lunes, 31 de enero de 2011

Furibundo

Ilustración de Peter de Sève
(Del lat. furibundus).

1. adj. Airado, colérico, muy propenso a enfurecerse.
2. adj. Que denota furor. Batalla furibunda. Miradas furibundas.
3. adj. Extremadamente entusiasta o partidario.

Real Academia Española

Algunos sinónimos: colérico, iracundo, furioso, indignado, irritado, atrabiliario, bilioso, irascible.

Recordando a Eduardo Gudiño Kieffer y Felipito, el furibundo filibustero.

Yo nací junto conmigo el 2 de noviembre de 1935, en una ciudad que se llama Esperanza y que está en la provincia de Santa Fe, República Argentina.
Como te iba diciendo: yo nací junto conmigo. Somos algo así como gemelos. Aunque te confieso que yo no siempre me llevo demasiado bien conmigo, y conmigo no siempre se lleva demasiado bien con yo. ¡Qué lío! ¿Pero acaso tú estas siempre de acuerdo contigo? ¿No se te ocurre una cosa por un lado y exactamente lo contrario por otro? En fin, estas preguntas hay que hacérselas frente al espejo, porque conmigo (o contigo) es el que está del otro lado. Seguir leyendo

domingo, 30 de enero de 2011

Argüir

Ilustración de Alexej Ravski
(Del lat. arguĕre).

1. tr. Sacar en claro, deducir como consecuencia natural.
2. tr. Descubrir, probar, dejar ver con claridad las cosas que son indicio y como prueba de otras.
3. tr. Echar en cara, acusar.
4. tr. Aducir, alegar, dar argumentos a favor o en contra de alguien o algo. U. t. c. intr.
5. intr. Disputar impugnando la sentencia u opinión ajena.

Real Academia Española

En la web de Etimologías comentan que la raíz "arg" del latín contiene la idea de claridad, de brillo, también aplicable a palabras como argumento, argucia, Argentina. Por lo que la definición de la voz confirma, en su origen, la expresión, la viveza, la sutileza y agudeza en el pensamiento.

martes, 25 de enero de 2011

Empedernir / Empedernido

(De en- y la misma raíz de pedernal).

1. tr. defect. Endurecer mucho. U. t. c. prnl.
2. prnl. defect. Hacerse insensible, duro de corazón.

MORF. U. solo en infinit. y en part.

Empedernido / da

(Del part. de empedernir).

1. adj. Obstinado, tenaz, que tiene un vicio o costumbre muy arraigados.

Real Academia Española

Óleo de Renoir
Romántico empedernido

"Puede que sea un romántico, pero jamás un sentimental.
Un sentimental es el que espera algo que puede llegar a suceder.
Un romántico espera contra toda probabilidad."

Cuatro amigos / David Trueba ( fragmento )

domingo, 23 de enero de 2011

Pacato

Ilustración de Gabriel Pachecho
(Del lat. pacātus, part. pas. de pacāre, pacificar).

1. adj. De condición excesivamente pacífica, tranquila y moderada. U. t. c. s.
2. adj. De poco valor, insignificante.
3. adj. Mojigato, que tiene o manifiesta excesivos escrúpulos. U. t. c. s.

Real Academia Española

Huye del triste amor, amor pacato

"Huye del triste amor, amor pacato,
sin peligro, sin venda ni aventura,
que espera del amor prenda segura,
porque en amor locura es lo sensato.

Ese que el pecho esquiva al niño ciego
y blasfemó del fuego de la vida,
de una brasa pensada, y no encendida,
quiere ceniza que le guarde el fuego.

Y ceniza hallará, no de su llama
cuando descubra el torpe desvarío
que pedía, sin flor, fruto en la rama.

Con negra llave el aposento frío
de su tiempo abrirá. ¡Desierta cama,
y turbio espejo y corazón vacío!" 

Antonio Machado

viernes, 21 de enero de 2011

Hontanar

Patio morisco
(De hontana).

1. m. Sitio en que nacen fuentes o manantiales.

Hontana
(Del lat. fontana).

1. f. Aparato para que salga el agua.
2. f. Obra de fábrica para este fin.
3. f. ant. fuente (‖ manantial).

