zamacuco» afroamericano -puesto que los moros fueron traficantes de esclavos y la lengua es muy promiscua-, pero es evidente que todos los sentidos de la voz «zamacuco» reconocidos por la RAE, circulaban por Hispanoamérica desde el siglo XVII, a los que agrego un concepto taurino («toro grande y basto de trapío») y dos más procedentes de México: el síncope o mareo que le sobreviene al borracho, y el porrazo que cobra el susodicho al estrellarse contra el suelo. Es decir, que primero te da el zamacuco y luego te pegas un zamacuco...

Fragmento extraído de "Jamacuco ethymologicarum" de Fernando Iwasaki
Para leer el texto completo hacer click aquí.

3 comentarios:

Índigo dijo...

En Andalucía, mi tierra, decimos "l'ha dao un hamacuco" (le ha dado un jamacuco) para referirnos a un malestar repentino, pasajero y de poca importancia.
La palabra jamacuco me resulta divertida.
Y la rana me ha encantado.
Un abrazo.

Barros Matos dijo...

Confieso sin falsa vergüenza que jamás había sabido que existiera la palabra jamacuco.
Pero estoy seguro que quien la inventó, quien la expresó por primera vez, conocía, y muy bien, a Enrique Voiporotri, y le dedicó el término. Porque este personaje es el príncipe, que digo ¡el emperador de los jamacucos! Tiene unos 40 años, pero según las circunstancias, puede aparentar tener mentalidad de 14 o haber llegado cansado y enfermo a los 70. Cuando necesita que le expliquen un suceso reciente e importante, para no tener que cansarse leyéndolo en los diarios, pone cara de débil mental, sus ojitos se agrandan como intentando absorber lo que le cuentan, y luego sonríe agradecido. Cuando en el 4 DE COPAS tenemos que correr la mesa para dar lugar a otros clientes que van llegando, se para, se inclina doblando la espalda, y con rostro de anciano transfigurado por el esfuerzo, arrastra su silla. Adivina que llega en pocos minutos el momento de pagar la cuenta, se levanta y se despide antes con cualquier pretexto. Y si se le pasa por alto y está presente cuando todos llevamos la mano a la billetera para repartir los gastos, su rostro se convierte en una esfinge de piedra como si meditara en cosas trascendatales, y ante el llamado apremiante de alguno “¡Che Enrique, hay que ponerse!” parece despertar, comenta con voz cansina Estaba distraído…ya vengo…voy al baño. Y desaparece. Usted se preguntará por qué lo toleramos. Y sí. Tiene razón. Por eso mismo. Porque somos unos (palabra tachada por la censura).
BARROS MATOS

vicky dijo...

jajajaja!! que rana tan simpática!!!

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