Ilustración de Pete Revonkorp |
1. adj. De color amoratado.
2. adj. Dicho de un toro: De pelo negro y blanco.
3. adj. Dicho del agua: De color opalino.
Real Academia Española
Ocaso
Era un suspiro lánguido y sonoro
la voz del mar aquella tarde... El día,
no queriendo morir, con garras de oro
de los acantilados se prendía.
Pero su seno el mar alzó potente,
y el sol, al fin, como en soberbio lecho,
hundió en las olas la dorada frente,
en una brasa cárdena deshecho.
Para mi pobre cuerpo dolorido,
para mi triste alma lacerada,
para mi yerto corazón herido,
para mi amarga vida fatigada...
¡el mar amado, el mar apetecido,
el mar, el mar, y no pensar nada...!
Era un suspiro lánguido y sonoro
la voz del mar aquella tarde... El día,
no queriendo morir, con garras de oro
de los acantilados se prendía.
Pero su seno el mar alzó potente,
y el sol, al fin, como en soberbio lecho,
hundió en las olas la dorada frente,
en una brasa cárdena deshecho.
Para mi pobre cuerpo dolorido,
para mi triste alma lacerada,
para mi yerto corazón herido,
para mi amarga vida fatigada...
¡el mar amado, el mar apetecido,
el mar, el mar, y no pensar nada...!
Manuel Machado
3 comentarios:
Es interesante notar como con el vocablo CÁRDENO se distinguen distintos colores.
Por ejemplo, el blanco y negro del pelo del toro CÁRDENO. El azul del lirio común, barbado o Pascual, denominado también lirio CÁRDENO. El rojo de un determinado rubí lleva también ese nombre, RUBÍ CÁRDENO, puede ser CÁRDENO DELICADO o CÁRDENO LUMINOSO. Lo mismo el color morado que queda en la piel al sufrir un traumatismo que deja un hematoma, se lo denomina HEMATOMA CÁRDENO.
Cuando Ramiro, el hijo de mi amigo Eliseo Maronini, contador jubilado y visionario, apareció con un hematoma cárdeno en el ojo izquierdo aduciendo haberse golpeado con la punta de la puerta de la alacena, el padre lo miró fijo, visionario como que es adivinó de que puño y por qué venía la cosa, y su rostro se puso rojo cárdeno de vergüenza por la conducta de su vástago. Lógicamente, toda la barra del 4 DE COPAS aceptó la excusa, miramos para otro lado y seguimos escuchando el debate entre el lingüista Fructuoso Mancheritti, y la poetisa Delicia Barcos del Mar, sobre el tema: ¿SON NECESARIAS LA HACHE Y LA Y GRIEGA?
BARROS MATOS
Estimado Barros: qué cosa extraña esto de que una palabra que dice sobre un determinado color, diga en verdad de varios y tan diferentes. Mi padre, hombre de bares y cafetines infames, siempre ha dicho que colores, lo que se dice colores son el rojo el azul y el amarillo, el resto son meras convenciones sociales. "Che, Funes, nadie duda de que el rojo es rojo y es diferente del azul y nadie lo duda... Pero quién puede decir cuál es el color cárdeno? En una convención de cinco especialistas seguro habrá seis opiniones" expresó mi progenitor, y ahí nomás, se despachó con una teoría del color de la cual -sostiene- es el autor y a la que ha llegado luego de varios y concienzudos estudios.
Dijo mi padre: " he descubierto luego de estudiar la 'teoría de los colores' de Hudson Bradley que el mundo de los colores está gobernado por daltónicos. Así como algún escritor narró que los ciegos dominaban el mundo, la verdad es que los daltónicos son quienes lo manejan a su antojo en cuanto al gobierno de los colores. Los tipos tienen la capacidad de determinar los mismos. En el caso del Cárdeno, se trata de la determinación del color por parte de quienes poseen dentro del daltonismo una deformación mucho mas compleja que hace que el morado violacieo sea para ellos 'confundible' con el blanco y negro. En el caso del cárdeno, al no llegar a un acuerdo, decidieron definitivamente que todos los colores no catalogados caigan en la bolsa 'cárdena'."
Debo aclarar que cuando dio esta explicación, mi padre había terminado la botella de Ginebra Llave, y ya estaba dando cuenta de una grapa con ruda.
Estaba borracho el hombre.
En fin.....
Funes
Estimado Funes, creo que su señor padre es un hombre muy inteligente y culto, no solamente por esta reflexión sobre los colores, si no también por algunas otras cosas que Ud. escribió de él en anteriores entradas al blog. Lo que no creo, y afirmo que no es real, es que sea asiduo a cafetines infames y bebedor empedernido de infusiones alcohólicas. Pienso (como psicólogo aficionado) que Ud. necesita reflejar en él ese vicio que adquirió y practica según confiesa, en esa covacha disfrazada de bar llamada DOS CUCHILLOS. Pero vamos al tema. Es verdad que hay personas con capacidades diferentes que suplen o equilibran con otras, a determinados sentidos o posibilidades ausentes o disminuidas. Son dones que la naturaleza brinda y seguramente todos conocemos ejemplos que lo afirman. Y esos dones se agradecen como lo hizo Borges en su POEMA DE LOS DONES, del cual aporto un fragmento:
Nadie rebaje a lágrima o reproche
Esta declaración de la maestría
De Dios, que con magnífica ironía
Me dio a la vez los libros y la noche.
BARROS MATOS
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