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| Ilustración de Aka Lousie |
1. m. Persona que tiene parecido con otra hasta el punto de poder ser confundida con ella.
Real Academia Española
Se denomina Sosias a la persona que tiene mucha similitud con otra, hasta tal punto que pueden llegar a confundirse.
La palabra proviene de la obra Anfitrión (Amphitruo) de Plauto, en la que Mercurio se hace pasar por Sosias, el criado del general Anfitrión, para ayudar a Júpiter a seducir a Alcmena, esposa del mismo general.
El término sosias encuentra sus sinónimos en los siguientes adjetivos: dobles, impostores, imitadores.
Se denomina Sosias a la persona que tiene mucha similitud con otra, hasta tal punto que pueden llegar a confundirse.
La palabra proviene de la obra Anfitrión (Amphitruo) de Plauto, en la que Mercurio se hace pasar por Sosias, el criado del general Anfitrión, para ayudar a Júpiter a seducir a Alcmena, esposa del mismo general.
El término sosias encuentra sus sinónimos en los siguientes adjetivos: dobles, impostores, imitadores.
La utilización política de sosias fue aplicada en personajes históricos con diversos fines. Casos renombrados durante la Segunda Guerra Mundial fueron Winston Churchill, Adolfo Hitler, Rudolf Hess, José Stalin y Bernard Law Montgomery.
En la década de 2000 puede nombrarse el caso de Saddam Husein y Bin Laden. Existen referencias no confirmadas de sosias de Isabel II del Reino Unido y Pablo VI.
En la cinematografía es usual recurrir a los "dobles" o sosías para el rodaje de escenas de riesgo.
En todos los casos, los sosías han cautivado y exacerbado la fantasía de la gente, como en el caso de Paul McCartney, de quien se rumoreó que había fallecido y fue reemplazado por un sosias.
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1 comentarios:
SOSIAS, como bien lo explica nuestra editora, no solamente se refiere al parecido físico que permite confundir a unas persona con otra, si no que también se da el caso en imitadores. Recuerdo el caso (del cual se escribió un libro y filmó una película) de unas falsas vacaciones de Sir Wisnton Churchill durante la guerra en un apacible pueblito inglés, y que quisieron aprovechar los alemanes para secuestrarlo. En realidad, el Primer Ministro se encontraba en una reunión al otro lado del mundo, y lo reemplazaba un actor con cierto parecido físico. El intento de secuestro falló, pero uno de los alemanes mató al supuesto Churchill. El ser “doble” de alguien famoso trae sus peligros. En el 4 de COPAS fuimos testigos de un debate que terminó en discusión algo agria al final al que pusimos término Vilchez y yo, antes de que pasara a mayores. Dinastía no estuvo de acuedro en que dobles e impostores sean sinónimos de sosias , mientras que Mancheritti defendía esa posición, dado que, explicaba, para quien los confundía eran sosias. El historiador insistía en que el que confundía era porque no lo observaba atentamente o porque no los conocía bien, y el lingüista argumentaba que en la memoria de las personas ciertas particularidades no quedan bien grabadas, y de ahí que seres parecidos puedan se iguales y por lo tanto, confundir a uno con otro. Intervino Schuartz para decir que a veces confunde a una persona con otra por un simple y pequeño parecido físico y sin que en realidad, tengan nada que ver, con lo que prueba que la distracción y la memoria hacen su juego en el tema. Cuando Dinastía preguntó si alguien le plagia un libro quiere decir que escribió un libro sosias, decidí interrumpir la discusión, con el apoyo de Vilchez, y brindar por el cumpleaños de Morocho Ramos. Pedimos una ronda de cervezas y con el brindis se terminó el tema. Total, ninguno sabía que ese día no era el cumple del morocho y con esa mentirita piadosa se aquietaron los ánimos.
BARROS MATOS
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