Real Academia Española

Manantial, fontanal son algunos de sus sinónimos.

miércoles, 19 de enero de 2011

Ufano

Ilustración de Heather Barron
(Quizá del gót. ufjô, abundancia, exceso; cf. prov. ufana, jactancia, cat. ufana, lozanía, frondosidad).


1. adj. Arrogante, presuntuoso, engreído.
2. adj. Satisfecho, alegre, contento.
3. adj. Que procede con resolución y desembarazo en la ejecución de algo.
4. adj. Dicho de una planta: lozana.

Real Academia Española


Tengo una amiga muy querida, con una memoria frondosa, que solía repetirme versos que su abuela le enseñaba de pequeña. Todos ellos muy graciosos, el que más me llamó la atención , por los juegos del lenguaje y la importancia de los signos de puntuación, es el que quiero compartir hoy. Dice así:

Había un apuesto joven dedicado a cortejar a tres hermanas. Un buen día a éstas se les acabó la paciencia y le presentaron un ultimátum al joven: tenía que decidirse por una de ellas.
El afortunado galán les hace llegar una nota en mano a cada una al tiempo que les anuncia que debe marchar urgentemente de viaje y ya que no ha podido puntuar la respuesta correctamente, que sean ellas las que se encarguen de hacerlo.
Cada una de las señoritas se lanza apresuradamente sobre su papel que contiene la ansiada respuesta en verso. En los tres había escrito lo mismo:


Juana Teresa y Leonor
puestas de acuerdo las tres
me piden que diga cuál es
la que prefiere mi amor
Si obedecer es rigor
digo pues que amo a Teresa
no a Leonor cuya agudeza
compite consigo ufana
no aspira mi amor a Juana
que no es poca su belleza

Teresa no lo dudó ni un momento. Según su puntuación, ella era la elegida:

Si obedecer es rigor,
digo, pues, que amo a Teresa.
No a Leonor, cuya agudeza
compite consigo ufana.
No aspira mi amor a Juana,
que no es poca su belleza.

Leonor también lo vio claro: la elegida era ella:

Si obedecer es rigor,
¿digo, pues, que amo a Teresa?
No, a Leonor, cuya agudeza
compite consigo ufana.
No aspira mi amor a Juana,
que no es poca su belleza.

Mientras Juana tampoco tuvo ninguna duda a la hora de puntuar y de entender que la elegida era ella:

Si obedecer es rigor,
¿digo, pues, que amo a Teresa?
No. ¿A Leonor, cuya agudeza
compite consigo ufana?
No. Aspira mi amor a Juana,
que no es poca su belleza.

Hubo que esperar a que regresara del viaje el joven para que aclarara el enigma y le pusiera la correcta puntuación al verso.

Si obedecer es rigor,
¿digo, pues, que amo a Teresa?
No. ¿A Leonor, cuya agudeza
compite consigo ufana?
No. ¿Aspira mi amor a Juana?
!Que no! Es poca su belleza.

Ninguna de las tres resultaba elegida.

martes, 18 de enero de 2011

Halagüeña

Ilustración de Sybile
(De halagar).

1. adj. Que halaga.
2. adj. Que lisonjea o adula.
3. adj. Que atrae con dulzura y suavidad.
Real Academia Española

Félix María de Samaniego 

(1745-1801)

El Cuervo y el Zorro En la rama de un árbol, bien ufano y contento, con un queso en el pico estaba el señor Cuervo. Del olor atraído un zorro muy maestro, le dijo estas palabras, o poco más o menos: «Tenga usted buenos días, señor Cuervo, mi dueño; mono, lindo en extremo; yo no gasto lisonjas, y digo lo que siento; que si a tu bella traza corresponde el gorjeo, juro a la diosa Ceres, siendo testigo el cielo, que tú serás el fénix de sus vastos imperios.» 20 Al oír un discurso tan dulce y halagueño, de vanidad llevado, quiso cantar el Cuervo. Abrió su negro pico, dejó caer el queso; el muy astuto Zorro, después de haberlo preso, le dijo: «Señor bobo, pues sin otro alimento, quedáis con alabanzas tan hinchado y repleto, digerid las lisonjas mientras yo como el queso.» Quien oye aduladores, nunca espere otro premio.

lunes, 17 de enero de 2011

Peripecia

Ilustración de Andrey Gordeevo
(Del gr. περιπέτεια).

