martes, 19 de junio de 2012

Poltrón

(Del it. poltrone).

1. adj. Flojo, perezoso, haragán, enemigo del trabajo.
2. f. silla poltrona.

Real Academia Española


EL HERRERO Y EL PERRO

Un Herrero tenía
un Perro que no hacía
sino comer, dormir y estarse echado;
de la casa jamás tuvo cuidado;
levantábase sólo a mesa puesta;
entonces con gran fiesta
al dueño se acercaba,
con perrunas caricias lo halagaba,
mostrando de cariño mil excesos
por pillar las piltrafas y los huesos.
«He llegado a notar, le dijo el amo,
que aunque nunca te llamo
a la mesa, te llegas prontamente;
en la fragua jamás te vi presente,
y yo me maravillo
de que, no dispertándote el martillo,
te desveles al ruido de mis dientes.
Anda, anda, poltrón; no es bien que cuentes
que el amo, hecho un gañán y sin reposo,
te mantiene a lo conde muy ocioso.»
El Perro le responde:
«¿Qué más tiene que yo cualquier conde?
Para no trabajar debo al destino
haber nacido, perro, no pollino.»
«Pues, señor conde, fuera de mi casa;
verás en las demás lo que te pasa.»
En efecto salió a probar fortuna,
y las casas anduvo de una en una.
Allí le hacen servir de centinela
y que pase la noche toda en vela,
acá de lazarillo y de danzante,
allá dentro de un torno, a cada instante,
asa la carne que comer no espera.
Al cabo conoció de esta manera.
Que el destino, y no es cuento,
a todos nos cargó como al jumento.
 
También usamos la palabra en su forma femenina: poltrona. La cómoda silla que nadie quiere dejar, en especial cuando se emplea en sentido metafórico, referida a un cargo o puesto de relevancia, no es otra cosa que el lugar en el que se sienta el <poltrón,> es decir, \'el vago\', palabra llegada, para algunos autores, de la italiana del mismo significado <poltrone>.

Los diccionarios etimológicos italianos hacen derivar este término de pullitrone, aumentativo de una supuesta forma latino vulgar <pulliter> que habría derivado en la palabra italiana <puledro,> \'caballo o burro joven\'. Todas estas formas tendrían su origen en la latina <pullus,> \'animal joven\', origen de palabras como <pollo> y <pollino>De la regalada, tranquila y reposada vida del joven equino, ajeno aún a las duras labores del campo se habría tomado el significado que persiste en nuestros días.
Existe, no obstante, una segunda explicación del origen de <poltrón,> que hace derivar la palabra de la expresión latina <pollice truncu(m),> literalmente \'pulgar cortado\'. <Poltrón> sería un acrónimo formado por las primeras sílabas de cada una de las palabras, ya evolucionadas, del compuesto: <pol- tron->o, simplemente, un acortamiento generado por el uso guisante .Y es que en el siglo IV, en tiempos de los emperadores romanos Valentiniano I, emperador de Occidente, y Valente, hermano del anterior, emperador de Oriente, se hizo público en todo el Imperio un edicto que condenaba a ser quemados vivos a los que, para librarse del servicio militar, se mutilaban los dedos, lo que les impedía empuñar lanza y espada. En sus orígenes la expresión se refería sólo a los cobardes que desertaban del ejército; más adelante pasaría a denominar, por extensión, a los poco amigos del trabajo o de cualquier otra actividad. 

Las referencias etimológicas están extraídas del Diccionario del origen de las palabras.

3 comentarios:

Celestacha dijo...

Y antes que Demiurgo me diga algo aclaro: si...estas fábulas, si no me equivoco, son de Félix María de Samaniego / España 1745 - 1801. Está claro que hay un acento puesto en el trabajo, pero no cualquier trabajo, sino el trabajo "sudoroso", con sangre, el trabajo que se vive como un peso del destino y toda actitud que no se orientara hacia el tan afamado: Ganarás el pan con el sudor de tu frente, era tomado por "haragán".
Hoy nos falta ni más ni menos que horas de "ocio". El ocio es una forma de meditación. Del cese de la mente surge la creación, como un chispazo divino.
Hemos llenado tan obsesivamente nuestros tiempos, que ante la posibilidad de tiempo ocioso es probable que nos asalte la desesperación. Pero es justamente un camino para reencontrarnos con nosotros mismos.

Saludos a todos !!!!!!!!!!!!1

Anónimo dijo...

Me halaga que me tengas en cuenta.
El herrero pide demasiado, tiene un perro que habla, con cierta inteligencia y pretende que lo ayude en la herreria.
Pero me desvié. Según las definiciones, un poltrón puede descansar sobre una poltrona.
Y sí el ocio es productivo, mis dos ultimos dos posteos son una muestra de eso. No sé el ultimo, pero el anteultimo me parece digno de tu interes.

Me despido por ahora, con una reflexion de Inodoro Pereyra. La pereza es el motor del progreso, el que inventó la rueda no queria caminar.

BARROS MATOS dijo...

POLTRON
Fíjense, (explicaba nuestro filósofo y farmacéutico jubilado Moisés Schuartz en el 4 de COPAS) en el sonido de la palabra: POLTRÓN. Aunque la pronunciemos en voz baja, es un vocablo que tiene fuerza. Ritmo. Más aún si aislamos las sílabas: POL…TRÓN Es una palabra masculina, que significa todo lo contrario que esa fuerza daría a entender. En cambio, poltrona, femenina ella, es suave, tranquila, dulce diríamos. Invita a recostarse en ella en una tarde lluviosa de domingo a mirar las gotas en riacho sobre los vidrios del ventanal, formando caprichosas figuras, y dejando de lado el libro que pensábamos leer. Es una palabra perezosa. Pero no vana. En su pereza puede encaminarnos al ocio, un ocio productivo. Yo -- lo interrumpió Morocho Ramos, cantautor y guitarrista -- algunas veces, sin ganas de hacer nada, me quedo acostado hasta tarde en la mañana, mientras mi patrona me alcanza unos mates. Y de a poco, esa pereza se me convierte en ocio creativo, como dice aquí el amigo, tomo la guitarra, y comienzan a salir algunas notas de un futuro tango. Cuando nos fuimos del bar esa noche, me quedé hasta tarde pensando en esa pereza que me invade a veces, que me deja quieto, flojo, sin hacer nada, enemigo de mover un músculo durante largo rato. Y me doy cuenta que muchas veces, disimulada dentro de ella, vive una nostalgia antigua que no quiere hacerse presente, mostrarse, porque traería una vieja tristeza escondida en el pasado. Es algo pasajero, dentro de la vida de un hombre común. A la pereza del Poltrón, yo la defino como la de un vago que tirado en ella como trapo viejo, se pierde lo mejor de la vida.
BARROS MATOS

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