miércoles, 30 de marzo de 2011

Resquemor

Ilustración de Dani Torrent
1. m. Sentimiento causado en el ánimo por algo penoso.
2. m. Cantb. resentimiento. "Aquel rechazo le dejó un profundo resquemor. "

Real Academia Española

Sinónimos: dolor, escozor, desazón, amargura, pesar, pesadumbre,llaga, rencor.

Este adiós, no maquilla un "hasta luego",
Este nunca, no esconde un "ojalá",
Estas cenizas, no juegan con fuego,
Este ciego, no mira para atrás.
Este notario firma lo que escribo,
Esta letra no la protestaré,
Ahórrate el acuse de recibo
Estas vísperas, son las de después
A este ruído, tan huérfano de padre
No voy a permitirle que taladre
Un corazón, podrido de latir
Este pez ya no muere por tu boca
Este loco se va con otra loca
Estos ojos no lloran mas por ti...

Nos sobran los motivos / Joaquin Sabina

martes, 29 de marzo de 2011

Demiurgo

Demiurgo y su obra. Óleo de Jorge Selfa
(Del gr. δημιουργός, creador).

1. m. Fil. En la filosofía de los platónicos y alejandrinos, dios creador.
2. m. Fil. En la filosofía de los gnósticos, alma universal, principio activo del mundo.

Real Academia Española

El Demiurgo es el ser divino que, según la teología platónica, produce el Universo.

El Demiurgo produce las cosas naturales: contemplando las Ideas y utilizándolas como modelos intenta plasmarlas o realizarlas en la materia, del mismo modo que un artesano intenta fabricar una mesa viendo el dibujo de una mesa. La materia informe y las Ideas son, por tanto, anteriores a la acción del Demiurgo, lo que muestra la distancia de esta concepción respecto del punto de vista cristiano para el cual Dios crea el mundo de la nada. A pesar de todo, el Demiurgo, igual que el Dios cristiano, tiene una dimensión providencial pues produce las cosas naturales introduciendo en éstas una finalidad, aspiración o apetito que les lleva a buscar siempre su propia perfección o bien.
La palabra Demiurgo, entonces, significa “Constructor, Artífice, Hacedor” y es habitualmente referida, en términos cosmogónicos, en relación con el surgimiento y formación de los Universos
Platón explica en el Timeo la creación del mundo sensible mediante el Mito del Demiurgo, que era un pequeño dios, que creaba el mundo sensible a imitación de lo que contemplaba en el mundo inteligible.
Ordenar el cosmos según el Modelo, el Paradigma eterno, es la función del Demiurgo.
El Artesano es, insistimos, un ordenador, un exponente mítico de la creación, pero no un verdadero creador. Es causa en el ámbito del devenir.
En las representaciones se lo puede encontrar con cabeza o cola de león.

lunes, 28 de marzo de 2011

Fatídico

Ilustración de George Underwood
(Del lat. fatidĭcus).

1. adj. Dicho de una cosa o de una persona: Que anuncia o pronostica el porvenir, especialmente si anuncia desgracias.

2. adj. funesto (‖ aciago).

Real Academia Española

Un minuto fatídico...aquél en que bajé la mirada y partí.
Un día fatídico...aquél en que lo supiste. Nevaba y el frío estaba en todas partes, hasta en el alma.
Un amor fatídico...el que no condujo a nada.
Una persona fatídica...aquella que no alberga amor.

domingo, 27 de marzo de 2011

Pachanga

Pintura de Juan Lopetegui
1. f. Danza originaria de Cuba.
2. f. coloq. Alboroto, fiesta, diversión bulliciosa.
3. f. Partido informal de fútbol o baloncesto que se juega en una sola portería o canasta. U. m. en dim.
4. f. coloq. Arg., Cuba, El Salv., Guat., Nic. y Ur. Fiesta popular o familiar, generalmente con baile.

Real Academia Española

martes, 22 de marzo de 2011

Palimpsesto

Palimpsesto de Arquímedes
(Del lat. palimpsestus, y este del gr. παλίμψηστος).

1. m. Manuscrito antiguo que conserva huellas de una escritura anterior borrada artificialmente.
2. m. Tablilla antigua en que se podía borrar lo escrito para volver a escribir.

Real Academia Española


El Palimpsesto de Arquímedes fue originalmente un texto de Arquímedes de Siracusa (287a.C.-212a.C.matemático, físico, ingeniero, inventor y astrónomo griego), que posteriormente fue borrado y usado para escribir oraciones y salmos, con lo que el texto antiguo se volvió ilegible.
Esta obra estuvo desaparecida hasta el año 1907, cuando un investigador la encontró y reconoció, y pudo transcribir parte del contenido original de Arquímedes.
En la Primera Guerra Mundial volvió a desaparecer, reapareciendo de nuevo en el año 1998 en una subasta de la galería Christie, un coleccionista lo adquirió y donó al museo Walters de Baltimore… finalmente el “palimpsesto viajero” se restauró y estudió con la ayuda de nuevas técnicas de imagen.

