Ilustración de Bonnie LeicK |
1. m. y f. Ast., Gal. y León. Persona que, según la opinión vulgar, tiene pacto con el diablo y, por ello, poderes extraordinarios.
Real Academia Española
Sus equivalentes asturianas son les Xanes.
La figura de la meiga está muy arraigada en la tradición popular, y se diferencia de la bruja en que esta última actúa siempre con maldad, pudiendo tratar y hasta pactar con los demonios, y sin embargo, las meigas también son conocidas como curanderas y videntes, y las gentes acuden a ellas para ser curadas con sus rescritos, ensalmos y conjuros.
HORA BRUJA
Es una hora meiga,
es una hora bruja.
Cerramos el mundo
y a nuestra burbuja.
No es porque sea fea
o tenga verrugas
o vuele en escoba
o huela a tozuda.
Allí cocinamos
sopa de petunias,
requemamos sueños
con versos y azúcar.
No es a media tarde,
tampoco a la una,
es como a caballo
del siempre y del nunca.
Pero es un secreto
nuestra hora bruja,
es una hora vieja,
una hora mayuca.
En ella nos caben
la tierra y la luna
y armarios repletos
de viento, de bruma,
miles de recetas
para travesuras
y cientos de planos
con mágicas rutas.
Subimos a montes,
cruzamos llanuras
y está prohibido
que nadie se aburra.
Nada de tristezas
ni mentira alguna;
nada de enfadarse
en la hora bruja.
En ella no hay prisa
ni penas ni dudas
ni miedo
ni sustos
ni gripe ni culpas.
Procura encontrar
también tu hora bruja,
es como un jarabe
que todo lo cura.
es una hora bruja.
Cerramos el mundo
y a nuestra burbuja.
No es porque sea fea
o tenga verrugas
o vuele en escoba
o huela a tozuda.
Allí cocinamos
sopa de petunias,
requemamos sueños
con versos y azúcar.
No es a media tarde,
tampoco a la una,
es como a caballo
del siempre y del nunca.
Pero es un secreto
nuestra hora bruja,
es una hora vieja,
una hora mayuca.
En ella nos caben
la tierra y la luna
y armarios repletos
de viento, de bruma,
miles de recetas
para travesuras
y cientos de planos
con mágicas rutas.
Subimos a montes,
cruzamos llanuras
y está prohibido
que nadie se aburra.
Nada de tristezas
ni mentira alguna;
nada de enfadarse
en la hora bruja.
En ella no hay prisa
ni penas ni dudas
ni miedo
ni sustos
ni gripe ni culpas.
Procura encontrar
también tu hora bruja,
es como un jarabe
que todo lo cura.
Aurelio G. OVIES
De la mano del Demiurgo llego a tu muy interesante blog, en el cual -con tu permiso- me quedo!
ResponderEliminar=)
Me gusta esta palabra, que puede tener connotaciones negativas o positivas. Tiene misterio.
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