martes, 7 de diciembre de 2010

Anodino

Ilustración de Michael Parkes
(del lat. anody̆nus, y este del gr. ἀνώδυνος, sin dolor).

1. adj. Insignificante, ineficaz, insustancial.

2. adj. Med. p. us. Dicho de un medicamento o de una sustancia: Que calma el dolor. U. t. c. s. m.

Real Academia Española

Unos versos anodinos...
POR EL SABOR DE UNA FRUTA

A veces un tenue sabor que nos retorna
ayer fue el hecho simple
de estar mordiendo una manzana.
Me devolvió al momento
en que escribías el poema de tu casa.
Me apretaste los hombros
me miraste hasta el alma
y mientras me mordías despacito
murmurando algo de algunos ángeles caídos
tu boca tenía el mismo sabor de la manzana.

Fue lindo recordarte en una fruta
en la tarde dorada.

Stella Berduc

2 comentarios:

Barros Matos dijo...

Hay diálogos que están hechos de silencios. Que se robaron las palabras, dejando huecos que llenamos con monólogos, voces que se dan la espalda, tiempo carcomido entre culpas y reproches. ¿En que momento nuestro amor se volvió anodino, perdió solidez, personalidad, dejó atrás la risa y el brillo en la mirada? Entonces comenzamos la desesperada búsqueda de instantes que no perduraron, y nos entregamos vencidos al cansancio, al hastío, para al final convertir aquel sentimiento en unas cuantas excusas sin substancia.
Se gastó el ayer. Lo gastamos. Lo fuimos mutilando concientemente, por orgullo, por vanidad, por estupidez, quitándole trocitos de amor con cada golpe de soberbia.
Ganamos el silencio. Lo agigantamos, lo convertimos en un fantasma que habla, que nos relata al oído nuestra historia de desencuentros, que nos tortura en el terror nocturno de mil pesadillas diferentes que al final, siempre es la misma.
Los diálogos en silencio están hechos de rencores y frustraciones, de nostalgias que nos negamos, de olvidos y mentiras.
Pero es inútil. Cuando en la noche llega la verdad, esa pesadilla que inclemente nos acusa, nos cierra las puertas, nos obliga a mirar el fondo en sombras del alma, allí encontramos, latente, esperando en vano, ese tiempo que matamos con la crueldad de la vanidad herida.
Cuando la soledad se monta sobre nuestro peregrinar, y el silencio se adueña de las palabras, transitamos por horas sin tiempo, sombras de lo que fue, días sin nada.
BARROS MATOS

vicky dijo...

Me encantan las ilustraciones de Prkes!!.Gracias Cel!!

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