Información extraida de La llave del mundo

lunes, 21 de marzo de 2011

Adamantino / Diamantino

(Del lat. adamantĭnus).

1. adj. diamantino. U. m. en leng. poét.

Diamantino

1. adj. Perteneciente o relativo al diamante.
2. adj. poét. Duro, persistente, inquebrantable.

Real Academia Española


AJEDREZ

En su grave rincón, los jugadores
Rigen las lentas piezas. El tablero
Los demora hasta el alba en su severo
Ambito en que se odian dos colores.
Adentro irradian mágicos rigores
Las formas: torre homérica, ligero
Caballo, armada reina, rey postrero,
Oblicuo alfil y peones agresores.
Cuando los jugadores se hayan ido,
Cuando el tiempo los haya consumido,
Ciertamente no habrá cesado el rito.
En el Oriente se encendió esta guerra
Cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.


II


Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
Reina, torre directa y peón ladino
Sobre lo negro y blanco del camino
Buscan y libran su batalla armada.
No saben que la mano señalada
Del jugador gobierna su destino,
No saben que un rigor adamantino
Sujeta su albedrío y su jornada.
También el jugador es prisionero
(La sentencia es de Omar) de otro tablero
De negras noches y de blancos días.
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué dios detrás de Dios la trama empieza
De polvo y tiempo y sueño y agonías?

Jorge Luis Borges, 1960
El hacedor

domingo, 20 de marzo de 2011

Mohíno

Ilustración de Alexandre Ravski
(Del ár. hisp. muhín, y este del ár. clás. mahīn, ofendido, vilipendiado).

1. adj. Triste, melancólico, disgustado.
2. adj. Dicho de un macho o de una mula: Hijo de caballo y burra.
3. adj. Dicho de una caballería o de una res vacuna: Que tiene el pelo, y sobre todo el hocico, de color muy negro. U. t. c. s.
4. m. rabilargo (‖ pájaro).
5. m. En el juego, aquel contra el que van los demás que juegan.
6. m. En el juego del revesino, partido que se hace al jugador contra el que van los demás, dándole algunas ventajas o exenciones.
7. f. Enojo, disgusto, tristeza.
8. f. Pendencia o reyerta.
9. f. Mohín de disgusto.

tres al, o contra el, ~.

1. exprs. U. para significar la conjuración o unión de algunas personas contra otras.

Real Academia Española

“Hoy vengo con el alma más mohína
buscando en cada acera, en cada esquina
un reflejo del niño aquel que he sido”.
Cádiz, 1943

jueves, 17 de marzo de 2011

Viso

Ilustración de Susan Seddon Boulet
(Del lat. visus).

1. m. Altura o eminencia, sitio o lugar alto, desde donde se ve y descubre mucho terreno.
2. m. Superficie de las cosas lisas o tersas que hieren la vista con un especial color o reflexión de la luz.
3. m. Onda de resplandor que hacen algunas cosas heridas por la luz. Esta tela hace visos.
4. m. Forro de color o prenda de vestido que se coloca debajo de una tela clara para que por ella se transparente.
5. m. Apariencia de las cosas.
6. m. ant. Sentido corporal con que se ven los colores y las formas.
7. m. ant. cara (‖ parte anterior de la cabeza).

Real Academia Española

miércoles, 16 de marzo de 2011

Ahíto

Ilustración de Norman Rockwell
(Quizá del lat. infīctus, part. pas. de infigĕre, clavar o hundir en algo).

1. adj. Que padece alguna indigestión o empacho.
2. adj. Saciado, harto. U. t. en sent. fig.
3. adj. Cansado o fastidiado de alguien o algo.
4. adj. ant. Quieto, permanente en su lugar.
5. m. Indigestión, empacho.

Real Academia Española

Atiborrado, empachado, indigesto. "y lo que sucedió fue que de allí a dos días se murió la perra de ahíta" (El Quijote, capítulo XXV, 2ª parte

lunes, 14 de marzo de 2011

Brizna

Ilustración de Juan Antonio Gaspar Alcubilla
(De brinza, y ésta de brenca ).

1. f. Filamento o hebra, especialmente de plantas o frutos.
2. f. Parte delgada de algo.

Brenca
(Voz de or. prerromano, quizá del celta *brīnicā, der. de *brinos, fibra, filamento; cf. galés brwyn-en y bretón broen-enn).

1. f. Fibra, filamento, y especialmente el estigma del azafrán.

