domingo, 4 de septiembre de 2011

Meñique

Ilustración de Jean Baptiste Monge
(Cruce de menino, niño, y mermellique o *margarique, vars. de margarite, procedentes del fr. ant. margariz, renegado, traidor, papel a veces atribuido a este dedo en dichos y consejas).

1. adj. coloq. Muy pequeño.
2. m. dedo meñique.

Real Academia Española

Esta palabra fue rescatada por Ani. Ella me la envió con una frase: "ternura...alegría...y entre las demás tiene la letra ñ... letra con personalidad si las hay... "
Y ocurre que cada palabra nos acerca un mundo de historias y significados. 
Tal el caso de la palabra que hoy nos ocupa, meñique, cuya etimología remite al portugués "menino" que significa "pequeño". Como a nuestro dedo más pequeño se lo llama meñiquelo primero que encontré en mi investigación fueron historias de dedos.  
Repasando los dedos de nuestra mano, al meñique se lo suele denominar también auricular, pues dada su contextura más delgada es el que está en mejores condiciones que sus compañeros para adentrarse en el orificio auditivo externo del oído llamado aurícula y así cumplir una función higiénica.. El "anular"...el dedo del anillo; el "cordial" o el dedo del corazón, pues está en el centro de la mano igual que el corazón es el centro motor de nuestro cuerpo; el "índice" o el dedo que usamos para indicar, del latín index=indicador; y el pulgar...el dedo que se usa para matar las pulgas ? habría alguna relación con esto de que las pulgas se matan a pulgaradas ? una mera coincidencia entre función y palabras. Según parece el origen de la palabra pulgar está en el latin pollex ( y no en pulex=pulga) derivado de polleo equivalente a "ser poderoso" "poder" "ser eficaz" porque es el dedo más hábil y fuerte, que permite a la mano la mayor parte de sus movimientos ( vaya oposición del pulgar! todo lo que significó en nuestro desarrollo). Y cuán poderoso este dedo fue considerado desde la Antigüedad que servía a los emperadores romanos para conceder la gracia del indulto o el veredicto de muerte, sólo con una señal dada con él.

Existe una leyenda en Japón, originada en China,  llamada  運命の赤い糸 (うんめい の あかい いと UNMEI NO AKAI ITO o lo que sería el hilo rojo del destino.

Los japoneses tienen la creencia de que las personas predestinadas a conocerse se encuentran unidas por un hilo rojo atado al dedo meñique. Es invisible y permanece atado a estas dos personas a pesar del tiempo, del lugar, de las circunstancias…El hilo puede enredarse o tensarse, pero nunca puede romperse.


Esta leyenda surge cuando se descubre que la arteria ulnar conecta el corazón con el dedo meñique. Al estar unidos por esa arteria se comenzó a decir que los hilos rojos del destino unían los meñiques con los corazones; es decir, simbolizaban el interés compartido y la unión de los sentimientos.
En estas comunidades, es normal la utilización contextual de frases como "estamos tirando fuerte del hilo rojo", o "tendiendo puentes con hilos rojos" lo que convierte a la leyenda en una parte más de la jerga de utilización habitual.
Hay una versión china de la leyenda y una japonesa, pero contaré una versión muy breve de entre todas las que leí.
Un  anciano que vive en la luna, sale cada noche y busca entre las almas aquellas que están predestinadas a unirse en la tierra, y cuando las encuentra las ata con un hilo rojo para que no se pierdan.

 

4 comentarios:

Palabras como nubes dijo...

Qué hermosa entrada!! Recordé la leyenda del hilo rojo! Y aprendí lo que significa "pulgar".
Me voy contenta, recordé, aprendí, disfruté. Gracias :)

J&R

Celestacha dijo...

Gracias a ti "palabras como nubes" por estar entre nosotros.
Saludos desde estas tierras !

BARROS MATOS dijo...

La palabra meñique, que nos hace evocar algo pequeñito, me recuerda y obliga a hablar de un pequeño gran hombre. Vivió en aquellos años locos que inspiraron a Charles Aznavour para escribir uno de mis temas predilectos, LA BOHEME. La enodogamia tan común en esa época, condicionó la salud de nuestro hombre, cuyo crecimiento se vio tremendamente afectado. Su crecimiento, pero no su espíritu ni su rebeldía. Prefirió desinteresarse de la escuela de las matemáticas y la historia para ingresar en la escuela de la vida, y a los 17 años, la pequeña y maltrecha figura de nuestro hombre huía hacia la libertad, que para él era París, la ciudad del arte y el desenfreno. Estamos en 1881, y este jovencito comienza a relacionarse con maestros de la pintura. Se interesó por el art Nouveau y el modernismo, Varios maestros fueron dando forma a su cultura pictórica, y, viviendo en Monmartre, conoce y traba amistad con Van Gogh y Degás, entre otros. Este barrio de bohemios influyó indudablemente en su pintura, y se unió a quienes el cabaret era parte importante en sus vidas. Nada había en él y sus compañeros más que la alegría de pintar, y como dice la canción,
“Y cuando algún pintor tenía un comprador y un cuadro le vendía,/
solíamos gritar, correr y pasear alegres por París”.
Fue el pintor del Mouli Rouge y sus personajes, afectado de sífilis la ignoró totalmente, y sus cuadros representan esa forma de encarar la vida en aquel Monmartre que hizo historia y hoy es leyenda.
Cierta vez, cuenta la anécdota, mirando el cuadro de una mujer a medio vestir ante un hombre, un señor murmuró “una prostituta y su cliente”. Desde abajo, le llegó una voz que lo contradijo: “Una mujer vistiéndose para salir con su marido”. La vida de este pequeño gran hombre, tan corta, y tan rica, y su obra, no puede reflejarse en su totalidad sin abusar tremendamente del blog. Vivió con la frase que Aznavour escribiera años después: “Teníamos salud, sonrisa y juventud y nada en los bolsillos”. Así murió a los 37 años, Henri Marie Raymond de Toulouse-Lautrec-Montfa, conde de Toulouse-Lautrec-Montfa
O simplemente Toulouse Lautrec, alegre, feliz, habiendo vivido mil vidas en una sola.
BARROS MATOS

Viejex dijo...

Que curiosa la etimología, realmente. Le paso otra palabra que leí ayer y pensé inmediatamente en usted y este blog: "macadán".

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