1. f. En el drama o en cualquier otra composición análoga, mudanza repentina de situación debida a un accidente imprevisto que cambia el estado de las cosas.

2. f. Accidente de esta misma clase en la vida real.

Real Academia Española

En las tragedias, la peripecia supone el punto en el que la trama toma el cáriz propiamente trágico, es decir, el punto de inflexión en el que la suerte del héroe protagonista se trunca y comienzan las desgracias que le llevarán inevitablemente a un final desdichado. 
Contame alguna peripecia de tu vida.

domingo, 16 de enero de 2011

Rufián

Óleo de Carlos Ferreyra
(Quizá del it. ruffiano, y este der. del lat. rufus, pelirrojo, rubio, por alus. a la costumbre de las meretrices romanas de adornarse con pelucas rubias).

1. m. Hombre que hace el infame tráfico de mujeres públicas.

2. m. Hombre sin honor, perverso, despreciable.

Real Academia Española

He aquí una interesante reseña de su etimología:

Uno de los muchos nombres de las mujeres dedicadas a la prostitución era el de rúfula, diminutivo de rufa (variante de rubra). El adjetivo rufus, rufa, rufum (una variante de ruber, rubra, rubrum) aunque en principio significó "rojo" y se usó para designar a los pelirrojos, acabó distanciándose de su origen, de modo que se repartieron los colores entre ambas palabras: el rojo encendido pasó a ser el ruber; mientras que el más apagado (de color, que no de calor) pasó a llamarse rufus. De ahí saldrán nuestros rubio, rubia y rubiales. Al ser el moreno el color propio de los romanos, los pelirrojos y los rubios llamaban mucho la atención; tanto que a quien lo era, se le distinguía con el apodo de Rufus, es decir "el Pelirrojo" o "el Rubio". Lógicamente las mujeres rubias hacían furor, por lo que ése fue el color elegido por las prostitutas para atraer a la clientela. Llegó a ser como un distintivo del oficio (en otros tiempos y lugares fueron los labios pintados de rojo, en otros la cinta roja, en otros los picos pardos...); de manera que rúfula = rubita (el diminutivo es una característica inseparable del oficio) pasó a ser sinónimo de prostituta. Aquí se produce un vacío léxico que habría que llenar con un hipotético rufulanus, en el latín coloquial y en el bajo latín, que sería el que tiene por oficio comerciar con las rúfulas. No cuesta demasiado justificar la evulución a rufián.
El significado que le asigna desde siempre el diccionario a este término, abona su antigüedad. En el siglo XIV está bien documentada esta palabra (antes debió mantenerse como un vulgarismo indigno de pasar a la escritura) y tiene ya el valor de "hombre que se dedica al tráfico de rameras"; y por extensión, y como gravísimo insulto, "hombre sin honor, perverso, despreciable" y también "espadachín de oficio y asesino de alquiler".

Extraído de El almanaque

sábado, 15 de enero de 2011

Aventar

Ilustración de Erika Kuhn
(De viento).


1. tr. Hacer o echar aire a algo.
2. tr. Echar al viento algo, especialmente los granos que se limpian en la era.
3. tr. Dicho del viento: Impeler algo.
4. tr. coloq. Echar o expulsar, especialmente a personas.
5. tr. C. Rica. robar (‖ tomar para sí lo ajeno). U. t. c. prnl.
6. tr. El Salv. Dicho de un conductor: Recoger a un autoestopista.
7. intr. ant. Resollar por las narices.
8. prnl. Dicho de un cuerpo: Llenarse de gases.
9. prnl. coloq. Huir, escaparse.
10. prnl. Col., Hond. y Méx. arrojarse (‖ ir violentamente hacia alguien o algo).
11. prnl. El Salv. Tener relación sexual con una mujer.

MORF. conjug. actual c. acertar.