Real Academia Española

LA BRIZNA DE PAJA, LA BRASA Y LA JUDÍA VERDE VAN DE VIAJE
Eranse una brizna de paja, una brasa y una judía verde que se unieron y quisieron hacer juntas un gran viaje. Habían recorrido ya muchas tierras cuando llegaron a un arroyo que no tenía puente y no podían cruzarlo. Al fin, la brizna de paja encontró la solución: se tendería sobre el arroyo entre las dos orillas y las otras pasarían por encima de ella, primero la brasa y luego la judía verde. La brasa empezó a cruzar despacio y a sus anchas; la judía verde la siguió a pasitos cortos. Pero cuando la brasa llegó a la mitad de la brizna de paja, ésta empezó a arder y se quemó. La brasa cayó al agua, hizo pssshhh... y se murió. A la brizna de paja, partida en dos trozos, se la llevó la corriente. La judía verde, que iba algo más atrás, se escurrió también y cayó, aunque pudo valerse un poco nadando. Al final, sin embargo, tuvo que tragar tanta agua que reventó y, en aquel estado, fue arrastrada hasta la orilla. Por suerte había allí sentado un sastre, que descansaba de su peregrinaje. Como tenía a mano aguja e hilo, la cosió y la dejó de nuevo entera. Desde entonces todas las judías verdes tienen una hebra.
Según otro relato, la primera que pasó sobre la brizna de paja fue la judía verde, que llegó sin dificultad al otro lado y observó cómo la brasa se iba acercando a ella desde la orilla opuesta. Cuando iba por la mitad se quemó la brizna de paja, se cayó al agua e hizo ¡psssssssssssshhhh…Al verlo, la judía verde se rió tanto que reventó. El sastre de la orilla la cosió y la dejó de nuevo entera, pero en ese momento solo tenía hilo negro y por eso todas las judías verdes tienen una hebra negra.
Hermanos Grimm

Rescoldo

(De rescaldo).

1. m. Brasa menuda resguardada por la ceniza.La lumbre no se ha apagado del todo,quedan algunos rescoldos
2. m. Escozor, recelo o escrúpulo.
3. m. Residuo que queda de un sentimiento, pasión o afecto.Todavía queda un rescoldo de cariño entre ellos.

Real Academia Española

 RESCOLDOS

Cuando no deja ya vivir el dolor
y se arrancan los filos de las heridas,
arrojarlos lejos, no basta.
Es necesario detenerse.
Al mirar hacia atrás
la luz de la mirada traspasa
los cristales coloridos de la memoria,
los baña y se precipitan
lampos, fulguraciones, reverberos.

Lo vivido se torna vívido
y es preciso cernir y discernir,
rescatando el oro de los días.

Allí quedan luminiscencias
en los rincones del pasado,
y en el sagrario, el encendido rescoldo.

Avanzar, entonces,
con su llama de vitrales,
nos confiere otra fuerza.

Aurora Bianchi
Paraná, Poemario Runas

domingo, 13 de marzo de 2011

Caramba

Retrato de La Caramba
(Eufem. por carajo).
1. interj. Denota extrañeza o enfado.

caramba 2.
(Por alus. a la Caramba, sobrenombre de María Antonia Fernández, tonadillera española del siglo XVIII).

1. f. Moña que llevaban las mujeres sobre la cofia, a fines del siglo XVIII.

caramba 3.
(Quizá de carángano, infl. por caramba1).
1. f. Hond. quijongo.
2. f. pl. u. c. sing. m. C. Rica. Joven, hombre, muchacho. Ese carambas sabe tocar la guitarra muy bien.

Real Academia Española

Caramba en su uso más habitual es una interjección equivalente a "recórcholis" ,"cielo santo" o "caray". La interjección es un tipo de enunciado en una lengua natural que expresa alguna impresión súbita, exclamativa o un sentimiento profundo, como asombro, sorpresa, dolor, molestia, amor, etc. Lo que resulta bastante incierto es su raíz etimológica. En principio pareciera ser un eufemismo de la palabra "carajo". Se denomina eufemismo al término que se usa en lugar de otro que resulta duro o malsonante. Pero al rastrear información sobre el orígen de la palabra "carajo", sus raíces se hunden en los anales de la historia .Quizá árabe, lo cierto es que hay decenas de páginas escritas sobre el posible origen de esta palabra.

A cambio de ello, busqué la historia de María Antonia Vallejo Fernandez, fascinante por cierto y la que querría compartir con ustedes. Y es que, a veces, los caminos de la celebridad, como los de la Providencia, son también inescrutables…Seguir leyendo

jueves, 10 de marzo de 2011

Atávico / Atavismo

Ilustración de Andrey Remnev
1. adj. Perteneciente o relativo al atavismo.

atavismo.

(Del lat. atăvus, cuarto abuelo, antepasado).

