Ilustración de Fred Calleri |
Real Academia Española
Otario que andás penando
Fragmento Tango 1931
Música: Enrique Delfino
Letra: Alberto Vacarezza
Jajarai, jajai, jajá,
jarajajai, jajai, jojó...
Otario, que andás penando
sin un motivo mayor,
¿quién te digo que en la vida
todo es mentira, todo es dolor?
Si tras la noche oscura,
siempre
asoma el sol...
Yde la vida hay que reirse
igual que yo. ..
Jajarai, jajai, jajá,
jarajajai, jajai, jojó...
Y para escuchar este tango cantado por Carlos Gardel, hacer click ! aquí
7 comentarios:
Es una palabra que me gusta muchísimo, un insulto tan potente como "pelotudo", quizás por la fuerza que da la sonoridad de la "T", como decía el negro Fontanarrosa.
P/D: No soy un estudioso de la etimología, pero me parece muy probable que el origen de la palabra este en el nombre que reciben las "falsas focas" o "focas caminantes" como leí por ahí.
Otarios u otaríidos
Qué placer saludarlo Viejex! Estos desencuentros que por ahí son de meses y meses me generan cierto desasosiego porque ¿vio? Uno no se encuentra y entonces presume lo peor, sobre todo cuando el amigo porta una considerable cantidad de años como en su caso.
Saberlo “de este lado del mostrador” me ha puesto muy feliz, con tanto que anduve pensando si San Pedro o el portero que sea le cerraron la puerta con usted de aquel lado. Bueno. Respecto de “otario” comparto totalmente su visión sobre la palabra. Qué buena palabra! Fuerte, poderosa, consistente, definitiva. De un “estás loco!” hay regreso, pero de un “sos un otario!” no hay forma de retornar. El receptor de la imputación queda herido en un ala, sin dudas. Comparto también la idea de que viene etimológicamente de algún tipo de foca. Mi viejo me dijo que se trata de la “otaria Byrona”, una foca muy torpe y de estúpida apariencia. Cuando lo consulté (a mi viejo) el tipo se quiso “dar corte” de sabihondo y ahí nomás agregó: “che Funes, te agrego que lo de “otaria” del bicho ese se debe a que ¨foca¨ en inglés se dice ¨otter¨”, y ahí la pifió mi progenitor porque “otter” significa “nutria de mar”. Un dato interesante también es que otário, así con tilde en la “a” es muy usada por los brasileiros. Hay un artículo periodístico que destrataba a un futbolista llamado “Romario” y terminaba la nota advirtiendo que el tipo este, Romario, rima con “otário”. Lo destruyen al pobre. Pero eso me sirvió para ver que se usa en Brasil. Pero por lo poco que me contó un amigo que sabe de todo (es dueño de una librería y tiene 98 años) los hermanos brasileros tomaron esta palabra del uso lunfardo. “Otario” viajó al Brasil por la fama que allá adquirió un tango “se acabaron los otarios” escrito por Andrés Caruso en 1926.
Hay una canción que creo que es de amor, allá en Brasil que se llama “Otário e quem dis que ama”.
Saludos Viejex!
Funes
Sabrá Viejex que lo saludó por aquí ??? creo que quien escribe no tiene avisos de "seguimiento" o algo que se le parezca...sería una pena, en fin...quizá escribirle algo en su blog. Ya veré qué se me ocurre.
Resulta que ya no sé qué inventar, porque de todo aquello que escriba, Uds. saben aún más...y son una enciclopedia viviente.
Tener este nivel de lectores me coloca en una exigencia difícil de sobrellevar. Sépanlo !!!!!
Saludos
Casi siempre pongo avisos de seguimiento. Lo leí recién porque no estuve conectado durante el fin de semana.
Funes, despreocúpese, yerba mala nunca muere. Pero si en otra ocasión se me angustia mucho, siempre queda el recurso de escribirme, mi viejo. Mi mail es muy fácil de recordar: viejex@gmail.com y ahí no puedo hacerme el otario.
(Por cierto, yo no tengo forma de saber de usted si no es cuando escribe acá y últimamente anduvo poco participativo)
Celeste: no se deje engañar tan fácilmente: lo de la etimología de otario la busqué en google.
Estimado Viejex: gracias por su respuesta, pronta y oportuna.
Prometo escribirle de cuando en vez para saber cómo andan sus cosas. Sepa que admiro su GRAN CONOCIMIENTO en las ciencias informáticas. Ahora bien: su confesión última sobre su búsqueda en google me hizo pensar si no será que mi viejo (es un hombre casi de su edad, 80 años) no se hará el sabihondo pero en verdad anda husmeando lo que hay en internet y de ahí saca la información. Hace un rato le pregunté personalmente y negó todo. Pero lo conozco y se puso igual de nervioso como cuando le pregunto si es verdad que salió con una vecina que se que le gusta y niega toda relación. Entonces me vino a la mente que hay veces que uno le dice a otro "no te hagas el otario", en el sentido que "no se pase de vivo".
Este sería el caso: mi viejo, ante la pregunta, mintió seguramente y se "hizo el otario".
En fin
Funes
Hace bien en desconfiar de ese viejo taimado, usted sabe eso que dicen que el diablo sabe por diablo...
P/D: Oiga!!! ¿cómo que de mi edad!!!!??? Habrase visto!
Perdón que abunde en esto, pero me parece importante el tema, grave diría, si no fijamos bien qué queremos expresar cuando usamos la palabra “otario”. El significado de la palabra cambia cuando uno imputa a otro “ese tipo es un otario”: allí no hay dudas: el sujeto pasivo de la frase (el receptor de la imputación) queda fulminado de “estúpido” y será difícil que alguien se siente a tomar un café con él en cualquier bar de mala muerte, a excepción de que quien sí participe en una charla lo haga detrás de un interés concreto: generalmente será un aprovechador y mala persona que, sabiendo que el interlocutor es un “otario”, intentará sacar una ventaja perjudicando al fulminado como estúpido.
Muy diferente es cuando al tipo le decimos “no te hagas el otario conmigo”. Ahí cambia la cosa. No lo estamos definiendo al sujeto receptor como “idiota”, “estúpido”. No… muy por el contrario le estamos diciendo en verdad “sos muy inteligente y me querés hacer creer que sos idiota”. El que “se hace el otario” “disfraza” su personalidad: es un sujeto vivo, despierto, atento, pero seguramente un aprovechador que se hace el imbécil para sacar una ventaja aprovechando que el interlocutor frente a este que se hace el tarado, “baja la guardia”, no se protege lo suficiente, y allí entonces, el que “se hace el otario” da el zarpazo.
En el primer ejemplo (el tipo que se reúne con un otario de verdad), puede hacerse también el otario. Pero no será una charla de café entre dos idiotas: uno, sí lo es, el otro se disfraza de tal, para, en el momento oportuno dejar al idiota real en “pampa y la vía”.
Funes
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