Ilustración de Norman Rockwell |
(Del ant. part. act. de rimbombar).
1. adj. Que rimbomba.
2. adj. Ostentoso, llamativo.
rimbombar.
(Del it. rimbombare).
1. intr. Retumbar, resonar, sonar mucho o hacer eco.
Real Academia Española
Y como no se me ocurren versos rimbombantes, Antonio Machado nos muestra la belleza de lo simple, en este hermoso poema XXXVIII de Soledades. En él trata el inexorable paso del tiempo, en medio de la naturaleza con su ritmo inmutable de muerte y resurrección, después de un breve instante de florecimiento, nosotros y los que nos rodean ya no estaremos.
Abril florecía
Frente a mi ventana.
I.-
Entre los jazmines
y las rosas blancas
de un balcón florido,
vi las dos hermanas.
La menor cosía,
la mayor hilaba…
Entre los jazmines
y las rosas blancas,
la más pequeñita,
risueña y rosada
–su aguja en el aire–,
miró a mi ventana.
La mayor seguía,
silenciosa y pálida,
el huso en su rueca
que el lino enroscaba.
Abril florecía
frente a mi ventana.
II.-
Una clara tarde
la mayor lloraba,
entre los jazmines
y las rosas blancas,
y ante el blanco lino
que su rueca hilaba.
— ¿Qué tienes —le dije—
silenciosa pálida?
Señaló el vestido
que empezó la hermana.
En la negra túnica
la aguja brillaba;
sobre el velo blanco,
el dedal de plata.
Señaló a la tarde
de abril que soñaba,
mientras que se oía
tañer de campanas.
Y en la clara tarde
me enseñó sus lágrimas…
III.-
Fue otro abril alegre
y otra tarde plácida.
El balcón florido
solitario estaba…
Ni la pequeñita
risueña y rosada,
ni la hermana triste,
silenciosa y pálida,
ni la negra túnica,
ni la toca blanca…
Tan sólo en el huso
el lino giraba
por mano invisible,
y en la oscura sala
la luna del limpio
espejo brillaba…
Entre los jazmines
y las rosas blancas
del balcón florido,
me miré en la clara
luna del espejo
que lejos soñaba…
Abril florecía
frente a mi ventana.
1 comentarios:
Comenzando con el término RIMBOMBANTE, podemos hacer una escala de palabras emparentadas que nos lleven a una conclusión final e inapelable. Una personalidad RIMBOMBANTE es OSTENTOSA, esta cualidad generalmente se asocia con la VANIDAD, y de ella a la MALA EDUCACIÓN hay un paso muy corto.
La persona que acepta con humildad exenta de falsa modestia, su cualidad superlativa en el arte, la ciencia, el deporte o cualquiera fuere aquello en lo que sobresale, es un ejemplo contrario al que hace uso y abuso de esa cualidad para intentar ganar el aplauso y la admiración, que en general, lejos de conseguirla, demuestra su pobreza de espíritu y su temor a no ser notado, su sentimiento de inferioridad que lo obliga a forzar SU tema en todo momento, aunque la conversación a la que asiste nada tenga que ver con su cualidad. No está exento nadie, y es posible observar la ostentación y la vanidad en algunos reportajes a personalidades que no necesitan de aplausos extras, dado que han ganado su lugar por su inteligencia y capacidad.
Vaya un ejemplo. He visto por televisión hace unos años un reportaje a Francisco Umbral, escritor español que ha ganado con justicia innumerables premios nacionales y extranjeros por su obra, excelsa y extensa. Al terminar el reportaje, donde explicó en que se inspiraba cada uno de sus muchas novelas y ensayos, preguntó asombrado al periodista: ¿No vamos a hablar de mis premios? Tomado por sorpresa, este atinó a contestar “No lo creí necesario, dado que todo el mundo conoce quien es Umbral en la literatura”.
BARROS MATOS
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