Real Academia Española

"En las regiones subconsciente y superconsciente de la mente está el conocimiento de muchas fundamentales verdades del universo, entre ellas las dos siguientes:
1. la certidumbre de la existencia de una suprema Potestad que compenetra y mantiene el universo
2. la certidumbre de la inmortalidad de nuestro verdadero ser, del íntimo Yo, que ni el fuego abrasa ni el agua ahoga ni el aire aventa."

Fragmento de la Vida después de la muerte / Yogi Ramacharaka

viernes, 14 de enero de 2011

Letanía

(Del lat. litanīa, y este del gr. λιτανεία).

1. f. Rel. Oración cristiana que se hace invocando a Jesucristo, a la Virgen o a los Santos como mediadores, en una enumeración ordenada.

2. f. Rel. Procesión que se hace regularmente por una rogativa cantando las letanías.

3. f. coloq. Lista, retahíla, enumeración seguida de muchos nombres, locuciones o frases.

4. f. coloq. Insistencia larga y reiterada. No vengas con esa letanía.

Real Academia Española


Etimológicamente, esta palabra deriva del griego litaneia, que significa oración, súplica. Por eso, en su primer acepción, la letanía alude a una forma de oración, con una estructura definida, en forma de una serie de peticiones que se cantan o recitan. Se pueden hacer en comunidad, con un lider y un grupo recitando oraciones determinadas.
En lenguaje popular, alude a una explicación o enumeración tediosa.


LETANÍA DE NUESTRO SEÑOR DON QUIJOTE

Rey de los hidalgos, señor de los tristes,
que de fuerza alientas y de ensueños vistes,
coronado de áureo yelmo de ilusión;
que nadie ha podido vencer todavía,
por la adarga al brazo, toda fantasía,
y la lanza en ristre, toda corazón.

Noble peregrino de los peregrinos,
que santificaste todos los caminos
con el paso augusto de tu heroicidad,
contra las certezas, contra las conciencias
y contra las leyes y contra las ciencias,
contra la mentira, contra la verdad...
..........

De tantas tristezas, de dolores tantos
de los superhombres de Nietzsche, de cantos
áfonos, recetas que firma un doctor,
de las epidemias, de horribles blasfemias
de las Academias,
¡líbranos, Señor!

De rudos malsines,
falsos paladines,
y espíritus finos y blandos y ruines,
del hampa que sacia
su canallocracia
con burlar la gloria, la vida, el honor,
del puñal con gracia,
¡líbranos, Señor!

Rubén Darío / Fragmentos

jueves, 13 de enero de 2011

Agur

Ilustración de María José Olavarría
(Del vasco agur, y este del lat. augurium).

1. interj. U. para despedirse.

Real Academia Española

Relata una secular fábula índica que al notar una oruga la languidez anunciadora del fin de su estado reptante y el principio de su largo sueño de crisálida, reunió a sus compañeras y les dijo: "Triste es pensar en el forzoso abandono de esta vida que tan halagüeñas venturas me prometía. Segada por la guadaña de la muerte en la flor de mi existencia, soy un ejemplo de la crueldad de la Naturaleza. ¡Agur! mis buenas amigas, ¡Agur! para siempre. Mañana ya no existiré." Acompañada por las lágrimas y lamentaciones de las amigas que rodeaban su lecho de muerte, la oruga pasó a su otro estado. Una vieja oruga exclamó tistemente: "Nuestra hermana nos ha dejado. Su destino es también el nuestro. Una tras otra nos abatirá la guadaña destructora como a la hierba de los prados. La fe nos mueve a esperar otra vida, pero acaso sea una vana esperanza. Ninguna de nosotras sabe nada de cierto sobre la vida. Lamentamos el común destino de nuestra raza." 
Después se marcharon todas cabizbajas.

Bien claro se echa a ver la ironía de esta fábula y nos sonreímos de que la oruga ignore la gloriosa vida que le espera cuando despierte del sueño de la muerte y se metamorfosee en policromada mariposa. Pero no hemos de sonreirnos porque todos tenemos la misma ilusión que la oruga. Esta secular fábula simboliza en unas formas inferiores de vida la ignorancia e ilusión de la humanidad. 
Porque la muerte para el hombre no es más que el estado de crisálida para la oruga. 
En ninguno de ambos casos cesa la vida por un solo instante.

miércoles, 12 de enero de 2011

Feraz

Ilustración de Grahan Franciose
(Del lat. ferax, -ācis).