1. m. Semejanza con los abuelos o antepasados lejanos.
2. m. Tendencia a imitar o a mantener formas de vida, costumbres, etc., arcaicas.
3. m. Biol. Reaparición en los seres vivos de caracteres propios de sus ascendientes más o menos remotos.

Real Academia Española

...Mi atávico ritual en el silencio,
con la intensa fragancia de la tierra,
es gozo en el hallazgo de tu gesto,
el triunfo de la Vida ante la muerte.
La llama de tu amor en mí palpita
y olvido la agonía de la senda...

domingo, 6 de marzo de 2011

Trepidar

Óleo de Ricardo Carpani
(Del lat. trepidāre).

1. intr. Temblar fuertemente.

2. intr. Am. Vacilar, dudar.

Real Academia Española

EL CABALLO

Viene por las calles,
a la luna parva,
un caballo muerto
en antigua batalla.

Sus cascos sombríos…
trepida, resbala;
da un hosco relincho,
con sus voces lejanas.

En la plúmbea esquina
de la barricada,
con ojos vacíos
y con horror, se para.

Más tarde se escuchan
sus lentas pisadas,
por vías desiertas,
y por ruinosas plazas.

José María Eguren

sábado, 5 de marzo de 2011

Fuliginoso

Ilustración de Lior Arditi
(Del lat. fuliginōsus, lleno de hollín).

1. adj. Denegrido, oscurecido, tiznado.

Real Academia Española

jueves, 3 de marzo de 2011

Reciedumbre

Ilustración de Eugenia Nobati
1. f. Fuerza, fortaleza o vigor.

Real Academia Española

El árbol tenía verdinegro porte, manojos de hojuelas, infinitud de ramas,
pájaros, reciedumbre y siglos. Por reino, la mitad de un patio
subido de sombras. Los niños clavaban sus manos, ávidas de juegos, sobre la vejez regia de la corteza y él se dejaba empapar por la inocencia de aquellas infancias momentáneas...

miércoles, 2 de marzo de 2011

Gemebunda

Ilustración de Beatriz Martín Vidal
1. adj. Que gime profundamente.

Real Academia Española

No te acerques. Tu frente, tu ardiente frente, tu encendida frente,
las huellas de unos besos,
ese resplandor que aun de día se siente si te acercas,
ese resplandor contagioso que me queda en las manos,
ese río luminoso en que hundo mis brazos,
en el que casi no me atrevo a beber, por temor después a ya una dura vida de lucero.
No quiero que vivas en mí como vive la luz,
con ese ya aislamiento de estrella que se une con su luz,
a quien el amor se niega a través del espacio
duro y azul que separa y no une,
donde cada lucero inaccesible
es una soledad que, gemebunda, envía su tristeza.
La soledad destella en el mundo sin amor.
La vida es una vívida corteza,
una rugosa piel inmóvil,
donde el hombre no puede encontrar su descanso,
por más que aplique su sueño contra un astro apagado.
Pero tú no te acerques. Tu frente destellante, carbón encendido que me arrebata a la propia conciencia,
duelo fulgúreo en que de pronto siento la tentación de morir,
de quemarme los labios con tu roce indeleble,
de sentir mi carne deshacerse contra tu diamante abrasador.
No te acerques, porque tu beso se prolonga como el choque imposible de las estrellas,
como el espacio que súbitamente se incendia,
éter propagador donde la destrucción de los mundos
es un único corazón que totalmente se abrasa.
Ven, ven, ven como el carbón extinto oscuro que encierra una muerte;
ven como la noche ciega que me acerca su rostro;
ven como los dos labios marcados por el rojo,
por esa línea larga que funde los metales.
Ven, ven, amor mío; ven, hermética frente, redondez casi rodante
que luces como una órbita que va a morir en mis brazos;
ven como dos ojos o dos profundas soledades,
dos imperiosas llamadas de una hondura que no conozco.
¡Ven, ven, muerte, amor; ven pronto, te destruyo;
ven, que quiero matar o amar o morir o darte todo;
ven, que ruedas como liviana piedra,
confundida como una luna que me pide mis rayos!


Ven, siempre ven / Vicente Aleixandre

III
¡Oíd cual suena el bordón!:
el bordón
De son bronco
Que pone en el corazón
El espanto con su son,
Con su son de bronce, ronco.
¡que tristeza tan profunda nos apresa al escuchar
Cómo reza, gemebunda, la fiereza del llamar!
Cómo su son taciturno,
En el silencio nocturno
Es grito desesperado
Que no es casi pronunciado
¡De aterrado!
Grito de espanto ante el fuego
Y agudo alarido luego,
Es un clamor que se extiende,
Que el espacio ronco, hiende
Y que llama;
Que defiende.

Edgar Allan Poe / Fragmento de Las campanas

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