Ilustración de Anna Berezovskaya |
(Quizá del celta *tsucca).
1. adj. Cuba. altanero (‖ altivo). Apl. a pers., u. t. c. s.
2. m. Pedazo de madera corto y grueso, que queda sobrante al labrar o utilizar un madero.
3. m. Pedazo de pan grueso e irregular.
4. m. coloq. Persona fea y de mala traza, especialmente si es rechoncha.
5. m. coloq. Persona tarda en comprender. U. t. c. adj.
6. m. Par. Pedazo grande de carne vacuna.
7. m. Par. Cargo público.
Real Academia Española
Ésta sí que es una palabra curiosa. No sólo porque no está nada claro su orígen, sino porque ha recorrido el mundo hispano sumando significados. Qué palabra versátil !. En cuanto a su orígen, si bien la RAE se decanta por un orígen celta, issuca = pedazo de madera, otro origen altamente probable es que provenga del árabe suqât que significa desecho, objeto sin valor. Una enorme cantidad de palabras han quedado de herencia de los 700 años de ocupación mora en España, y ésta quizá sea una más.
Cuidado con confundir zoquete con soquete (calcetín corto).
1 comentarios:
Beto Barcio era un gordo de ojos vacunos, cara redonda con mofletes caídos, y dueño de una obesidad algo irregular, que quizá no se debía a que no fueran iguales sus mitades derecha e izquierda, si no a esa manera de caminar medio inclinada, arrastrando los pies, que nos daba la impresión que en cualquier momento se le iba a caer una de las mitades de su cúmulo grasoso dejándolo mitad gordo y mitad flaco. No es que no tuviera una inteligencia regular. Se notaba porque cuando algo le interesaba realmente, lo que sucedía muy rara vez, demostraba que sabía y podía pensar y expresarse. Pero una innata vocación por la pereza física e intelectual lo mantenía en un estado de postración de esfuerzos para poder ser partícipe de las actividades de los compañeros.
Pasó la escuela “por encima”, es decir, sin ser parte de las actividades terrenas que compartíamos todos los alumnos. Por una de esas casualidades, terminaba el año escolar pasando de grado en el límite de la posibilidad de repetir, como si tuviera el conocimiento de cuanto era lo mínimo indispensable para no quedarse detrás de los demás. El guardapolvo nos igualaba, pero cuando se lo quitaba su ropa parecía formada por partes compuestas para distintas personas.
Pasó por las aulas con esa manera simplona que delata a quien no tiene o no pone lo necesario para aumentar su potencial de inteligencia, por una pereza invencible o, simplemente, por ser un zoquete a quien, con respirar, comer y poder dormir, le alcanza para logar su norte en la vida.
BARROS MATOS
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