1. adj. Fértil, copioso de frutos.

Real Academia Española

Algunas semillas caerán en pedregales; otras en las márgenes del camino donde las devoren las aves; otras en suelo estéril; pero no dejarán de caer, aunque sean pocas, las que arraiguen en feraz terreno y con el tiempo broten, entallezcan, ahijen, medren, florezcan y fructifiquen.

martes, 11 de enero de 2011

Desván

Dibujo de Lorenzo Goñi
(Del ant. desvanar, der. de vano).

1. m. Parte más alta de la casa, inmediatamente debajo del tejado, que suele destinarse a guardar objetos inútiles o en desuso.

~ gatero, o ~ perdido.

1. m. El que no es habitable.

Real Academia Española

Ahora que reviso el orígen de la palabra, se me vuelve más significativa: allá donde van a parar las cosas vanas. Mis cajoncitos son desvanes realmente, que apenas se abren.

" Picado de tejados imposibles, en cuyos desvanes, invariablemente, se desnuda una modista...
Todas sueñan un sueño sin hombres.
Luna eterna, juguetona, danzarina sobre el azul de los tejados..."

lunes, 10 de enero de 2011

Heliogábalo

Ilustración de Chris Mould
(Por alus. a Heliogábalo, emperador romano, que fue voraz).

1. m. Persona dominada por la gula.

Real Academia Española

Esta entrada tiene el mérito de Jesús Malia, poeta y creador de Poesía Abierta quien la subió al Arca para su rescate.
En un intento por dar algunas referencias sobre este excéntrico y joven emperador romano, de tan sólo 14 años, encontré tantos relatos propios de un ser totalmente desquiciado, tantas atrocidades y descabelladas anécdotas, en las que se confunden la realidad con la ficción o exageración de los historiadores posteriores, que fue imposible una síntesis de los escasos 4 años de reinado de Heliogábalo. Entre las reseñas, se hallan muchas referidas a su afición por organizar banquetes pantagruélicos, en los que cometía todo tipo de crueldades a  sus comensales obligados a concurrir. Probablemente de alguna de ellas haya quedado la asociación a la gula, o, más probablemente, su "apetito desmedido" en todas sus aficiones, haya sido el motivo de la connotación que tiene la palabra.
Lo dejo para vuestra investigación.

Es preferible tener en casa forasteros hambrones, á verse escarnecido en su propia presencia por huéspedes meticulosos.
Vale más que el huésped sea como uno que se plantó el año pasado por San Isidro en casa de un farmacéutico de esta corte, abusando del parentesco, y no sólo tragaba como un Heliogábalo, sino que además entraba en la botica y se comía á puñados las pastillas para las lombrices y el azúcar-piedra, y todo lo que era dulce; hasta que una noche confundió los frascos, y en vez de jarabe de granada, tomó ácido fénico,y el pobre reventó arrimado á la anaquelería en brazos del mancebo.

Luis Taboada, en Madrid Cómico, número del 14 de mayo de 1898

domingo, 9 de enero de 2011

Perinola / Pirinola / Pirindola

Ilustración de Julieta Arroquy
(De la onomat. pirn, del giro).

1. f. Peonza pequeña que baila cuando se hace girar rápidamente con dos dedos un manguillo que tiene en la parte superior. El cuerpo de este juguete es a veces un prisma de cuatro caras marcadas con letras y sirve entonces para jugar a interés.

2. f. Adorno en forma de perinola.
3. f. coloq. Mujer pequeña de cuerpo y vivaracha.
4. f. Ven. boliche (‖ juguete).

