1. adj. Licencioso, entregado a los vicios. U. t. c. s.
Real Academia Española
Con esta palabra terminamos una serie de calificativos un tanto umbríos. Lo acompaña una ilustración de uno de los más grandes ilustradores actuales de cómics llamado Milo Manara, quien ha sabido incursionar en los terrenos de la vida licenciosa con sus dibujos de época. Que lo disfruten !
Disoluto
Intelectualmente licencioso,
he transcendido en sombra,
dejando mi rastro ominoso
en todo aquel que me nombra.
Licencioso y ermitaño,
disoluto anacoreta
que por no causar más daño
4 comentarios:
Disoluto!. Qué palabra y en mi caso particular, debo decir, qué cercana!
Esto lo afirmo porque en el lugar donde vivo, consideran que hago una vida “disoluta”, es decir, licenciosa y plagada de vicios. No es verdad. Solo me emborracho con asiduidad semanal y frecuento ambientes prostibularios, porque, como ya he dicho, tengo problemas de amores y no puedo olvidar de otra manera que no sea tomando y enamorándome de manera fatal y definitiva, aunque sea, una hora.
Siempre quise dar batalla a quienes me tildaban de licencioso, de “disoluto”. Y no para negar mi condición, sino para justificar. Entonces tengo que agradecer a la editora que, no solo eligió para hoy esta palabra, sino, el acertado poema que ilustra la entrada y que me identifica totalmente.
Sepan que ya lo he memorizado. Y en cuanto me vuelvan a decir “Che, Funes, sos un disloluto”, responderé, erguido recitando los breves pero contundentes versos que hoy he aprendido.
Funes
Quien avisa no traiciona, y Celeste ya nos había adelantado de un nuevo tema umbrío, como dice en la portada de disoluto. Y si de disoluto hablamos, Abdón Paredes. Quizá sea este hombre el arquetipo que defina el significado de dicha palabra. Conozco de él por dos fuentes: la primera, de mi amigo Liberto Dinastía, cuyo abuelo materno, Diosdoro Gonzalez Gonzalez, se batió a duelo con el tal Paredes, ofendido por un comentario procaz efectuado por este sujeto, cuando le miró el tobillo a la abuela de mi amigo, al subir a un tranvía, el 9 de agosto de 1909. Hata este momento, la vida de Abdón Paredes, de 37 años, se había desarrollado en ambientes licenciosos de ínfima estofa, cabarets del bajo, callejones prostibularios en oscuras ramificaciones de la ciudad, donde era conocida y apreciada su presencia entre rufianes, crápulas y malandras. Hombre de mala bebida, tenía en su haber la cobardía de castigar físicamente a las mujeres de las que se servía, cuidándose mucho de ofender a hombre alguno. Por eso su sorpresa cuando Don Diosdoro escuchó su dicho en voz muy baja, y recibió el guante en la cara. El lance se llevó a cabo una fría y lluviosa madrugada de ese agosto de 1909, a pistola y 20 pasos. La bala de Paredes se perdió en el aire, pero la del marido ofendido le rozó la mejilla derecha, dejándole una cruda cicatriz en la cara y en el alma. Pues desde esa noche fatal, desapareció para siempre.
BARROS MATOS ---SIGUE
A los pocos días, comenzó a hablarse de su presencia como sombra desdibujada en los lugares que solía frecuentar, y algunas meretrices juraban que los moretones que mostraban se debían a las palizas propinadas por el fantasma de Abdón Paredes. Comenzó a correr el rumor de que en verdad Paredes había muerto recibiendo 2 balazos, y que el médico y los testigos del lance caballeresco mentían para defender la actitud asesina de Gonzalez Gonzalez, ayudándolo a hacer desaparecer, de alguna forma, el cadáver. La segunda fuente que me da noticias del hecho, proviene de un antepasado mío, el comisario Diluviano Matos, que se hizo cargo de la investigación, pues aunque no creía en fantasmas, la desaparición de Abdón Paredes era sospechosa. Y pronto la verdad salió a la luz. Abdón Paredes había huido al Paraguay, donde siguió con su vida licenciosa, ganando fama de malevo argentino, al contar que la cicatriz en la cara, se la había ganado luchando con su puñal contra 2 cuchilleros que quedaron en el camino. Cosas veredes, Sancho.
BARRROS MATOS
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una palabra perfecta
espero no tardar
en utilizarla
;-)
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