martes, 12 de abril de 2011

Anaquel

(Quizá del ár. hisp. manáqil, pl. de manqálah, y este del ár. clás. minqalah, banco, soporte).


1. m. Cada una de las tablas puestas horizontalmente en los muros, o en armarios, alacenas, etc., para colocar sobre ellas libros, piezas de vajilla o cualesquiera otras cosas de uso doméstico o destinadas a la venta.

Real Academia Española


Esta es una hermosa palabra, que se usaba mucho en mi infancia, y que hoy en día ha sido reemplazada casi totalmente en el habla popular por la palabra "estante". Anaquel tiene la dulce sonoridad del árabe.

La rescatamos y nos quedamos con ella.

8 comentarios:

Mariela Torres dijo...

Es verdad, es una hermosa palabra y ya no se usa.

Besos, Celeste.

Barros Matos dijo...

En 1980 conocí María Dolores Abregú Barzo, tenía en ese entonces 85 años, vivía en La Coruña, en una casita tan antigua como su edad, cerca de la Torre de Hércules. Acostumbraba a pasar las tardes en que el tiempo no castiga con mucho frío, sentada en la galería que le dejaba ver el faro en toda su apostura, esa galana presencia de lo eterno, erguido centinela del mar Cantábrico. Me la presentaron mis amigos de Vigo, cuando me llevaron a conocer ese lugar que asombra y atemoriza, que llaman fines terre, (el fin de la tierra) donde se unen el Cantábrico con el Atlántico, y dando la espalda a la ciudad, se tiene enfrente la inmensidad inclemente del viento y las olas entre los peñascos. Me llevaron hasta su casa, la encontramos tejiendo en la galería, y se fueron después de pedirle que me cuente sus historias. A la anciana le encantaba escuchar y charlar, me sirvió una especie de licor dulce casero, me preguntó por mi vida, mi trabajo,mi familia, y como es Argentina. Después de un rato de escucharme y conocerme, me llevó adentro de su vivienda. En su comedor cocina, que se parecía más a una casa de muñecas que de una persona real, las paredes estaban cubiertas de anaqueles. Cada uno, me dijo, es a la vez una alegría y un dolor. Con su pasito medido, me fue contando la historia de cada uno.
BARROS MATOS – continúa.

Barros Matos dijo...

Este primer anaquel , me dijo, es mi marido, murió peleando por la República en la Guerra Civil. Éramos jóvenes, llenos de sueños. Lo que ve es lo que me lo recuerda: su pipa, sus anteojos, esas hojas donde escribía panfletos libertarios, la navaja de afeitar, el cuello de una de sus camisas. A veces en las tardes de lluvia, converso con ellos, que me hablan con la voz de los recuerdos, y revivimos él y yo, las horas dulces de nuestra vida.
Los tres que siguen son de mis hijos. Este es el mayor. Tengo esa foto de cuando niño, el trajecito de marinero, el autito de juguete, el cuaderno de la escuela, su carta de despedida que me dejó una noche, al irse enrolado en un barco pesquero, las cartas que me envió desde los puertos, y esta nota de la Marina donde me cuentan del naufragio y su muerte. A veces, conversamos los tres, y me dicen que no me apure a irme, pero yo ya quisiera estar con ellos. . Me miraba con sus ojos serenos y su ademán pausado, en el fondo de su mirada los recuerdos tomaban vida. Así me relató en casi tres horas las historias de sus anaqueles, otros hijos, nietos, la nuera que vive en Pontevedra y la visita todas las semanas, sus amigas desde la infancia hasta la ancianidad, las que se fueron y las pocas que todavía la acompañan…No salió a despedirme, me agradeció la visita, pidiéndome que regrese, ya las primeras sombras y el frío se hacía sentir. Sentía una mezcla de tristeza y paz, transferencia del alma de una anciana que charlaba con sus anaqueles.
BARROS MATOS

Edit dijo...

Nunca la usamos en casa, aunque le leí muchas veces.
Me recordaste que debo instalar varios anaqueles en la cocina.
Es una tarea pendiente que tengo y que unos de estos fines de semana voy a tener que emprender.
Cariños.

Celestacha dijo...

Hola Barros Matos ! nostálgica su historia. Prefiero pensar en anaqueles vivos, llenos de latas con galletitas, frascos con caramelos, tés, libros y algunos amuletos. Pero anaqueles que sean asaltados a hurtadillas. Saludos !

Celestacha dijo...

Hola Edith, conociéndote ya sé que la incorporaste a tu acervo lingüistico. Es hermosa, con la sonoridad árabe, y mucho más amable que la palabra estante. Un cariño inmenso.

Barros Matos dijo...

Mi amiga, la vida está conformada por alegrías y tristezas, nostalgias, melancolía, búsquedas, encuentros y desencuentros, recuerdos alegres y de los otros, y olvidos que a veces ayudan a vivir. La dicha por ser y estar y ese dolor por quienes fueron y ya no están.Toda nuestra existencia está enmarcada en las sensaciones del alma, y cada una, de cada ser, tiene la característica de su personalidad. Yo, quizá porque el tango me emociona y soy un amante de sus clásicos, tengo, como conté en mi primer participación en este blog, esa propensión a la melancolía, a la nostalgia,que sin embargo me permite ser muy feliz, reír y vivir a pleno las alegrías que voy encontrando en mi camino.
Mi más afectuoso y cordial saludo, Celeste.

vicky dijo...

hayy!! Cómo exrañaba aprender nuevas palabras todos los días!! extrañaba el Blogg Celestee!!!

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