Real Academia Española

"A la perinola ! " le sentí decir a una amiga, e inmediatamente pensé en salvar esta palabra, ya que se trata de un juego muy antiguo, que ha abarcado a muchos pueblos, ha servido de cohesión a grupos e incluso ha sido de uso cabalístico. Recuerdan cómo se jugaba ? un juego infantil y de adultos y se podían realizar apuestas. Se comenzaba con la misma cantidad de cierto bien contable, que podían ser monedas del mismo valor, bayas, caramelos o simplemente piedrecillas, y se utiliza la perinola con el objeto de ver quién se queda con la mayor cantidad de aquél pozo formado.
Los jugadores forman un círculo alrededor del área donde se va a jugar y cada uno de ellos contribuye con la misma cantidad de apuestas, llamadas fichas, para hacer un montón, el cual se coloca en el centro.
El juego comienza cuando el primer jugador hace girar la perinola con la mano, que es una especie de peonza con seis caras planas, en cada una de las cuales hay escrita una leyenda: cuando la perinola deje de girar, el jugador en turno hará lo que dicte la leyenda de la cara que haya quedado boca arriba; ésta, generalmente, ordena al jugador que tome o que deje cierta cantidad de fichas de la pila inicial. En caso de que la cantidad a tomar sea todo, el montón se vuelve a formar como al inicio del juego.
Las caras de la perinola son: Pon 1,  Pon 2, Todos ponen, Toma 1, Toma 2 y Toma TODO.
En cierto modo se puede considerar la perinola de la familia los trompos, y tanto es así, que a veces los niños juegan simple mente a hacerla bailar, ganando quien consigue que la perinola baile más tiempo.

Para el pueblo judío, la perinola es un trompo de 4 lados, llamado "dreidel" y constituye un juego tradicional judío que los niños juegan especialmente durante la celebración del Jánuca ( Hanukkah ).
Cada uno de los lados tiene impresa una letra de cuatro palabras en hebreo:
נ  ("Nun")
ג ("Guímel")
ה ("He")
ש ("Shin") o פ ("Pe")

jueves, 6 de enero de 2011

Parranda

(Etim. disc.).

1. f. Cuadrilla de músicos o aficionados que salen de noche tocando instrumentos de música o cantando para divertirse.

2. f. coloq. Juerga bulliciosa, especialmente la que se hace yendo de un sitio a otro.

3. f. El Salv., R. Dom. y Ven. Fiesta en grupo, especialmente si se realiza por la noche y con bebidas alcohólicas.

4. f. Ven. Manifestación folclórica en la que un grupo de personas canta y baila alrededor de una persona disfrazada, generalmente de animal, que es el tema central de las canciones.

Real Academia Española


Alguien podrá aclararme qué significa para la RAE "(Etim. disc.)."
En otro orden de cosas, quiero contarles que ando falta de inspiración en estos últimos tiempos...no se me ocurre nada !  sepan disculpar y no me abandonen, que vuelvo pronto.

martes, 4 de enero de 2011

Chacota

Ilustración de Peter de Sève
(Voz onomat.).

1. f. Bulla y alegría mezclada de chanzas y carcajadas, con que se celebra algo.
2. f. Broma, burla. Tomar a chacota a alguien o algo. Hacer chacota de alguien o algo.

Real Academia Española

domingo, 2 de enero de 2011

Ragú

Ilustración de Kestutis Kasparavicius
(Del fr. ragoût).

1. m. Guiso de carne con patatas y verduras.

Real Academia Española

El ragú (en francés ragoût, en italiano ragù) es una preparación típica de la cocina italiana que consiste en dejar cocer carnes (aves, caza, pescados, etc) en sus propios jugos (la cacerola con su tapa), durante un lapso prolongado, entre dos y cuatro horas, a baja temperatura.
Como resultado se obtiene una reducción o salsa muy sabrosa, a la cual se deberá haber dispuesto previamente hierbas aromáticas por ejemplo.
En Italia, donde se origina esta preparación, son muy afamados el Ragú napolitano y el Ragú bolognese. El primero es típico de Nápoles y se prepara con diversas carnes vacunas trozadas, al tiempo que el segundo, típico de Bologna, es preparado con carne de cerdo picada.
Suele utilizarse el ragú como salsa para acompañar las pastas y es uno de los ingredientes primordiales de la lasaña. Un equivalente cercano al estofado de la cocina española.

Mmmm qué ragú !

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