miércoles, 19 de octubre de 2011

Escampar

Ilustración de Agnès Boulloche
(De es- y campo, dejar el campo).

1. intr. impers. Cesar de llover.
2. intr. Cesar en una operación, suspender el empeño con que se intenta hacer algo.
3. intr. Ven. Guarecerse de la lluvia.
4. tr. Despejar, desembarazar un sitio.

ya escampa.

1. expr. coloq. "ya escampa, y llovían guijarros."

Real Academia Española

Esta palabra es nueva para mi. Me la enseñó Alexandra, lectora del Arca, y tuve la sensación de que era una palabra que remitía exactamente a su significado. Y para mi, su belleza es "visual", ya que me trajo imágenes de paisajes y olor a lluvia.
Y para ilustrar la palabra, unos bellos versos de un tanka. Tanka es un tipo de poesía tradicional japonesa que consta de cinco versos de 5-7-5-7-7 sílabas. Está muy relacionado con el haikú.
Hace más de 1400 años que se registraron los primeros tanka. Según algunos autores, su principal utilidad era la de transmitir mensajes secretos entre amantes; una pequeña síntesis matutina de lo que una tempestuosa noche de amor había representado para el autor, como queriendo volver a las maneras y palabras del cortejo, algo así como una nota de agradecimiento. Se enviaban escritos en un abanico o amarrados a una flor en botón y eran entregados en propia mano por un mensajero a quien se recompensaba con un trago y la oportunidad de coquetear un poco con el personal doméstico... mientras la parte proporcionadora escribía un tanka en respuesta al primero y que el lacayo debía llevar a su amo. Estos breves poemas, deberían tener tal contenido que los enamorados supieran a qué se hacía referencia, pero ser lo suficientemente crípticos de guisa tal que el intermediario quedase en babia si hubiera intentado sorprender algún secreto. 

Hueco del árbol 
acoge a Mariposa 
mientras escampa. 
Refugio enamorado, 
virgen de alas mojadas.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Cómo me gusta esta palabra¡ La he oido desde pequeña: "Siempre que llueve , escampa" decía mi abuelo, dice mi madre y se lo repetiré yo a mi hija. Y cuantas veces esperábamos en el portal esperando a que escampara paa salir corriendo a la calle a jugar.

Basta con oirla y repetirla en voz alta para que la calma y la esperanza aparezcan.

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