martes, 5 de abril de 2011

Ascua

Ilustración de Luisa Guerrero
1. f. Pedazo de cualquier materia sólida y combustible que por la acción del fuego se pone incandescente y sin llama.

~ de oro.

1. f. Cosa que brilla y resplandece mucho.

arrimar alguien el ~ a su sardina.

1. loc. verb. coloq. Aprovechar, para lo que le interesa o importa, la ocasión o coyuntura que se le ofrece.

ascuas.

1. interj. fest. U. para manifestar dolor o extrañeza.

en, o sobre, ~s.

1. locs. adjs. coloqs. Inquieto, sobresaltado. Está sobre ascuas. U. t. c. locs. advs. Lo tiene en ascuas

Real Academia Española


¿Por qué mantengo encendida
las ascuas de arcaicos fuegos
cuando sobre lumbre erigiste
diez témpanos de hielo?

Coplilla
Tini Reina

3 comentarios:

Barros Matos dijo...

Mi tía Vera era una de esas mujeres que al cabo de estar con ella unos minutos, uno deseaba que algo urgente lo reclamare para poder salir disparando. Porque aunque quieras irte, no había pretexto que impidiera que te tomara fuerte del brazo mientras te contaba por centésima vez las desventuras que atravesó durante los 60 años que llevaba vividos, inclusive desde su nacimiento. Según el Gordo Vilchez, que estudió su carta natal y compiló datos familiares, heredó el alma de un tío tatarabuelo que era filibustero y murió en la tabla del barco, esa que lo tira al mar después de haber sido ahorcado.
Vivía con la intranquilidad a cuestas, y en su espalda crujían los peligros que la amenazaban, los que la amenazan, y los que vendrán. Recuerdo que mi papá en el año en que vivimos en la misma ciudad que ella, la veía venir de visita desde la vidriera de su negocio, e inmediatamente buscaba la puerta de atrás para salir antes de que entrara. Mamá, una santa, se preparaba para lo que vendría. “¡Ay, Ema, estoy sobre ascuas!” era el saludo obligado y de allí en adelante, las nuevas desventuras que atravesaba en su atribulada vida. Contaba en su haber (y los llevaba anotados en un cuaderno escolar con hojas numeradas) 14 autos que frenaron justo cuando cruzaba la calle, y 7 que no alcanzaron a frenar, 9 casi caídas de un colectivo que salvó agarrándose de un pasajero, 10 resbalones en veredas mojadas con 2 dislocaciones de tobillo, 17 intoxicaciones por fiambres y cremas en mal estado, la seguridad de que los peligros no habían terminado, y que desde la puerta de su casa, un hecho que pondría en peligro su vida la estaba esperando. Y se despedía con su fatalismo habitual, “¡Ando sobre ascuas, Ema, sobre ascuas!” rumbo a una reunión de amigas con dramas similares. Creo que mi tía Vera fue la causa de que mi padre, eterno buscador de otro lugar con otro trabajo, decidiera mudarse, cuando después de tanto deambular por ciudades y pueblos, había logrado por fin afincarse en un lugar.
BARROS MATOS

Celestacha dijo...

Maravillosa tía Vera !!! esos personajes que nunca faltan en las familias. Creo que cada uno podría ser el capítulo de una novela.
Son personajes deliciosos, vistos a la distancia, claro está, cuando ya se han convertido en una anécdota de nuestra vida.
Buen día para Ud. ! Don Barros Matos

Índigo dijo...

Este diccionario tan especial que creas en tu blog me parece sencillamente una sabrosura, aunque sólo me acabo de asomar a él. Soy una defensora del poder de la palabra y de la urgencia de salvar del olvido a todas las que se encuentran en riesgo de desaparición por nuestras prisas y nuestra torpeza en el hablar que, como bien sabes, es causa y efecto de nuestra pobreza de sentimientos.
Te enlazo de mil amores.
Gracias y un abrazo.

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