jueves, 18 de marzo de 2010

Trabalenguas

Ilustración de Anne Soline


Tr a b a l e n g u a s, es una palabra compuesta por “traba” y “lengua”. ¿Qué quiere decir esto? . Trabar quiere decir enredar, entorpecer, poner obstáculos a algo. - La lengua, todos sabéis qué es. Si trabas la lengua, si la entorpeces o la enredas, quiere decir que le pones obstáculos a su función de pronunciar bien los sonidos.
Un trabalenguas (con “s”, tanto en singular, como en plural) es una palabra, una locución, o un grupo de palabras, difíciles de pronunciar. Los trabalenguas están pensados para ser dichos:
  • en voz alta
  • rápido
  • y con la intención de que se equivoque, quien los dice.
Se plantea el trabalenguas como un juego de palabras que suelen contener fonemas, o grupos silábicos, similares. A veces, son composiciones con algo de sentido, con una mínima coherencia. Otras veces, son pequeñas historias sin ningún sentido, absurdas, si no es el sentido de retar al que los dice, a decirlo bien. En algunas ocasiones, incluso, son auténticos disparates semánticos. En realidad, poco importa, incluso, si existen las palabras, ya que los trabalenguas ponen a prueba la elocución y la agilidad verbal de un hablante .
Los trabalenguas son realmente un ejercicio lúdico ideal para ejercitar la lengua.
Los trabalenguas están basados en la dificultad fonética de sus cantinelas y ello hace que sea muy divertido intentar decirlos, Los trabalenguas forman parte del folclore de cada país y pertenecen a la llamada literatura oral, o de transmisión oral. Quizás sea ésta la causa por la que encontramos tantas variantes de un mismo trabalenguas, dependiendo del área donde se dice. Este tipo de textos son muy valisosos para jugar juegos verbales con los niños, los cuales aceptan el reto de intentar decirlos deprisa, sin equivocarse y con claridad. Y aceptan el reto de decir una serie de palabras encadenadas, difíciles de pronunciar. A los niños les encanta tararear las cancioncillas típicas de la infancia, tengan o no sentido, y también les encanta repetir e intentar vocalizar bien estas composiciones que ponen a prueba la boca más experta.

Algunos de los que recuerdo como María Chucena y Había una vieja...son un verdadero viaje a mi infancia. Que los disfruten !!!

Había una vieja, virueja virueja, de pico picotueja de Pomporerá. Tenia tres hijos, virijo virijo, pico picotijo de Pomporerá. Uno iba a la escuela, viruela viruela, de pico picotuela de Pomporerá. Otro iba al colegio, viregio viregio, de pico picotuejo de Pomporerá, Y otro iba al estudio, virudio virudio de pico picotudio de Pomporerá. Y así termina el cuento, viruento, viruento, de pico picotuento de Pomporerá.

Doña Panchívida
se cortó un dévido
con el cuchívido
del zapatévido.
Y su marívido
se puso brávido
porque el cuchívido
estaba afilávido.



María Chucena techaba su choza y un techador que por allí pasaba le dijo: María Chucena, ¿techas tu choza o techas la ajena? Ni techo mi choza ni techo la ajena, que techo la choza de María Chucena.

Ese bobo vino nunca beber debe, vida boba y breve vivirá si bebe.


Pepe Peña, pela papa, pica piña, pita un pito; pita un pito, pica piña, pela papa, Pepe Peña.

Me han dicho un dicho, que dicen que he dicho yo. Ese dicho está mal dicho, pues si yo lo hubiera dicho, estaría mejor dicho, que ese dicho que dicen que algún día dije yo.



¡Qué triste está Tristán tras tan tétrica trama teatral!

Lado, ledo, lido, lodo, ludo, decirlo al revés lo dudo, ludo, lodo, lido, ledo, lado. ¡Que trabajo me ha costado!

Poquito a poco Paquito empaca poquitas copitas en pocos paquetes.

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