1. adj. Se dice de cierta especie de guindas y cerezas, mayores y menos tiernas que las comunes.
2. adj. Se dice de los árboles que las producen.
3. adj. Se dice de algunas faltas graves de la expresión y de algunas acciones. Error, mentira garrafal.
Real Academia Española
Recuerdan esta palabra ? se escucha mucho menos en las calles. Siempre relacionada en mi ideario con la palabra "descomunal".
El diccionario nos va paseando por varias palabras relacionadas, que derivan en su origen del árabe y el persa. Estas palabras son : garrofal / garrobal / garrofa / algarrobo.
Y siempre llegamos al árbol, su semilla y su fruto: el algarrobo.
Árbol de porte elegante, madera dura y noble, de fruto comestible y sombra refrescante. El árbol del gaucho, por excelencia.
Ya Lucio V. Mansilla lo describe en su libro "Una excursión a los indios Ranqueles ( 1867 ), y nos relata los usos y costumbres del algarrobo de esa época:
"Eran chañares, espinillos y algarrobos. Estos últimos abundaban más. Es el árbol más útil que tienen los indios. Su leña es excelente para el fuego, arde como carbón de piedra; su fruta engorda y robustece los caballos como ningún pienso, les da fuerzas y bríos admirables; sirve para elaborar la espumante y soporífera chicha, para hacer patay pisándola sola, y pisándola con maíz tostado una comida agradable y nutritiva. Los indios siempre llevaban bolsitas con vainas de algarrobas, y en su marchas la chupan, lo mismo que los coyas del Perú mascan coca. Es un alimento y un entretenimiento que reemplaza al cigarro"...
Y de manera similar, Carlos Villafuerte en su Diccionario de los árboles, lo cuenta de la siguiente manera:
"Para el indio fue el árbol de la vida, por eso lo defendía, lo respetaba y lo veneraba. De su fruto se hizo el patay y la chicha, la añapa y la aloja. Bajo su sombra se cobijaba en las desesperanzas y alegrías, y cuando el árbol caía vencido por el tiempo, aprovechaba su madera para hacer morteros para la molienda. De su fruto, machacado en los morteros y agregándole un poco de agua, obtenía un jugo pastoso y fresco que le llamó añapa.
"El indio también aprovechaba el fruto guardado para preparar el patay, el pan amasado en el invierno y cocido al lado de la conchana. Con él se alimentaba en tiempos malos, y con él preparaba también la chicha, y la aloja, las bebidas fermentadas que lo ponían belicoso y le hacían olvidar los pesares.”
Pero alguien sabría decirme cómo se llega del árbol o su fruto a una "mentira garrafal" ?
Como podemos advertir, el lenguaje es tremendamente creativo en sus asociaciones.
No me dejes partir, viejo algarrobo…
levanta un cerco con tu sombra buena,
átame a la raíz de tu silencio
donde se torna pájaro la pena.
Mucho tiempo te vi quieto en la tarde,
nada cerca de ti, sólo tu fuerza.
Tu balsámica sombra es como el beso
del aura vesperal sobre la tierra.
No me dejes partir viejo algarrobo, Atahualpa Yupanqui (Fragmento)
Luego lo que con el hombre sobrevino en los siguientes años fue la misma dolorosa historia de siempre: la sobreexplotación industrial y con ello la destrucción de una especie que hoy depende de proyectos para su protección.
1 comentarios:
No es común escuchar la palabra GARRAFAL. Mentiría si recordara haberla pronunciado muchas veces, pero siempre relacionada con algo grande, descomunal, que asombra. Ej.: “Fue un discurso garrafal, demasiado falto de realidades” . Pero charlando hoy durante el desayuno en el 4 de COPAS, costumbre sabatina, descubrí que tanto mis contertulios como los de otras mesas a quien interrogué, muchos no la conocen, y la imaginan similar a “berenjenal” Por ej., ¡No sabe en que berenjenal (o en que garrafal) se metió este tipo!” Es decir, lo asimilan a la palabra lío, problema, del cual cuesta salir. Creo que el significado de las palabras, a veces excede el que le da la Real Academia y de a poco ingresa en el imaginario colectivo para convertirse con el tiempo, en una significación más, referida a un hecho que suele suceder. Un día un amigo me dijo que a Fulano, con quien estaba distanciado, “le había cortado el rostro” En principio me asusté, me pareció una barbarie responde así a una discusión, hasta que me aclaró que esa frase ruda, dura, significaba solamente “no lo saludo más”. Se inventan, se fabrican frases que quieren decir algo diferente a lo que se escucha en las palabras, y a otras se le asigna un significado nuevo que se va haciendo carne en la gente a medida que corre de boca en boca. ¿Se enriquece así el idioma? Que conteste alguien más metido en el tema que yo.
BARROS MATOS
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